Antonio Segura Marrero
Jue, 29/11/2018 - 16:38

El correcto uso del lenguaje es el vehículo principal de toda comunicación eficaz, así como la carta de presentación de cualquier texto académico; este requiere no solo el conocimiento profundo de la cuestión o tema sobre el que se trata, sino que también implica el manejo de ciertas técnicas a través de las cuales se expone el conocimiento científicamente adquirido.

Aunque la construcción del texto pueda parecer un tema muy manido, escribir con un propósito determinado implica cumplir con una serie de requisitos para que este sea más o menos eficaz (coherencia, adecuación, cohesión, corrección, estilo, etc.). Los escritos académicos, científicos, legales, los mensajes de correo electrónico, etc., sin olvidar nuestro espacio, el educativo virtual, deben seguir las mismas fases de construcción.

Cuando nuestras ideas se traducen en palabras, oraciones o párrafos, pondremos en valor lo anteriormente descrito atendiendo también a la no discriminación lingüística en el discurso, de manera que se promueva la igualdad de género. En este sentido, es necesario incluir y visibilizar el género femenino, lo que constituye el principal propósito del lenguaje inclusivo.

Actualmente, el lenguaje sexista se encuentra muy presente en el ámbito cultural y social y, como consecuencia, en el lingüístico, donde en ocasiones toma formas muy sutiles que incluso pueden pasar desapercibidas.

En el ámbito legal, la Ley 3/2007, de 22 marzo, para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres establece en su artículo 14.11 la «implantación de un lenguaje no sexista en el ámbito administrativo y su fomento en la totalidad de las relaciones sociales, culturales y artísticas».

Por todo ello, el Área de Innovación Educativa apoya la utilización de un lenguaje inclusivo en todo el tráfico textual que envuelve a las aulas virtuales.

Ofrecemos, de forma breve, una serie de recomendaciones para evitar la discriminación en el terreno lingüístico:

  • Es recomendable que el desdoblamiento de género se use al inicio del texto, ya que predispone al destinatario hacia una interpretación dual y no hay cabida para la ambigüedad.
  • En textos breves e informales, emplear el uso de la barra y no el símbolo @ como sustituto del desdoble de género.
  • Aplicar el femenino a los nombres de cargos, ocupaciones, profesiones, títulos o rangos en la medida de lo posible.
  • Romper con los tópicos sexistas y expresiones ofensivas.
  • No realizar ninguna mención al físico o la indumentaria de la mujer para caracterizarla o describirla a menos que sea relevante para el desarrollo de alguna actividad.
  • Dada la importancia de la combinación texto-imagen en el lenguaje digital debemos promover imágenes que muestren equidad entre sexos, es importante evitar caer en la lucha de sexos y es necesario más bien mostrar la cooperación entre ambos. También es importante cuidar la disposición de las personas en la imagen.
  • Sustantivos genéricos y nombres colectivos: al  margen de presentar un género gramatical masculino o femenino, podemos utilizar sustantivos genéricos que hacen referencia a ambos sexos como sustituir alumno/a por alumnado, los trabajadores por la plantilla, los ciudadanos por la ciudadanía, los hombres por la humanidad, etc.
  • Evitar también expresiones androcéntricas del tipo el cabeza de familia, el hombre del tiempo, padres de la patria.
  • En los casos en los que sea posible, representar ideas a través de objetos y prescindir de figuras humanas para evitar perpetuar la posible asociación de ciertos conceptos al sexo femenino o masculino.

Siguiendo estas recomendaciones podemos cambiar el lenguaje; de este modo, evitaremos el sexismo lingüístico de manera que se posibilite la expresión de un lenguaje no discriminatorio que promueva la igualdad de género.

Con todo lo anteriormente descrito y salvo en entornos síncronos, podemos decir que la lengua escrita es un tipo de comunicación en la que los interlocutores no comparten ni espacio ni tiempo, y que por tanto puede planificarse: cuidemos el lenguaje, atendamos a su pertinencia, su claridad y su precisión.

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Recursos bibliográficos:

Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Boletín Oficial del Estado, de 23 de marzo de 2007, núm. 71. Recuperado de https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2007-6115

Marçal, H., Kelso, F. y Nogués, M. (2011). Guía para el uso no sexista del lenguaje en la Universitat Autònoma de Barcelona. Servicio de Lenguas y Observatorio para la Igualdad de UAB.

Paredes, F. (2012). El libro del español correcto. Barcelona: Espasa Libros.

 

Entrada publicada el 29/11/2018

Editor: Universidad Isabel I

Burgos, España

ISSN: 2605-258X

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