Juan Carlos Serrano Soria Profesor de la Universidad Isabel I
Vie, 11/12/2015 - 21:13

Muchos estudiantes que terminan el Máster en Formación del Profesorado o los grados en Educación Primaria o Educación Infantil, todos ellos ofertados por la Universidad Isabel I, se enfrentan a una pregunta clave, que no cuenta en la evaluación pero que hay que superar: ¿y ahora cómo y dónde busco trabajo como profesor?

Lo primero que hay que considerar para que la búsqueda sea productiva es centrar qué es lo que buscamos; parece una obviedad, pero es el primer paso para ser efectivos. Por ejemplo, si quieres trabajar como funcionario docente, hay que conocer  cómo y dónde se convocan plazas y por parte de quién; si buscas ser profesor de Primaria, descarta los centros de Secundaria y Formación Profesional para focalizar tus energías en aquellos centros que te podrían contratar.

Buscar trabajo ya es en sí mismo un trabajo, por lo que habrá que dedicar tiempo, recursos y, sobre todo, grandes dosis de paciencia. Los centros educativos, como lugares de trabajo, tienen una titularidad, un «dueño», que es quien gestiona los recursos humanos de los mismos. Por lo tanto, no buscaremos igual si el titular del centro es una institución pública (el Estado o una consejería de Educación) o una entidad privada.

Del mismo modo habremos de tener en cuenta en qué nivel educativo queremos centrar nuestros esfuerzos; no se pide lo mismo (ni siquiera en esa necesaria formación complementaria, que muchas veces marca la diferencia) en Infantil, Primaria, Secundaria o Formación Profesional, por fijarnos en la enseñanza reglada, más que en centros educativos y formativos de enseñanza no reglada.

Dicho lo anterior, el punto de arranque es fijar qué es lo que podemos ofrecer a un centro educativo para trabajar como profesor. En este sentido, las estrategias de búsqueda de empleo docente y la elaboración del curriculum vitae y su envío o presentación son más significativas y variadas cuando pensamos en centros educativos de gestión privada, por lo que empezaremos por estos, ya que para la docencia en centros públicos, hay que estar atentos a la convocatoria de las oposiciones, en las que después me detendré.

Lo primero es el título, requisito legal por excelencia; pero si, por ejemplo, somos graduados en Historia y Geografía (estudios también ofertados por la Universidad Isabel I), habremos de añadir el Máster en Formación del Profesorado. A partir de aquí, todos los añadidos pueden sumar a nuestro favor (como he indicado, no siempre de la misma manera, ya que en las oposiciones públicas docentes se consideran y valoran unos aspectos y en la enseñanza de gestión privada, otros); algunos ejemplos:

  • Experiencia previa relacionada con la educación. Si ya has trabajado como profesor y puedes acreditarlo… Son las llamadas «hojas de servicio» en la enseñanza pública o los «certificados docentes» en la enseñanza privada (visados por la inspección educativa correspondiente). Si optas a un centro de gestión privada (sea o no concertada), convendría señalar otras experiencias educativas como prácticas docentes durante tus estudios, actividades educativas en el tiempo libre (campamentos, actividades extraescolares), clases particulares impartidas, etc.

  • Nivel de idiomas; siempre con certificación y preferiblemente por encima del B1.

  • Otras titulaciones (en el caso de centros de gestión privada o concertada). Me refiero a títulos como Monitor o Coordinador de Tiempo Libre, Certificados de Profesionalidad, DEI (Declaración Eclesiástica de Idoneidad) o DECA (Declaración Eclesiástica de Competencia Académica) para impartir el área de Religión Católica en un centro educativo que tenga esta identidad, etc.

  • Habilitaciones docentes; concedidas por cada una de las consejerías de Educación correspondientes y que básicamente consisten en un permiso para poder impartir una materia, sin ser especialista en la misma, demostrando formación ad hoc (generalmente 24 créditos) y experiencia. Existe legislación específica en cada una de las comunidades autónomas.

  • No insisto en los conocimientos informáticos porque se dan por supuestos, pero sí se deben añadir si son significativos. Por ejemplo, el conocimiento de plataformas educativas de gestión tipo Alexia o Educamos; el dominio de herramientas educativas Web 2.0 o el uso de plataformas como Moodle en la enseñanza a distancia. Ni que decir tiene que este es un elemento imprescindible si optamos, por ejemplo, a profesor de ciclos formativos de la Familia Profesional de Informática y Comunicaciones o similares. En este enlace del Ministerio puedes encontrar todas las familias profesionales.

Una vez que tenemos claro qué podemos ofrecer basta responder a las preguntas dónde, cuándo y cómo enviar nuestro curriculum vitae.

Comencemos por el dónde. El Ministerio de Educación ofrece un registro de centros docentes no universitarios donde encontrar información (no completa) sobre los mismos (aunque no suele incluir ni una dirección de correo electrónico ni la página web del centro). Prácticamente todas las comunidades autónomas ofrecen un buscador de centros educativos como servicio a las familias, que podemos utilizar para localizar dónde enviar el curriculum vitae; a título de ejemplo, reflejo el de Castilla La Mancha, Castilla y León, Comunidad de Madrid, Murcia, Euskadi, Aragón, Comunidad Valenciana, Extremadura, Asturias y Andalucía.

Existen otras fuentes donde encontrar información sobre centros educativos y una dirección donde enviarles nuestro curriculum vitae. Un cauce alternativo es preguntar a los titulares de los centros, es decir, buscar información en las páginas web de las patronales educativas. Las principales del sector son Escuelas Católicas, Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) y la Asociación Española de Centros Privados de Enseñanza.

Otra vía más donde encontrar centros educativos a los que enviar nuestro currículum son los portales privados que ofrecen este tipo de información; algunos ejemplos son Scholarum, ColesyGuardes o Educateca.

En los últimos años, bastantes centros de gestión privada se han ido agrupando en fundaciones y/o cooperativas educativas, por lo que este es otro cauce que hay que tener en cuenta, ya que estas entidades agrupan y gestionan los recursos humanos de varios centros docentes. Son muchas, pero todas tienen una estructura semejante y habitualmente una bolsa de empleo docente; es importante considerar que las fundaciones priorizan mucho en la selección de personal, la afinidad o cuando menos el respeto, a la identidad propia de los centros. Unos ejemplos pueden ser: Fundación Educativa ACI (15 centros), Fundación Educativa Santo Domingo (15 centros), Fundación Educativa Francisco Coll (16 centros), Colegios Gredos San Diego (8 centros), Fundación Educación y Evangelio (11 centros).

Por último, pero no por ello menos importante, está la opción clásica de búsqueda en portales de empleo, en los que nos damos de alta e insertamos nuestro currículum; esta variante se mueve más, es más ágil para puestos docentes en enseñanza no reglada, ya que los centros educativos no son muy asiduos a publicar sus ofertas de empleo por este cauce. Aun así, hay que considerar portales específicos como Colejobs o búsquedas específicas de profesor en portales genéricos como Infojobs.

El cómo puede también parecer una obviedad: pues mandar el curriculum vitae por correo electrónico. Esta no es la única vía. Si vivimos en una localidad pequeña o mediana, no debemos descartar la opción de llevar el currículum en mano y dejarlo en la portería/recepción del centro o, mejor aún, solicitar una entrevista con la dirección y entregarlo en mano. Como he indicado antes, muchos centros han centralizado la gestión de sus recursos humanos, por lo que suelen tener una página para insertar nuestro currículum en una base de datos (este es el cauce habitual empleado por muchas universidades privadas); un ejemplo puede ser la bolsa de empleo docente de los Escolapios o la bolsa de empleo de ACADE. Un último detalle. Si nuestro currículum va a ser un archivo informático, prestemos atención al nombre, para facilitar su identificación y búsqueda en un bosque de dos terabytes. Un ejemplo: si busco trabajo como profesor en Secundaria de Historia y Geografía, un posible nombre del archivo de mi currículum sería: CVitae_Juan_Carlos_Serrano_ESO_Historia_Geografia.pdf

Quizá no demos importancia a cuándo enviar el currículum, pero hasta en esto, el sector educativo tiene sus particularidades. Es cierto que los centros ya no acumulan papel sino archivos informáticos y que podrían localizarlo en cualquier momento, pero digamos que hay fechas y periodos clave. En torno a primavera, las vacaciones de Semana Santa (preferiblemente después) es cuando los equipos directivos comienzan a planificar sus plantillas de cara al siguiente curso; este es un buen momento para enviar el currículum. Un momento secundario es el final de agosto y primeros de septiembre, que es cuando se producen los últimos ajustes.

Si queremos ser funcionarios docentes (trabajar en la enseñanza pública), la estrategia es única: el cómo, el cuándo y el dónde están determinados por la convocatoria de la oposición, por eso lo he dejado para el final. Hemos de saber que son cada una de las comunidades autónomas (las competencias educativas están trasferidas, a excepción de Ceuta y Melilla) quienes convocan oposiciones a docentes; hasta ahora, habitualmente han sido cada dos años. La publicación de las mismas se realiza en la página web de cada una de las consejerías de Educación de las comunidades autónomas; el Ministerio de Educación ofrece un enlace donde consultar cada una de estas páginas.

El estudio de una oposición docente requiere una preparación específica, que bien puede realizar cada persona individualmente o en un centro especializado (academia). Hemos de conocer que cuando se publica la oposición, se especifica para qué especialidad, cuál es el temario, cuántas plazas, tipo de exámenes, etc. Lo habitual es que sean dos fases; la primera de ellas, un examen de los contenidos del programa y la segunda, la defensa de una programación didáctica (de la especialidad a la que se opta) ante un tribunal. El 2016 será un buen año para esta opción, ya que las comunidades autónomas podrán convocar oposiciones para un máximo de 13.000 profesores a partir de enero de 2016 por el aumento de la tasa de reposición al 100%.

Nos hemos centrado en las estrategias orientadas a la enseñanza reglada, donde existe exigencia de un título académico (grado y máster son obligatorios) y solo hemos mencionado parcialmente la enseñanza no reglada, que daría para otro artículo semejante.

 

Entrada publicada el 11/12/2015

Editor: Universidad Isabel I

Burgos, España

ISSN: 2659-5222

Comentarios

Debo agradecer al autor Juan Carlos Serrano por la magnífica redacción de este artículo, estructura impecable y dotado de múltiples recursos y recomendaciones que facilitan sobremanera la iniciación en la búsqueda de empleo en este sector.

Añadir nuevo comentario

La Universidad Isabel I tratará la información que nos facilite con el fin de publicar su comentario como respuesta a esta entrada de su blog, así como para mantenerlo informado de nuestra actividad. Más información sobre este tratamiento y sus derechos en nuestra política de privacidad.