Ricardo Barcenilla y donantes de la UNi

Ricardo Barcenilla y las compañeras de Innovación Educativa, Sara Criado y Berta Barona, esperando su turno en la donación.

4 de junio de 2025. En el corazón del campus de la Universidad Isabel I, el silencio académico habitual se mezcla con las risas, el murmullo de voces jóvenes y la presencia de batas blancas. No es un día cualquiera: la institución burgalesa ha vuelto a celebrar su campaña de primavera de donación de sangre, en colaboración con el Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León.

“Cuando entras en la Universidad Isabel I en un día como hoy, no sientes que estás en un campus. Sientes que estás en un lugar donde la solidaridad es parte de la enseñanza”, explica María, una de las donantes que ha participado en la jornada. Sus palabras resumen el ambiente especial que se ha vivido en las instalaciones universitarias.

Ricardo Barcenilla, de la Hermandad de Donantes de Burgos

En esta edición, la campaña ha contado con un invitado especial: Ricardo Barcenilla, miembro de la Hermandad de Donantes de Burgos. Con una sonrisa afable y la convicción de quien cree profundamente en su labor, Ricardo ha animado a los asistentes, especialmente a los más jóvenes. “Estoy encantado de estar rodeado de gente joven, porque se necesitan nuevos donantes, especialmente los de la savia nueva”, comenta consciente de que quienes pueden donar están entre los 18 y los 65 años. Su mensaje no es casual: aunque Burgos es la provincia con mayor número de donantes por cada mil habitantes en España (un 66 %), la renovación generacional sigue siendo un reto.

Burgos tiene también el honor de contar con el presidente de la Hermandad, Francisco del Amo Zarco, quien ostenta el récord mundial de donaciones de sangre con más de 500 extracciones a lo largo de su vida. “Unas 20 donaciones de plasma cada año”, explica Ricardo con orgullo, como quien narra una hazaña silenciosa pero trascendental.

Respuesta universitaria

La implicación del personal de la universidad ha sido otro de los pilares del éxito. Sandra, miembro del personal de administración y servicios (PAS), lo tiene claro: “Mi padre fue donante y yo sigo la tradición de ser donante también. La verdad es que lo he visto toda la vida y para mí es algo que no me cuesta”. Como ella, muchos trabajadores se han acercado de forma discreta, donando sin esperar más reconocimiento que la satisfacción de ayudar.

También hay historias nuevas, como la de Nuria, quien se ha animado a donar por primera vez: “Estoy encantada”. Su caso es especial: tras un análisis le detectaron un exceso de ferritina en sangre. Donar, además de ser un acto altruista, le ayuda a mejorar su salud mientras beneficia a otros.

Alumnos de TSEAS

Rodrigo Barriuso y Mario Ramos, alumnos de TSEAS, en la donación de sangre.

El equipo de la unidad móvil

Nada de esto sería posible sin el esfuerzo del equipo sanitario que recorre Castilla y León a bordo de una unidad móvil de donación. Maite Ordóñez, la médica responsable del equipo, destaca la profesionalidad y compromiso del equipo de la universidad: “Transmiten su entusiasmo y respetan todos los parámetros a la hora de ofrecer la entrevista, venir hidratados, desayunar y reservar un tiempo posterior de no realizar ejercicio físico intenso en las siguientes 24 horas”. La doctora pone énfasis también en el componente humano del proceso: “En ocasiones se incide en preguntas íntimas y cada uno de ellos responde con honestidad y sin prejuicios, por lo que se debe realizar una entrevista con profesionalidad y empatía”.

Durante la jornada, se han recolectado suficientes unidades de sangre como para salvar, potencialmente, más de una treintena de vidas. Pero más allá de las cifras, lo que se ha vivido en los pasillos es una muestra de valores compartidos.

Hay una profesora que siempre viene, incluso cuando tiene clase después. Se sienta, dona y vuelve a su trabajo como si nada, pero lo que ha hecho en esos diez minutos tiene un valor enorme”, comparte una de las enfermeras.

Donación de sangre

Proceso de donación de sangre.

Cada unidad de sangre representa una decisión individual, un gesto anónimo que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte para alguien. Como resumía una sanitaria al final del día:
Cada donante que entra por esa puerta y se tumba en la camilla, sin pedir nada a cambio, es un pequeño gran héroe. Hoy han pasado muchos por aquí. Y me voy con la certeza de que, aunque no lo sepan, han salvado vidas.”, explicó un miembro del equipo al final de la jornada, en la que participaron un total de 30 voluntarios, con 27 donaciones efectivas.

¡Enhorabuena!