Diego Arceredillo. Fotografía cedida por Susana Santamaría.

Diego Arceredillo en el yacimiento arqueológico de Atapuerca. Imagen cedida por Susana Santamaría.

13 de enero de 2023. Diego Arceredillo, profesor del Máster en Divulgación Científica y de los Grados en Educación Infantil y Primaria de la Universidad Isabel I, ha publicado un artículo titulado “Paleoecology of the southern chamois from Valdegoba cave (Burgos, Spain) and its exploitation by the Neanderthals” en la revista de impacto Lethaia, especializada en estudios paleoecológicos.

En este artículo, Diego Arceredillo, junto a Guillermo Rodríguez (UCM), Estefanía Pérez (BÜCHI), Philippe Fernández (CNRS), Juan Luis Arsuaga (UCM) y Carlos Díez (UBU), presenta los resultados de un estudio dedicado a analizar el uso del rebeco como recurso alimenticio por parte de los neandertales. Este análisis parte de los restos recuperados en uno de los principales yacimientos del Paleolítico Medio de la meseta norte, la Cueva de Valdegoba en la provincia de Burgos.

La Cueva de Valdegoba, ubicada en la localidad burgalesa de Huérmeces, ha aportado uno de los mejores registros de rebeco (Rupicapra pyrenaica) de la Península Ibérica. Los fósiles recuperados en esta cavidad han proporcionado una gran cantidad de evidencias sobre la ocupación neandertal que tuvo lugar en este territorio durante el Paleolítico Medio.

De acuerdo con diversos análisis tafonómicos (parte de la paleontología que estudia los procesos de fosilización y formación de los yacimientos de fósiles), “los neandertales tuvieron un acceso primario a los rebecos, siendo esta la especie más cazada”, explica el profesor Arceredillo.

El análisis de los rebecos de Valdegoba ha permitido conocer la estructura y la dinámica de esta población y su caracterización paleoecológica. Además, debido a su excelente estado de conservación, se ha podido comparar esta población con otras actuales de diferentes especies como R. pyrenaica y R. rupricapra de los Alpes y Nueva Zelanda.

cabra pirenaica

Cabra pyrenaica.

La metodología se ha enfocado “teniendo en cuenta los perfiles de mortalidad y la estructura poblacional empleando tablas de vida, las matrices Leslie-Lewis y diagramas ternarios, que utilizan la erupción dental y el desgaste de los dientes. El peso se ha obtenido a partir del esqueleto postcraneal. Junto con este análisis se ha calculado también la cantidad de carne disponible para los neandertales y el territorio que deberían recorrer para obtenerla”, matizó el profesor de la Universidad Isabel I.

“Los resultados del estudio han reflejado que la estructura de edad del rebeco de Valdegoba era muy similar a la de las poblaciones actuales. Además, se infiere que los neandertales pudieron explotar esta especie sin llegar a su colapso”, matiza el paleontólogo en las conclusiones de la investigación. “Estos homínidos deberían explotar al menos un área de entre 61 y 99 kilómetros cuadrados para cubrir sus requerimientos energéticos”, añade.

Este estudio abre las puertas a otros análisis similares de otros grandes herbívoros de la región para caracterizar mejor los comportamientos cinegéticos y alimenticios de los pobladores de la meseta norte durante el Paleolítico Medio.