Víctor Rodríguez González Docente del Grado en Criminología
Mar, 26/09/2017 - 13:44

Universidad Isabel I, ui1, criminologia, comunicacion no verbal, redes sociales

El poder de la cara

Los seres humanos somos criaturas divertidas que nos comunicamos también a través de la cara. Estamos codificados desde el punto de vista evolutivo para el amor y la razón de esto es que las caras faciales nos dicen mucho sobre las emociones de la gente. La comunicación no verbal, en donde podemos encuadrar las gesticulaciones faciales, supone hasta el 65% del mensaje que queremos trasmitir.

Vemos caras en todas partes, incluso, en lugares donde no puede haber rostro alguno. Las vemos en rocas, en las nubes o incluso en unas manchas con cierta forma. Muchas marcas comerciales o campañas de marketing, intentar humanizar sus productos poniéndoles caras para que nos resulten más atractivos y consumibles. Esto se debe a que nuestro cerebro está programado para ver caras en todo aquello que tenga una ligera semejanza.

¿A qué es debido este fenómeno? Según las investigaciones llevadas a cabo por el Dr. Paul Ekman a mediados del siglo XX, las caras son realmente universales e innatas, por lo que no están todas ligadas a la cultura, educación o entorno social.

Las emociones intensas son muy breves (apenas medio segundo de duración) e involuntarias, como por ejemplo la sorpresa o el miedo. Todas las emociones que se representan a través de la cara, son fácilmente reproducibles a demanda de la persona, pero nunca se conseguirán hacer tan bien como si fueran espontáneas y realmente surgieran de la expresión de una emoción.

Se suele pensar que los bebés, mirando las caras de su madre y padre, acaban por aprender estas expresiones faciales y que luego las reproducen y perfeccionan con el paso de los años, pero el Dr. Ekman demostró con sus estudios que aquellos niños ciegos de nacimiento, terminaban por reproducir exactamente las mismas expresiones faciales que aquellos niños que se supone que las reproducían aprendiéndolas de sus padres.


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Esto significa que en nuestro ADN están codificadas ciertas fases que nos ayudan a mantenernos a salvo y desarrollarnos. Que un bebé de corta edad, que aún desconoce qué cosas son dañinas para él, tenga miedo de un perro que ladra o de una imagen de una cara enfadada, ayuda a su correcto desarrollo, ya que se asocian directamente con los sentimientos y procesos mentales de la autoprotección del ser para evitar recibir daños y preservar el bienestar.

Existen siete expresiones faciales universales que se han demostrado útiles en las comunicaciones personales directas, pero vamos a ver como también son aplicables al entorno digital.

La primera expresión facial es el desprecio. Esta micro-expresión es la antítesis del respeto, de la lealtad, de las personas de mente abierta que es lo que queremos mostrar en la red.

La física del desprecio sería con la boca unilateralmente un poco levantada, “una sonrisa afectada”, típica de cuando se quiere evitar se grosero con alguien cuando diferimos claramente de lo que expresa.

Podemos encontrar multitud de fotografías en los perfiles de nuestros contactos en cualquier red social, que nos expresan esta misma sonrisa. Esta sonrisa en el perfil del Facebook, nos está diciendo literalmente que no quiere conocer a nadie, y esta primera impresión es difícil de superar, y más cuando se trasmite una emoción tan negativa.

Pero, ¿por qué la sonrisa es tan importante? El Dr. John Gottman llevó a cabo un estudio con cientos de parejas, a los que grabó en diferentes situaciones como el desayuno, su vida cotidiana y hasta en la cama. Pasados 30 años, volvió a reunir a todas estas parejas y encontró un patrón de desprecio durante el desayuno en un 93,6% de las parejas que se habían separado o divorciado durante esos años.

Por eso, cuando encontramos una imagen con cara de desprecio en cualquier red social o web comercial, automáticamente, las personas que visualizan dicha imagen, cambian la impresión obtenida previamente. Da igual que seamos nosotros mismos los que ponemos esa cara o que sea una foto de empresa en la que uno de los componentes tiene dicho gesto, puesto que afectará a la primera impresión que se llevan de nosotros siempre.

Multitud de personajes públicos, como actores o políticos, tienen esta sonrisa de desprecio, y si conseguimos distinguirla, nos llega a molestar ya que cuando vemos todo el desprecio que manifiestan hacia nosotros, nos damos cuenta de que en realidad no queremos un líder que sea negativo o con una visión pesimista de la situación.

Vamos ahora con una micro-expresión más gustosa, la felicidad. Aunque pueda parecernos una expresión muy fácil de llevar a cabo, resulta complicado ejecutarla de forma que resulte realista y creíble para las personas que la reciben. Una sonrisa no es un verdadero indicador de felicidad sino lleva asociado que los músculos laterales de los ojos se contraigan y se cierren ligeramente los ojos. Tan solo una de cada diez personas consigue manifestar una sonrisa falsa como si fuera verdadera.

Sonrisas verdaderas y falsas de diferentes personalidades famosas del cine.

Podemos ver como en las imágenes de la izquierda, las actrices tienen una sonrisa verdadera ya que sus músculos están en tensión y los ojos tienden a cerrarse ligeramente, pero sin embargo, en las imágenes de la derecha, tan solo se tensan los músculos faciales para mostrar los dientes sin que se produzca una elevación de los pómulos, ni arrugas en el orbicular de los ojos.

En muchas imágenes de perfiles podemos ver que alguien no está sonriendo de forma genuina y esto hace que cambiemos nuestra percepción al respecto de la persona y de la escena que se muestra en la imagen. Se puede deber a que estamos posando para obtener una buena fotografía o que nos sentimos incómodos con la situación. Una buena forma para descubrir si dicha sonrisa que observamos es auténtica o no, es tapando la mitad superior y luego la mitad inferior de la cara. Si ambas partes nos hacen pensar en una sonrisa verdadera y nos da una aproximación mental de la parte que estamos tapando, entonces podremos hablar de una genuina sonrisa.

El principal problema con estas sonrisas falsas o forzadas, es que la gente, de forma subconsciente, sabe que esa sonrisa no es real y nos hace desconfiar directamente de todo, ya que nos da lugar a pensar que si en el momento de la toma de la imagen la persona no tenía motivos para expresar un sonrisa auténtica, tiene que ser debido a una situación incómoda, que seguramente a nosotros tampoco nos guste.

Cuando nos enfrentamos a una situación que requiere de liderazgo, se puede mostrar una sonrisa verdadera, cálida y carismática, pero esto no quiere decir que no pueda ser fuerte, competente y adecuado para la situación que se requerirá. Esto no significa que se deba de mostrar siempre y de forma exagerada, puesto que para aquellas funciones que requieran de liderazgo o poder, lo adecuado es mostrar competencia pero con una cara más neutral.

Si quieres mostrar liderazgo, ten una sonrisa auténtica para demostrar tranquilidad y neutralidad, pero asegúrate de terminar la sonrisa y no dejarla a medias para evitar que sea confundida con la del desprecio. Se puede mostrar uno poderoso con una sonrisa genuina y así lo demuestran la mayoría de los líderes políticos.

La tercera micro-expresión que vamos a analizar es el miedo. Todos tenemos miedo de que algo suceda y por eso levantamos las cejas, los párpados y la frente. Se muestra una mayor superficie de la esclerótica y se tiende a tener la boca abierta para facilitar la respiración en caso de que tengamos que enfrentarnos a un estímulo no deseado o dañino y tengamos que evitarlo.

Cuando recibimos este estímulo negativo para nosotros –que no tiene por qué serlo para todo el mundo-, nuestro cerebro se prepara para una posible respuesta inmediata y asegurar nuestra integridad física, como pueda ser gritar o salir corriendo.

En definitiva, las expresiones faciales del miedo, no son más que la representación física del proceso psicológico de preparación ante un estímulo potencialmente dañino.

En las fotografías se manifiesta de una forma fidedigna, aunque puede sufrir algunas variaciones, ya que se puede mostrar más superficie esclerótica con el resto de rasgos característicos o no –ya que puede que no se hayan desarrollado en el momento de la imagen-, y esto transmite una sensación de ansiedad o inseguridad, que es todo lo contrario a lo que estamos buscando, que es liderazgo.

En esta imagen podemos ver como destaca mucho la esclerótica del ojo mientras sonríe, lo que tiende a ser la manifestación de diferentes micro-expresiones, pero en realidad demuestra inseguridad porque podemos ver ligeramente esta esclerótica.

Seguramente no pensaríamos en esta persona como líder, ya que no muestra los típicos rasgos que esperamos de una persona para ser capaz de dirigir una empresa o un departamento.

En muchos vídeos de YouTube podemos ver la esclerótica de la gente, y aunque estén utilizando un teleprompter, se puede apreciar fácilmente ya que tienen los ojos muy abiertos porque temen perder el contexto situacional y esto, en ocasiones, puede ser percibido como nerviosismo general ante las cámaras.

Pero también se puede mostrar una cara de miedo mientras se está hablando debido a otros factores como a una ropa incómoda, unos zapatos que nos hacen daño o un discurso ante un auditorio completo.

Cuando observemos a una persona así en una imagen o un vídeo, ¿podemos saber qué produce su expresión? Puede que se esté pellizcando los dedos por nerviosismo y esto hace que su expresión facial sea la misma.

Podemos dejar claro que debemos de evitar siempre, en cualquier red o web, cualquier imagen que no trasmita una sonrisa completa y genuina, unos ojos que no estén tranquilos o una sonrisa que no sea simétrica.

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