
Primera mesa redonda del Congreso con los profesores Berta Alam, Reinaldo Batista y Javier Gómez.
31 de octubre de 2025. “Dar voz a las víctimas del terrorismo y recordarlas” fue una de las frases del discurso de apertura de Reinaldo Batista Cordova, decano de la Facultad de Criminología de la Universidad Isabel I en la apertura del II Congreso Internacional de la Unión Europea: Terrorismo y Victimización. Este congreso ha reunido en Burgos a expertos nacionales e internacionales, representantes institucionales y miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Durante el encuentro, se reflexionó sobre las causas, consecuencias y transformaciones del terrorismo en Europa, así como sobre el papel esencial de las víctimas en la construcción de la memoria democrática.
El decano de la Facultad de Criminología y Ciencias Jurídicas, Reinaldo Batista Córdoba, subrayó que este congreso ha sido “un espacio de conocimiento y reflexión, lejos de los bulos y la confusión”. En su intervención, alertó sobre la banalización del término terrorismo: “No es lo mismo una manifestación con actos violentos que el terrorismo. Llamar terrorismo a cualquier cosa le resta gravedad a su verdadero significado”.
“Nuestra misión es generar conocimiento fundamentado y ofrecerlo a la sociedad para que podamos reflexionar, aprendiendo de los hechos y entendiendo cómo la historia sustenta las normativas y legislaciones que vivimos en la actualidad”, apuntaló. Por ello, el decano destacó que este foro académico “busca unir la mirada científica con la experiencia directa de quienes han estado en primera línea, como la Guardia Civil o la Policía Nacional, y han vivido el fenómeno con fundamento”. De esta forma, la Universidad Isabel I reafirma su compromiso con el estudio riguroso del terrorismo y, sobre todo, con la defensa de la memoria y la dignidad de sus víctimas. “El terrorismo no es solo un tema del pasado, sino un fenómeno en constante mutación que debemos seguir analizando desde el conocimiento y la ética”, sentenció.
Memoria, justicia y representación de las víctimas
El profesor de la Universidad de Valladolid e historiador, David Mota Zurdo, centró su ponencia en la representación audiovisual del terrorismo de ETA y sus víctimas en la televisión y el cine. Recordó que entre 1959 y 2011 la organización terrorista asesinó a 850 personas y dejó más de 2.800 heridas, al tiempo que explicó cómo la producción cultural ha pasado de la invisibilización al reconocimiento. “Durante décadas la ficción televisiva centró su mirada en el terrorista, no en las víctimas”, señaló. Sin embargo, a partir del asesinato de Miguel Ángel Blanco, en 1997, con la respuesta ciudadana ante este asesinato, comenzó a producirse un cambio narrativo. “Series como El Lobo, El Precio de la Libertad, El Padre de Caín o Patria han devuelto el foco al dolor y la humanidad de las víctimas, con una memoria más empática y menos ideologizada”.

El profesor David Mota Zurdo.
David Mota advirtió, no obstante, que “la televisión es una caja de resonancia de la memoria colectiva y aún falta una narrativa que incorpore en los guiones a todas las voces con responsabilidad y verdad”. En este sentido, insistió en que la cultura y los medios de comunicación “tienen una función esencial en la reparación simbólica y en la educación de las nuevas generaciones”.
La dimensión humana del terrorismo
La mesa redonda Impacto social y humano del terrorismo en el contexto contemporáneo contó con la participación del historiador, Javier Gómez Calvo, de la Universidad del País Vasco, quien repasó los magnicidios y asesinatos políticos del último siglo en España, desde Eduardo Dato (8 de marzo de 1921) al de Luis Carrero Blanco (20 de diciembre de 1973). Igualmente se centró en los asesinatos a manos de ETA del concejal del PP en San Sebastián y candidato al Eusko Legebiltzarra (Parlamento Vasco), Gregorio Ordóñez (23 de enero de 1995) o el portavoz del PSOE en esta institución, Fernando Buesa (22 de febrero de 2000), destacando que estos crímenes “cambiaron la conciencia social del País Vasco y obligaron a replantear el papel de las instituciones frente al miedo”, al ser encontrados los papeles de Bidart y conocer que los políticos se convertían en objetivos de la banda terrorista.

Primera mesa redonda del Congreso.
La profesora de Derecho Internacional de la Universidad Rey Juan Carlos, Berta Alam Pérez, analizó la ausencia de una definición universal del terrorismo en el derecho internacional, lo que, según explicó, “genera inseguridad jurídica y desigualdad en la aplicación de sanciones”. “Nadie entiende exactamente lo mismo por el término terrorismo”, señaló Alam, advirtiendo que este vacío conceptual “permite que algunos Estados utilicen el término de forma política, vulnerando derechos individuales o interfiriendo en asuntos internos”. La jurista recordó que incluso en la Unión Europea existen medidas sancionadoras que “pueden exceder el marco legal, si no cuentan con la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU”, y abogó por “una definición más precisa que garantice la legalidad y la protección efectiva de las víctimas”.
Nadie está exento de ser víctima del terrorismo
La comisionada para las Víctimas del Terrorismo de la Junta de Castilla y León, Sonsoles Sánchez-Reyes, pronunció una intervención centrada en la importancia del recuerdo, la empatía y la educación en valores. “Nadie está exento de convertirse en víctima del terrorismo”, afirmó. “No es algo que les pase a otros, sino algo que nos atañe a todos muy de cerca. Los supuestos crímenes que han cometido las víctimas del terrorismo han sido ir andando por la calle, comer en un restaurante, coger un tren o un avión”.
Sánchez-Reyes recalcó que la historia de las víctimas “es también la historia de todos los ciudadanos” y apeló a la memoria colectiva con una frase del filósofo Jorge Santayana: “Un pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla”. Defendió que las nuevas generaciones deben formarse “en el respeto, el diálogo y la palabra como únicas herramientas legítimas para defender las ideas”, y agradeció a la Universidad Isabel I “haber impulsado una iniciativa tan relevante para mantener viva la conciencia democrática”.

La comisionada para las Víctimas del Terrorismo de la Junta de Castilla y León, Sonsoles Sánchez-Reyes.
La comisionada destacó, además, el compromiso de la Junta con la educación y la investigación en materia de memoria democrática. “Por primera vez hemos lanzado una convocatoria de premios para trabajos académicos /TFG, TFM y tesis doctorales) sobre la deslegitimación del terrorismo”, explicó. También alertó sobre las nuevas amenazas globales: “Hoy existen formas de terrorismo impensables hace una década, como el ciberterrorismo, una realidad sin fronteras que exige concienciar y educar a los jóvenes antes de que se produzca la radicalización”.
Las víctimas, en el centro del debate
El comisario de la Policía Nacional en Burgos, Jesús María Nogales, abordó la dimensión conceptual y operativa del fenómeno, recordando que “no toda violencia es terrorismo. El terrorismo intenta subvertir una sociedad, un modo de vida, una democracia. Cosifica al otro, lo convierte en un objeto”, explicó, subrayando la importancia de “nombrar las cosas por su nombre” para no banalizar la gravedad de este delito.
Nogales recalcó que más allá de los aspectos teóricos o logísticos, “estas jornadas reposicionan a las víctimas en el lugar que merecen” y lamentó que aún existan “muchas víctimas que no han sido reconocidas ni reparadas”, a lo que añadió, “sigue siendo una deuda pendiente de nuestra sociedad”.
Por su parte, el excomisario de la Policía Nacional, Luis Alberto García González, destinado durante años en el País Vasco, cerró la jornada de la mañana con una ponencia testimonial sobre los años de plomo de ETA, repasando algunos de los atentados más sangrientos, como los de Hipercor o Zaragoza, y rindiendo homenaje a los agentes, familias y ciudadanos anónimos que “vivieron con miedo, pero también con una enorme entereza”.

El ex-comisario Luis Alberto García.
Estructura de las normas penales y victimización secundaria
La sesión vespertina del congreso se abrió con la conferencia “Estructura de las normas penales sobre terrorismo y su impacto en la victimización secundaria”, impartida por Roberto José Cruz Palmera, profesor de Derecho Penal en la Universidad de Valladolid. El penalista subrayó que el terrorismo “genera terror en el colectivo y se sitúa más allá de la esfera jurídica, afectando al ámbito social y humano”. Aunque los Estados europeos han ampliado los mecanismos de protección, señaló que “no siempre se logran soluciones efectivas, lo que redunda en la victimización secundaria”, fenómeno que definió como los daños psicológicos y administrativos que sufren las víctimas al enfrentarse a los procedimientos judiciales.

Los profesores Roberto José Cruz Palmera y Ronan Ciréfice (moderador de la sesión).
Cruz Palmera advirtió que “las víctimas muchas veces reciben un trato frío por parte de las administraciones, lo que les genera un daño innecesario”, y pidió “una revisión profunda de las leyes para evitar que el sistema reproduzca el sufrimiento”. Recordó además que el Código Penal español, en sus artículos 573 a 580, abarca desde la comisión de atentados hasta la colaboración, financiación o enaltecimiento del terrorismo, un marco “de interpretación compleja y carácter predictivo” que exige al juez una labor delicada. “Una redacción imprecisa puede comprometer los derechos de las víctimas y generar inseguridad jurídica”, advirtió. En su conclusión, defendió que “unas normas claras y humanas pueden mejorar la gestión del daño y reforzar la confianza en la justicia”.
Políticas europeas de prevención y reparación
La jornada continuó con la Mesa Redonda 2, dedicada a las Políticas de prevención y atención a las víctimas en la Unión Europea, con la participación de María Jiménez Ramos, profesora de Comunicación de la Universidad de Navarra, y Carmen González Vaz, profesora de Derecho Penal en CUNEF Universidad.
La profesora Jiménez Ramos destacó que la Unión Europea ha avanzado en el reconocimiento y reparación de las víctimas, que “no son solo sujetos pasivos, sino agentes morales, políticos y educativos, fundamentales en la memoria democrática”. Recordó que en Europa existen más de 17.000 víctimas de atentados terroristas, de las cuales 5.000 corresponden al Reino Unido, 3.000 a España y más de 2.000 a Francia. “El siglo XXI ha traído un terrorismo globalizado, de raíz religiosa o yihadista, que exige una respuesta común y coordinada”, señaló. La profesora subrayó el papel de la UE en la creación de medidas de apoyo especializado, acceso a la información, protección judicial y reconocimiento público: “Las víctimas son ahora el centro del conmemoracionismo europeo y de la construcción de la memoria pública del terrorismo”.
Por su parte, Carmen González Vaz presentó la ponencia “De victimarias a víctimas: mujeres de la yihad”, centrada en la radicalización femenina en Daesh. Explicó que este grupo “se dio a conocer internacionalmente tras los atentados de la sala Bataclán en París en 2015” y que ha reclutado a unas 40.000 personas de 120 países. “Las mujeres reclutadas tienen una media de 22 años, la mitad solteras, y muchas acaban sufriendo una doble victimización: primero por ser explotadas sexualmente y después por el rechazo de sus países al intentar reintegrarse”, detalló. La penalista defendió la necesidad de abordar esta realidad con perspectiva de género: “Debemos entender que muchas de estas mujeres no son solo victimarias, sino también víctimas de manipulación, explotación y violencia estructural”. Reclamó además políticas de prevención y programas de reinserción adaptados al nuevo contexto del terrorismo global.
Sigue las ponencias de la primera jornada en este enlace.
España ante el desafío yihadista
El profesor Carlos Echeverría Jesús (UNED y colaborador del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional) abrió la jornada con una conferencia centrada en “España frente al terrorismo jihadista-salafista y la importancia geopolítica de Ceuta y Melilla”. Echeverría subrayó que estos territorios, junto a las islas Chafarinas, el Peñón de Vélez de la Gomera o Alhucemas, son “símbolos sensibles para el islamismo radical”, que los interpreta como “una invasión de su tierra, parte del imaginario de Al-Ándalus”.
El experto recordó que el yihadismo salafista “ha encontrado puntos de consolidación en España”, especialmente en Ceuta y Melilla, donde este año se han producido ya nueve detenciones. Tras repasar los antecedentes históricos del fenómeno, desde Afganistán en los años ochenta hasta los atentados del 11M en Madrid, destacó que “España ha hecho un gran esfuerzo en materia de prevención y coordinación policial, con un modelo de referencia internacional gracias a la Guardia Civil, la Policía Nacional y el CNI”. En clave europea, alertó de que el Sahel se ha convertido en “un foco creciente de inestabilidad apoyado por Al Qaeda y el Estado Islámico”, y que los grupos yihadistas “siguen activos y más organizados que nunca en África Central y el Magreb”. Indicó la necesidad de coordinar políticas europeas que traten de contrarrestar esta problemática.

Los profesores Ricardo Gómez Laorga (moderador) y Carlos Echeverría Jesús.
La triple frontera sudamericana, foco de financiación terrorista
Desde una perspectiva transcontinental, Joel Harry Clavijo Suntura, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, analizó los riesgos de la llamada “triple frontera” entre Brasil, Argentina y Paraguay, considerada un espacio de relevancia estratégica para la financiación del terrorismo. “La región registra un movimiento de personas, dinero y comercio inusual, con escasos controles sobre el blanqueo de capitales”, advirtió Clavijo, quien propuso la creación de “un órgano supranacional, quizá en el marco de la CELAC, que permita coordinar políticas de control y cooperación judicial”. Aunque esta región está, en general, exenta de terrorismo, el ponente recordó que “las tensiones por la falta de coordinación institucional generan un caldo de cultivo que puede ser aprovechado por redes ilícitas”.
Cooperación europea y seguridad judicial
En la mesa sobre cooperación internacional y derechos humanos, el profesor Eduardo García Cancela (Universidad Complutense de Madrid) explicó que la lucha antiterrorista europea “ha evolucionado desde 2001 como una prioridad estratégica, con un enfoque que combina prevención, control de fronteras y cooperación judicial”. García Cancela detalló que la Unión Europea trabaja con países de Europa del Este “para reforzar la estabilidad regional y cortar las vías de financiación del terrorismo”, y que organismos como Europol, Eurojust y Frontex son esenciales en ese entramado. “La cooperación judicial a través de Eurojust y el uso de sistemas biométricos en fronteras son herramientas clave para garantizar la seguridad sin vulnerar los derechos fundamentales”, señaló.

Mesa redonda de los profesores Eduardo García Cancela, Ricardo Gómez Laorga y Carolina Zaccato.
La profesora Carolina Zaccato (University of St Andrews) completó el análisis destacando la nueva agenda antiterrorista europea, que busca prevenir la radicalización mediante programas educativos y de reinserción. “En los últimos quince años se han producido más de 1.800 ataques o intentos de atentado en suelo europeo”, recordó, subrayando que “la radicalización doméstica, la de ciudadanos europeos, es hoy el mayor reto”. Zaccato insistió en el papel de Internet como canal de reclutamiento y difusión de mensajes extremistas, y defendió que “la tecnología y la cooperación policial deben ir acompañadas de políticas sociales que aborden las causas de la frustración y la exclusión”.
Nuevas formas de radicalización: jóvenes y redes digitales
La conferencia de clausura, a cargo del teniente Luis Barragán Márquez (Guardia Civil), se centró en las tendencias actuales del yihadismo y la radicalización juvenil.
Barragán alertó de la aparición de fenómenos como los “salafitness”, jóvenes radicales que utilizan el deporte y las redes sociales “para proyectar una imagen de pureza física y espiritual al servicio de la yihad”. Según explicó, “hasta un 40% de los individuos radicalizados presentan trastornos mentales o del espectro autista”, lo que los hace especialmente vulnerables a la captación. Denunció también la instrumentalización de menores y el uso de videojuegos o plataformas digitales “para distorsionar el islam y prometer la salvación a través del martirio”. “El califato físico ha desaparecido, pero la idea sigue viva, y muchos jóvenes no lo saben”, concluyó, reclamando una mayor cooperación internacional y educación digital como herramientas de prevención.
Conclusión: verdad, justicia y empatía
El II Congreso Internacional de la Unión Europea sobre Terrorismo y Victimización concluyó con un mensaje unánime: la necesidad de nombrar las cosas por su nombre, escuchar a las víctimas y construir memoria desde la verdad y la empatía. En palabras la vicerrectora de Investigación, Patricia Cabrero, este congreso reafirma el compromiso institucional de la Universidad con “el pensamiento crítico y los valores europeos de dignidad, justicia e igualdad”, defendiendo la necesidad de mantener “políticas que sostengan la convivencia democrática y la memoria de las víctimas”.
Sigue la segunda jornada del congreso en este enlace.