
Nuestra compañera Isabel realizando la donación de sangre en las expertas manos de la enfermera Natalia.
20 de octubre de 2025. La Universidad Isabel I ha vuelto a poner en práctica su compromiso con la ciencia y la solidaridad en una nueva jornada de donación de sangre, organizada en colaboración con el Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León. Esta iniciativa, que se organiza dos veces al año en la Universidad, convierte las instalaciones universitarias, en concreto, al aula Atapuerca, en un punto de encuentro entre la formación científica y el compromiso social, recordando que cada donación es también una lección de vida. Casi una veintena de personas han podido realizar la donación en la Universidad.
La ciencia en cada donación
Durante toda la mañana, docentes y personal administrativo que trabajan en la sede central, se acercaron al punto de extracción, contribuyendo con un gesto que puede salvar hasta tres vidas. Detrás de ese gesto solidario hay un complejo proceso científico que garantiza que cada mililitro de sangre tenga un propósito vital.
Una vez realizada la donación, la sangre se analiza, separa y conserva en el Centro de Hemoterapia. De cada bolsa se obtienen tres componentes principales:
- Glóbulos rojos, que se transfunden a pacientes con anemias graves o que han sufrido hemorragias tras intervenciones quirúrgicas o accidentes.
- Plasma, rico en proteínas y factores de coagulación, fundamental para el tratamiento de personas con hemofilia, quemaduras extensas o enfermedades hepáticas.
- Plaquetas, esenciales para pacientes oncológicos o sometidos a tratamientos de quimioterapia que reducen sus defensas.
Gracias a la donación, estos componentes se redistribuyen allí donde más se necesitan, permitiendo que hospitales y centros médicos cuenten con reservas suficientes para atender emergencias y tratamientos continuos.
Requisitos para donar: un pequeño gesto con grandes condiciones
Para poder donar, es necesario cumplir con algunos requisitos básicos de seguridad y salud, tanto para el donante como para el receptor. Se puede donar si se:
- Tiene entre 18 y 65 años.
- Pesa más de 50 kilos.
- Se presenta con el DNI o documento identificativo.
- Se está en buen estado de salud y no se ha padecido ninguna infección reciente.

La enfermera Natalia comprobando el material.
Por el contrario, no pueden donar las personas que:
- Hayan tenido enfermedades transmisibles por vía sanguínea (como hepatitis B o C, VIH o sífilis).
- Estén tomando determinados medicamentos o antibióticos.
- Hayan sido sometidas recientemente a intervenciones quirúrgicas, tatuajes o piercings (se recomienda esperar entre 4 y 6 meses).
- Presenten anemia o niveles bajos de hemoglobina.
Antes de la donación, el personal sanitario realiza una pequeña entrevista médica y una prueba de hemoglobina para garantizar la seguridad del proceso.
Cuidados después de donar: la importancia del autocuidado
Tras la donación, los especialistas recomiendan beber abundante agua y evitar esfuerzos físicos intensos o ejercicio durante las siguientes 24 horas. También es conveniente no fumar ni consumir alcohol inmediatamente después, y tomar un pequeño refrigerio para reponer la glucosa.
El Centro de Hemoterapia recuerda que el cuerpo repone el volumen de sangre en pocas horas, y las células sanguíneas en cuestión de días, por lo que donar es un proceso completamente seguro para personas sanas.

La enfermera Sara analizando las extracciones.
Gesto solidario
Más allá del valor sanitario, la jornada representa una oportunidad educativa para concienciar de la importancia de la donación ya que una donación se traduce en beneficios tangibles para la sociedad.
“Cada donante contribuye a la salud pública de forma directa. Es ciencia aplicada a la vida cotidiana, un acto sencillo que requiere conocimiento, logística y solidaridad”, explicaron los profesionales del centro de hemodonación.
Desde el Vicerrectorado de Ordenación Universitaria e Innovación Educativa se destacó que este tipo de iniciativas reflejan la misión de la Universidad Isabel I: formar profesionales competentes y ciudadanos comprometidos, conscientes de que la ciencia también tiene un rostro humano. Porque, la sangre, es vida.