hombre y periódico

La desinformación es una de las armas más eficaces de la estrategia militar.

4 de marzo de 2022. Durante estos días se está asistiendo a una notable desinformación en los medios de comunicación internacionales que están siguiendo de cerca la guerra de Ucrania. No hay ideas claras al respecto, opiniones enfrentadas entre quienes apoyan, defienden o intentan legitimar la intervención rusa y quienes apoyan al resistente gobierno ucraniano. Ciertamente hay mucha neblina y, por eso, lo preceptivo es recurrir a expertos que llevan años, incluso décadas, siguiendo cuestiones como la anexión rusa de Crimea o la reciente operación sobre el Donbás. David Mota Zurdo, coordinador del Grado en Historia, Geografía e Historia del Arte de la Universidad Isabel I entrevista a , Mariano López de Miguel, investigador de la Universidad de Murcia, es uno de esos expertos.  El profesor López de Miguel lleva varios años estudiando (in-)directamente la política post-soviética, esto significa que tiene una perspectiva de largo alcance sobre la política expansionista rusa, no sólo desde los años finales de la etapa Gorbachov, sino también desde el acceso de Boris Yeltsin al Kremlin, pasando por sus sucesores Vladimir Putin y Dmitri Medvedev.

Mariano López de Miguel, docente de la Universidad de Murcia.

David Mota (DM): ¿Cuáles son las claves de la invasión rusa de Ucrania?

Mariano López de Miguel (MLDM): Desde el primer momento en que se crea el espacio post soviético, tras la disolución de la URSS, su estado sucesor, la Federación Rusa, ha identificado a los 25 millones de ciudadanos de su etnia que habitan otros países de Europa del este como el “extranjero cercano”. Esto ha implicado que Moscú siempre haya optado por la defensa de sus “activos nacionales” como un objetivo político de primer orden, incluido en la Carta Magna del país tras sus últimas enmiendas. No obstante, nadie se esperaba que tras el reconocimiento de la independencia de las dos repúblicas del Donbas, el Kremlin tomase la decisión de invadir sin previo aviso a una nación soberana.   

David Mota Zurdo, coordinador del Grado en Historia, Geografía e Historia del Arte de la Universidad Isabel I.

DM: ¿Hay otro tipo de intereses que la mera política expansionista rusa? Me refiero, por ejemplo, a yacimientos de gas y otros productos.

MLDM: Si nos ceñimos al determinismo geográfico clásico, hemos de decir que Ucrania en idioma eslavo antiguo se traduciría como “frontera”. Y efectivamente, es la frontera natural entre Europa y la región calificada en 1997 por Zbigniew Brzezinski como “Balcanes Euroasiáticos”. Al factor de los gasoductos, oleoductos, zonas navales de importancia clave como la base naval de Sebastopol en la Península de Crimea o el control del Mar Negro, hemos de añadir un ítem menos conocido: Ucrania es denominada “la despensa de occidente” desde tiempos inmemoriales. El corte de suministros de cereales puede aumentar la hiperinflación de la cesta básica de la compra, ya en niveles estratosféricos.         

DM: Efectivamente, la guerra de Ucrania ha sorprendido a propios y extraños. Por este motivo, me pregunto si crees que podría haber vínculos directos y claros con lo sucedido en Crimea en 2014 o si hay motivos para considerarlo parte de una estrategia distinta

MLDM: A pesar de los posibles paralelismos o similitudes, son conceptos distintos. Crimea, era una “piedra en el zapato” de Ucrania desde tiempo atrás. El Secretario General del PCUS, Nikita Jruschev, quitó este territorio a Rusia en 1954 y se lo cedió a Ucrania buscando así una “hermandad de pueblos”. Pero claro, esto planteó un interrogante tras la caída de la URSS: ¿Debía devolverse Crimea a la Federación Rusa? Kiev optó por darle un grado de autonomía e igualdad de derechos a las tres etnias de la región (rusos, ucranianos y tártaros). Pero, a pesar de ello, no evitó la invasión, ni el referéndum, ni la anexión en marzo de 2014. En cambio, la invasión actual obedece a otros motivos distintos a no “proteger a minorías rusas”. El objetivo es “acabar con un gobierno nazi y de drogadictos”: una expresión barriobajera de la portavocía del Kremlin. ¿Cuál es la realidad? Creo que no hay duda de que es un ataque en toda regla a una nación soberana

Bandera de Ucrania.

DM: Y coincido contigo, Mariano. Yo mismo he publicado un análisis en ese orden en Haciendo Historia. Por eso, me sorprenden algunas declaraciones que veo en los medios. Recientemente, he podido leer en el diario Público un artículo de un exdiplomático y profesor indicar que, por ejemplo, debiéramos utilizar términos como “la cuestión ucraniana” ya que no se le puede tildar ni de guerra ni de invasión ¿Hay argumentos de peso para sostener este tipo de asertos?

MLDM: Pude leer dicho artículo de D. Augusto Zamora, ex embajador de Nicaragua en España y antiguo profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid. Para proceder de una persona ligada al ámbito diplomático y académico, sólo puedo decir que es un ensayo absolutamente vergonzoso, minimalista y cuyos “argumentos” caen por su propio peso. ¿Qué la OTAN cometió errores en su “movimiento hacia el Este"? Desde luego. Pero presentar la agresión rusa como “cuestión de Ucrania” e insultar sibilinamente con frases como “una suerte que no haya premio Nobel para la estupidez humana porque resultaría imposible adjudicarlo de tan abundantes candidatos que habría, empezando por los gobernantes europeos”, deja en nivel de ignorante a este buen señor. Hablamos de, repito, la invasión de una nación soberana por un estado vecino que triplica el porcentaje de PIB que invierte la UE en defensa. No digo nada ya de las aberraciones pseudo-históricas esgrimidas por el señor Putin en su alocución a la nación rusa, donde más que a un jefe de estado se veía a un matón de instituto. Es triste pensar que gente procedente del cuerpo diplomático, blanqueé a este señor y/o escurra el bulto malamente.      

DM: Desde luego, a determinados líderes les falta preparación no cabe duda y, en este caso, incluso hubiera sido bueno controlar dos obras clave para entender lo que está pasando en Ucrania: el clásico sobre las relaciones internacionales de Charles Zorgbibe y Postguerra de Tony Judt. Porque con esa base se tendrían más recursos para combatir lo que estamos viendo diariamente; es decir, el papel que están jugando los medios y las fake news para legitimar determinados discursos. ¿Crees que los medios de comunicación occidentales están informando adecuadamente sobre la guerra de Ucrania? ¿Cuál es -si la hubiere- la disparidad entre medios europeos e internacionales?

MLDM: Siempre se dijo que la primera víctima de una guerra o conflicto armado es la verdad. Este caso no iba a ser menos. Pero si bien algunos mass media occidentales tienen un marcado sesgo ideológico, canales de innegable propaganda rusa como son RT, Russia beyond the Headlines o Sputnik han usado una guerra híbrida y de desinformación (ya certificada por parte del Comité de Inteligencia del Senado de EEUU, en lo relativo a la injerencia del Kremlin durante las elecciones presidenciales de 2016). Ello no quita que (y esto es una opinión personal) la censura o el cierre de dichos canales para espectadores de occidente sea adecuado: crea un peligroso precedente de “qué, como y cuando publicar noticias complejas”.  

Soldado disparando.

DM: Quizá ahí la presión evidente, aunque todavía subrepticia, de EEUU a la UE a través de la OTAN esté jugando un papel determinante en esta cuestión. Y, hete aquí, otra pregunta que creo clave para entender el conflicto ¿Qué rol están jugando la UE y la OTAN en el conflicto? ¿Y España?

MLDM: Tras un impasse inicial ante las dudas, la respuesta de la UE fue lógica y coherente -a pesar de la divergencia por parte de muchas naciones miembro de la unión, especialmente aquellas del “Grupo de Visegrad”- en lo relativo a sanciones y apoyo al Ejecutivo del Presidente Zelensky. La OTAN, por otra parte, no puede invocar el artículo número 5 de su carta de convención (Ucrania no es miembro de la Alianza Atlántica) que llevaría a la inmediata defensa de un estado miembro. Se limita a suministrar y/o canalizar envíos de armamento para la defensa territorial ucraniana (por desgracia, no se puede certificar que esas armas acaben en las manos correctas y se desvíen a milicias descontroladas). Pero a pesar de las protestas, la Alianza -que ya se veía marchitada- ha dado un golpe de efecto en las relaciones públicas. No pocos países como Georgia, Moldavia y Chipre muestran en voz baja su intención de adherirse a la organización. Puede que sea cierto, que Putin se ha pegado un tiro en el pie.

En lo relativo al ejecutivo de coalición de España, parece hablar “con una sola voz” (en palabras de la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz) y ha autorizado el envío de armamento a Ucrania rompiendo con una iure de neutralidad (aunque de facto en otras ocasiones el Ejecutivo envió armas no exentas de polémica a Arabia Saudí, Israel, Georgia, etc.).         

DM: La OTAN y la UE, como has indicado, están haciendo -y permíteme la expresión- lo que pueden de acuerdo al orden establecido. Quizá por ello es inevitable pensar que todo forma parte de un contexto en el que conceptos como guerra total, de baja intensidad, conflicto localizado, están sobrevolando la problemática ruso-ucraniana. Indudablemente, remiten a un conflicto bipolar o multipolar, incluso China ha condenado la agresión. ¿Es una consecuencia más de ese contexto? ¿En qué punto estamos ahora mismo de las relaciones internacionales? ¿estamos asistiendo a una Guerra Fría 2.0? 

MLDM: Empezando por el final, se podría decir que no es ya una “Guerra Fría” 2.0, más bien nos hallamos ante un “Escenario 3.0” (corregido y aumentado). El 2.0 pudo ser perfectamente la crisis de la Ex Yugoslavia entre 1991 - 2008, la guerra de 5 días entre Rusia y Georgia por la provincia rebelde de Osetia del Sur o la “Guerra Proxy” vivida desde 2015 en Yemen entre Arabia Saudí, Irán y un actor no estatal como es el Hezbollah libanés. Pero que no se nos escape algo fundamental: China condenó la agresión en virtud de mantener su crecimiento económico recuperado tras la pandemia por la Covid-19 y por temor a que Beijing pudiera ser acusado de iniciar maniobras militares similares sobre Taiwán. Su condena fue más bien una decisión pragmática.   

DM: Entonces, China ha adoptado en este caso la doctrina de la realpolitik. Hilado con ello, algunos analistas piensan que la clave para detener el conflicto está en los grandes magnates rusos, que presionaran a Putin para que relaje su postura ¿qué hay de cierto? ¿también se aplicará la realpolitik?

MLDM: Es cierto que grandes oligarcas rusos, procedentes del sector energético, bancario o de defensa (Gazprom, Rosneft, Sberbank, Rosoboronexport), de los que forman parte gente como Roman Abramovich (propietario del Chelsea F.C.), han solicitado a Vladimir Putin contención para evitar el aumento de sanciones que congelen sus activos financieros. Pero no podemos olvidar una cosa: Rusia es un poder vertical, donde toda decisión pasa por el actual Presidente. Por mucho que los oligarcas surgidos a raíz de la liberalización económica de los años 90 presionen al Kremlin, su poder (en principio) es ínfimo frente al de Putin.  

 

Vladimir Putin.

DM: Ante este poder vertical, donde Putin controla todo el proceso y monopoliza la estructura jerárquica, la pregunta, dados los comentarios sobre guerra nuclear, es obligada: ¿ves posible que Putin “apriete el botón” de la bomba atómica?

MLDM: Fui de los primeros que pensó que el presidente Putin más que la baza militar, usaría el corte de suministro gasístico para sentar a la UE a negociar. Tras ver los sucesos del 24 de Febrero, prefiero no pronunciarme, ni realizar “cábalas”, pero la situación si bien dista de ser óptima, puede retraernos a los sucesos de los Ejercicios “Arquero Capaz” de la OTAN y su contraparte soviética “RYAN” en 1983, que también sacaron a relucir el peligro de un “invierno nuclear”. Desde luego, la situación es harto preocupante.

DM: Una situación que, además, tiene ya una tara muy peligrosa: Pripyat. ¿Peligra Chernóbil?

MLDM: No deja de ser chocante que a pesar de que el operativo ruso tomó Chernobil durante las primeras horas de la invasión, se llegó a un acuerdo para vigilar la zona de exclusión, antigua central nuclear y ciudad fantasma de Pripyat por fuerzas conjuntas ruso-ucranianas. Parece que en principio la región de la catástrofe de 1986, permanece en calma bajo una “pax augusta”.

DM: Entonces, ¿de qué medios dispone la UE y Ucrania para que la guerra entre en un periodo de standby o que, al menos, la diplomacia se anteponga a las armas? ¿Crees que la estrategia de ahogamiento económico, la única según Josep Borrell para impedir la llegada de un conflicto nuclear, es la más propicia?

MLDM: Lo primero y más importante, es que Rusia rompió unilateralmente los acuerdos de Helsinki de 1975, especialmente el punto referido a Abstención de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza. No ayuda eso si, la beligerancia verbal del Ministro de Seguridad, Política Exterior y Cooperación (PESC), Josep Borrell, máxime en una situación de hostilidades continuas. De momento, enlazando con el pasado podría realizarse una amalgama entre la invasión soviética de Afganistán (que conllevó duras sanciones económicas contra el Politburó y el boicot de los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980) y la Ley Marcial decretada por el líder polaco Wojciech Jaruzelski en 1981 para evitar una intervención de la URSS. Por lo pronto, quizás sea temprano para sacar conclusiones vinculantes.         

DM: Vayamos ahora al gobierno ucraniano. Hoy mismo he podido escuchar en RTVE que la guerra ha convertido a Zelenski, que estaba en horas bajas por sus políticas erráticas, en un héroe nacional ¿Cómo definirías el gobierno de Zelenski y sus iniciativas ante la invasión?

MLDM: A pesar del continuo bombardeo por parte de medios “pro rusos” calificando al ejecutivo de Volodimir Zelenski como de “filonazi” “anti ruso”, etc., lo cierto es que tanto Zelenski como la Rada -parlamento unicameral- electa en 2019, distaban mucho de ser similar al gobierno formado durante el lustro anterior. Zelenski, a pesar de no tener casi experiencia política, no procedía del entorno oligárquico del presidente derrotado, Petro Poroshenko. Su candidatura se basaba en la renovación administrativa del país, acabar con el mayor mal endémico del estado (la corrupción rampante) e iniciar una nueva mesa de paz basada en los acuerdos de Minsk de 2015 - 2016. Si bien su popularidad (como la de otros muchos gobernantes) cayó debido a la gestión de la pandemia por la COVID-19, el hecho de no abandonar el país a pesar de ofrecerle una salida vía Turquía o algún país de la UE, ha disparado su popularidad hasta el 90% de aprobación por parte de la ciudadanía. Y su lema “Necesito armas, no pasajes al exterior” ya es un grito de resistencia.        

El presidente de Ucrania  Volodimir Zelenski.

DM: Pero esas armas llevan indudablemente a un conflicto continuado o al menos de férrea resistencia inicial. La población ucraniana está huyendo despavorida y su situación en los territorios fronterizos con Polonia, Bielorrusia o Rumanía no es esperanzadora ¿En qué condiciones está la población ucraniana? Se habla mucho de víctimas, refugiados y de un pueblo en armas ¿hasta qué punto esto es cierto?

MLDM: La “guerra total” iniciada por Rusia (no se puede describir de otro modo), contribuyó a crear cerca de 200.000 desplazados y refugiados durante las 48 primeras horas de la ofensiva. La mayoría de la población civil -salvo los hombres en edad de prestar servicio militar- han huido hacia Hungría y Polonia mayoritariamente, junto a otros países limítrofes como Moldavia y Rumania. No hay noticias de refugiados ucranianos que hayan cruzados la frontera con Bielorrusia. Lamentablemente, la propaganda basada en “fake news” ha intoxicado el ambiente, dando a entender que ni existen tales refugiados, no se constatan muertos, menos aún que exista una invasión. El ejército ucraniano, a duras penas puede defenderse de la superioridad aérea rusa, pero se ha organizado una defensa cívico-militar que por ejemplo pudo frenar a la milicia chechena de los “Kadyrovtsy” en la ciudad de Hostomel. No deja de ser curioso, que el libro más vendido durante las pasadas navidades en Kiev; fuese la obra de contraguerrilla bélica del sargento suizo Hans von Dach “Resistencia Total”. Puede que la población se estuviese preparando para el ataque ruso hace tiempo.

DM: Sin duda, una lectura premonitoria al menos. Por este motivo, temo que tras las conversaciones del pasado 28 de febrero, que quedaron en standby, hay dificultades para llegar a un punto de encuentro ¿crees posible una salida negociada de la guerra en este punto o sucederá como en otros países, entre ellos, Chechenia, por ejemplo?

MLDM: Nadie puede pronunciarse, porque todo lo que uno pueda pronunciar, quizás cambie en los próximos 15 minutos. Así de caótica es la situación. Se retoman las iniciativas de paz, si, pero Rusia sigue en línea ofensiva hacia Kiev (parece que a fecha actual han tomado Jarkov, segunda ciudad del país). El caso checheno fue visto externamente como un “problema interno ruso”. La comparativa podía fijarse en los ejemplos osetio y abjasio de 2008.  

DM: Y a las personas que, siendo rusas, están en contra de la intervención ¿Cómo les está afectando? ¿Habrá purgas como sucedió, por ejemplo, con Anna Politovskaya en Chechenia -que fue asesinada, presuntamente por rusos, por informar sobre la barbarie de las tropas de Putin-?

MLDM: Hasta la fecha actual (03/03/2022) unas 2.000 personas (347 de ellas sólo en Moscú) han sido detenidas por la militsiya (policía) por protestar en contra de la guerra. Los medios rusos no son plurales, están a la par en autocensura a otros mass media como los de Turquía. Si bien desde el asesinato de Anna Politkovskaya en octubre de 2006, no se cerró ningún medio escrito o audiovisual. Los ataques contra periodistas son un hecho certificado por Amnistía Internacional. Ahí están los asesinatos de Magomed Yevloyev en Ingushetia en 2008, los de Stanislav Markelov, Anastasia Baburova y Natalya Estemirova en Moscú y Grozny respectivamente durante 2009, Pavel Sheremet en Kiev en 2016 o el intento de atentado -abortado afortunadamente- contra el periodista y ex veterano de Chechenia, Arkadi Babchenko. No debemos olvidar igualmente, que el principal aliado del Kremlin es el presidente Alexander Lukashenko, considerado “el último dictador de Europa”. En este país, los informadores, no son silenciados. Desaparecen literalmente, según informes de “Reporteros si Fronteras”.       

Manifestación en favor de Ucrania.