
María Sánchez Álvarez durante la presentación de la investigación en el 11º Congreso Internacional AIBR de Antropología.
9 de julio de 2025. El 11º Congreso Internacional AIBR de Antropología se ha celebrado del 1 al 4 de julio en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cantabria bajo el lema “Expectativas e Incertidumbres”. Este congreso acogió una comunicación sobre la transformación de los hábitos alimentarios en contextos de vulnerabilidad social, presentado por dos investigadores de la Universidad Isabel I: María Sánchez Álvarez y Juan Francisco Romero Collazos.
El trabajo, titulado “Expectativas e incertidumbres en la transformación de hábitos alimentarios. Reflexiones en programas de empleabilidad”, explora cómo los programas de empleo con enfoque integral pueden mejorar la calidad de vida y la inclusión social de personas en situación de precariedad, mediante intervenciones que combinan la formación profesional y la educación nutricional.
Empleo y salud: una alianza necesaria
Los autores subrayan que, en un país como España, donde el 13,3 % de la población no tiene acceso permanente a alimentos seguros y nutritivos, la intersección entre desempleo e inseguridad alimentaria se convierte en un reto de primer orden. En este contexto, los programas de empleabilidad no solo tienen un objetivo laboral, sino también de intervención biopsicosocial, orientado a mejorar el bienestar general de los participantes.
Las acciones implementadas incluyen desde desayunos saludables gratuitos y retos de hidratación diaria, hasta formación teórica sobre alimentación equilibrada, basadas en modelos como el “plato saludable”. Estas medidas buscan combatir el acceso desigual a una dieta de calidad, impulsando cambios sostenibles en los hábitos de consumo de los beneficiarios.
Enfoque biopsicosocial y mirada holística
El equipo investigador defiende una visión integral del fenómeno alimentario, que incorpore factores biológicos (calidad de los alimentos), psicológicos (motivación, conducta alimentaria) y sociales (formación, contexto económico).
“La precariedad económica fuerza a muchas personas a optar por productos ultraprocesados, que son más asequibles pero nutricionalmente pobres. Esto dificulta la adherencia a patrones saludables como la Dieta Mediterránea”, explica la doctora María Sánchez Álvarez.
A través de este enfoque holístico, el estudio plantea que cualquier intervención que aspire a transformar hábitos debe contemplar también seguimiento individualizado, para mantener en el tiempo los avances logrados y adaptarse a las distintas realidades sociales.
Enmarcada en el congreso AIBR, una de las citas más destacadas en el ámbito de la antropología iberoamericana, esta propuesta adquiere un valor especial al combinar investigación académica, acción social y educación para la salud.