María Hernández

María Hernández en los Laboratorios de Criminología de la Universidad Isabel I.

16 de abril de 2024. María Hernández Moreno, coordinadora de investigación y docente del Grado en Criminología de la Universidad Isabel I, ha sido invitada a analizar el caso de las vacaciones de Yana en el programa Crímenes Ibéricos. La docente de la Universidad Isabel I es doctora en Ciencias Forenses y Criminalista especializada en visualización y análisis de patrones de manchas de sangre.

Datos del caso

La profesora Hernández detalló los datos científicos del caso de Yana Rose, una mujer casada con Michael Martin. El matrimonio emprendió un viaje por Europa que culminó en tragedia cuando Yana desapareció en Cádiz en diciembre de 2021. La pareja, dueña de un taller de coches en Colorado, tenía una vida próspera y disfrutaba de viajar. Tras viajar por diversos países, llegaron a España y se instalaron en Sotogrande, Cádiz. Sin embargo, Yana desapareció después de preparar un viaje a Valencia para encontrarse con amigas y nunca llegó.

Tanto las amigas como la madre denunciaron su desaparición. La policía sospechó de Michael, quien abandonó España sin dejar rastro. Y unos días después de su marcha, un hallazgo fortuito de una cámara de seguridad mostró a Michael con el maletero del coche abierto y arrastrando una bolsa sospechosa. Tras varias investigaciones adicionales, el cadáver de Yana fue encontrado en un descampado en Alcira (Valencia) el 19 de enero de 2022. Michael condujo hasta esta provincia desde Cádiz, según indica la geolocalización de su coche alquilado. Además, se le vio en una tienda de bricolaje comprando diversas herramientas como palas o una sierra.

La autopsia

El FBI detuvo a Michael, pero se negó a explicar lo ocurrido. La autopsia reveló pocas pistas sobre la muerte de Yana, sugiriendo un posible estrangulamiento por parte de Michael, por los hematomas que presentaba el cadáver. La teoría del fiscal es que Michael planeó el asesinato en España para evitar una condena más severa en Estados Unidos, donde se enfrentaría a cadena perpetua.

María Hernández explicó la dificultad que tiene este caso al no existir una declaración de culpabilidad por parte de Michael. La autopsia del cadáver de Yana no permite arrojar muchas pistas a la investigación por dos motivos “por el estado en el que se encuentra el cuerpo ya que ha transcurrido casi un mes desde su fallecimiento en torno al día de Navidad y, además, el cadáver, al estar en un descampado, se ha visto sometido a los efectos de la putrefacción en mayor medida”, explicó la profesora Hernández. A ello hay que añadir que las herramientas que compró Michael pueden llevar a pensar que descuartizó el cuerpo, por lo que “estamos ante un proceso más rápido de putrefacción, al ser enterrado directamente en la tierra del descampado y al presentar heridas abiertas”, añadió la docente. La profesora Hernández indicó que se trata de una escena abierta, lo que significa que no está protegida de las inclemencias meteorológicas y de la fauna del entorno.

A espera de juicio

En la actualidad, Michael Martin está a la espera de juicio en España. La policía y la fiscalía se plantean diversas hipótesis sobre el crimen. En la última autopsia los médicos forenses concluyen que Yana fue estrangulada. “Si han logrado tener acceso a los huesos del cuello, hay una serie de lesiones en la zona de la tiroides que son compatibles con el estrangulamiento”, matizó María Hernández.

La profesora se pregunta hasta qué punto van a poder demostrar en el juicio que Michael fue el autor de la muerte de su esposa, a pesar de que se mantienen las grabaciones en su coche de cómo ha movido una gran bolsa de basura con el cadáver localizado de Yana. Si Michael no realiza ninguna declaración al respecto, va a ser complicado determinar si fue asesinato u homicidio porque faltan datos en la investigación.

La policía realizó una reconstrucción del escenario criminal en Cádiz, comprobando que el golpe que Yana tenía en la cabeza se produjo postmortem. “Esta herida no tenía un sangrado, lo que determina que se produjo una vez que había fallecido, seguramente, en el traslado hasta el maletero del coche”, explicó.

Pruebas circunstanciales e indiciarias

En este caso, las pruebas circunstanciales e indiciarias permiten reconstruir parte de los movimientos que realizó Michael por España al deshacerse del cuerpo de Yana. “Hay una relación directa entre el lugar en el que se abandona el cuerpo, el interior del coche en el que se encuentra tierra del descampado de Alcira (Valencia) y un individuo en concreto que, casualmente, es el único sospechoso que tiene la policía”, concretó María Hernández.

caso del pódcast

Cabecera del podcast en el caso de Yana Rose.

La criminalista indicó que la compra de las herramientas o el viaje primero a Tarragona y posteriormente a Valencia pueden ser una prueba de la falta de premeditación a la hora de cometer el crimen. “Creo que no lo había planeado, ni que sabía qué debía hacer y fue actuando sobre la marcha”, detalla María Hernández.

María Hernández adelanta en su hipótesis que Michael argumentará en el juicio que fue un accidente o incluso que se encontró a su mujer ya muerta y no supo cómo gestionar la situación, por lo que decidió deshacerse del cadáver para que no le acusaran a él, ya que tenía una denuncia previa de malos tratos.

En función de la sentencia del juicio, si se determina que es un asesinato, el detenido se enfrenta a entre 15 y 25 años de cárcel en España en función del agravante de parentesco, una pena menor a la que se enfrentaría en su país, donde, en función de los estados, podría enfrentarse al corredor de la muerte. Para determinar que se trata de un asesinato, es necesario probar que haya premeditación, que se produzca precio o recompensa por la muerte (en el caso de un sicario), se produzca ensañamiento causándole un dolor innecesario o concurra alevosía y la víctima no pueda defenderse cuando se produce, por ejemplo, un ataque por la espalda o la persona está impedida o con ciertas discapacidades. En caso de homicidio, la pena en España ronda entre los 10 y los 15 años de cárcel.