rock radikal vasco

Montaje de fotografía de Eskorbuto (origen elcorreo.com) y el reportaje Rock Radikal Vasco, (20minutos.es).

19 de agosto de 2022. El terrorismo en la música vasca: de los cantautores al rock radical y sus herederos es el título del último artículo publicado por el profesor David Mota Zurdo, coordinador del Grado en Historia, Geografía e Historia del Arte de la Universidad Isabel I, en la Revista Iberoamericana de Filosofía, Política, Humanidades y Relaciones Internacionales, Araucaria. La prestigiosa publicación ofrece en su último número un monográfico sobre violencia política, con artículos de expertos en terrorismo de distintas partes del mundo, entre los que se encuentra el profesor Mota Zurdo.

El experto en terrorismo analiza la huella que dejó el terrorismo en la música vasca desde la década de 1970 hasta la entrada en el siglo XXI, ya que buena parte de las letras de las canciones de los cantautores vascos y los grupos de rock radical fueron un reflejo de temáticas relacionadas con el terrorismo de ETA. “El movimiento musical Rock Radikal Vasco fue, utilizando la terminología de la izquierda abertzale (nacionalista vasco), la banda sonora del “conflicto vasco”. Las letras de estos cantautores y grupos dieron (in)directamente soporte a la “lucha armada” y a la estrategia política de la izquierda abertzale como sucedió con ‘Itziarren Semea’ o ‘Hernani 15-VI-84’, canciones de Pantxoa eta Peio y Kortatu respectivamente”, explica David Mota Zurdo en su artículo.

El profesor realiza un análisis de la situación de este tipo de música en el País Vasco a lo largo de tres décadas, prestando atención a la imagen de este “conflicto”, y a cómo ha evolucionado este género, “comprobando qué grupos continúan tratando temáticas propias de etapas precedentes, relacionadas con el terrorismo, las víctimas y los victimarios”.

Música underground, eje vertebrador

Para Mota Zurdo, la música underground en el País Vasco se convierte en un eje vertebrador de identidad y nexo entre lo individual y lo social que orienta el mensaje político de la izquierda abertzale; pero, al mismo tiempo, esa cultura underground posibilita el marco ideal para expresar en la música las opiniones contracorriente, de lucha contra el sistema y enfrentamiento a la autoridad que subyuga y controla sus formas de expresión.

David Mota Zurdo recuerda que la música sirvió de aglutinante para que un sector significativo de la población se politizara bajo el paraguas del imaginario de la izquierda abertzale, “o que, como mínimo, fuera cercano a su discurso. Así, se puede afirmar que la música ha sido uno de los principales altavoces de esta ideología en la transmisión de la memoria y en la traslación de un discurso político a la cultura popular; es decir, tanto los cantautores como los grupos del Rock Radical Vasco han participado (in)directamente en la batalla por el relato: un enfrentamiento memorístico abierto desde décadas y que, desde entonces, ha enfrentado a vascos y españoles, a nacionalistas y constitucionalistas, a nosotros y a los otros”, concreta el historiador.

Cantautores como Imanol, Urko o Pantxoa eta Peio dedicaron algunas canciones a ensalzar las figuras de determinados miembros de ETA en la década de 1970. Pero también Julen Lekuona, Mikel Laboa, Xabier Lete o Benito Lertxundi. En 1975, Pantxoa eta Peio lanzan la canción ‘Itxiarren semea’, que muestra en su letra al agente de policía como torturador y ofrece directrices muy concretas sobre mantener el silencio ante las autoridades.

En contraposición, grupos musicales como Eskorbuto o Hertzainak se situaron en las antípodas de esta ideología y fueron muy críticos con los anteriores. Estas bandas punks antisistema abogaron por la ruptura y el cambio, por la anarquía y la destrucción del Estado. “Y es que canciones como ‘Mucha policía, poca diversión’ (1985) de Eskorbuto, ‘Desobediencia’ (1986) de Cicatriz, ‘A la calle’ (1986) de Kortatu u ‘Odio a mi patria’ (1987) de RIP, son una muestra clara de la existencia de una búsqueda premeditada de confrontación y diferenciación, de provocación y situacionismo, y de refuerzo de la identidad comunitaria” que corresponden al movimiento underground, comenta el autor del artículo.

Canciones que animan a actuar

Las canciones de algunos de estos grupos contribuyeron a animar a la lucha armada, al cantar sobre la represión policial, los presos de ETA o el sentimiento de ocupación. Y estos temas se repitieron durante la década de 1990, donde se dedicarán canciones a terroristas que son considerados como “héroes” por estos grupos. Y la misma línea siguieron a partir del año 2000 varios grupos, que escribieron canciones honrando a miembros de ETA fallecidos. “Entre 1977 y 2011, ETA fue el principal obstáculo para la estabilidad de la democracia en España, sobre todo, en Euskadi. Y, durante ese periodo, la música underground vasca contribuyó a la cultura de la violencia y, por consiguiente, a reproducir el discurso del odio”, explicó el profesor de la Universidad Isabel I. Sin embargo, cabe señalar que no todos estos grupos se pueden vincular con la violencia de ETA.

Conclusiones

En sus conclusiones, destacó cómo la gran mayoría de las canciones hacen alusión a los miembros de ETA,desatendiendo a las víctimas de este y otros grupos terroristas. Se heroíza al terrorista se comprende y se justifica”, subrayó el docente.

El profesor señala que muchas de las bandas inciden en las acciones del GAL, que asesinaros a 27 personas entre 1983 y 1987, para legitimar, en parte, que ETA continuara asesinando. David Mota explica que “sobrerepresentan la imagen del grupo parapolicial en sus canciones, transmitiendo una imagen de longevidad, que no es cierta, frente a una ETA con cerca de 60 años de vida, 853 víctimas mortales y 2600 heridos a su espalda”.

El rastro de las víctimas del terrorismo en estos grupos es prácticamente testimonial. ” Las referencias a las víctimas son circunstanciales e irrelevantes. Hay, por tanto, una deuda pendiente. Más si se valora el espacio concedido a los victimarios en el underground”, concluye David Mota Zurdo.