El doctor Joaquín Fernández de Valderrama en su discurso de graduación de la Universidad Isabel I en la promoción 2024-2025

18 de diciembre de 2025Urgenciólogo con más de tres décadas de experiencia, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro desde 1989 y presidente del Colegio de Médicos de Burgos, Joaquín Fernández de Valderrama, ha sido este año el padrino de la promoción 2024-2025 de la Universidad Isabel I. El doctor está vinculado a la Universidad Isabel I al formar parte del Comité Asesor y Científico de la Universidad. Entre compromisos profesionales hemos querido hacer un alto en su frenética actividad y concedernos esta entrevista en la que repasa los retos actuales de la formación MIR, la importancia de la salud mental en el ámbito sanitario, el futuro de la medicina en Castilla y León y el papel clave de la investigación y la docencia en la mejora del sistema sanitario.

1. Como padrino de la promoción 2024-2025, ¿qué significado ha tenido para usted participar en esta ceremonia?

Para mí ha sido un honor profundo y un ejercicio de memoria personal. Llevo más de tres décadas en la medicina de Urgencias y haber acompañado a los nuevos titulados en un momento tan significativo me ha permitido cerrar un círculo: ver cómo quienes hoy inician su camino representan la continuidad de una profesión que evoluciona, pero que mantiene intacta su vocación de servicio. Esta invitación no la he vivido como un reconocimiento individual, sino como un gesto hacia todos los profesionales que hemos defendido una medicina humana, rigurosa y comprometida incluso en los contextos más difíciles.

2. En su discurso habló de salud mental. ¿Cómo pueden colaborar la comunidad médica y las universidades en su desestigmatización?

La salud mental ha dejado de ser un tabú, pero todavía cuesta verbalizar el sufrimiento emocional en entornos sanitarios y académicos. Médicos, profesores y gestores universitarios debemos crear espacios donde pedir ayuda no tenga coste, ni social ni profesional. Esto exige normalizar el autocuidado en los planes de estudio, formar a los tutores en detección temprana y fomentar culturas institucionales donde admitir la “vulnerabilidad”, para que sea un acto de fortaleza y no de debilidad. Nadie es inmune al desgaste y cuanto antes lo entendamos, mejor cuidaremos a quienes cuidan.

3. ¿Qué valores humanos considera esenciales para residentes y graduados?

El primero, la humildad: saber que nunca se sabe suficiente. El segundo, la compasión, entendida como la capacidad de escuchar y comprender al paciente antes que al diagnóstico. Y el tercero, la responsabilidad, porque cada decisión tiene consecuencias. La técnica se aprende mientras que la actitud se entrena cada día.

El profesor Joaquín Fernández de Valderrama

El profesor Joaquín Fernández de Valderrama.

Como tutor de Médicos Internos Residentes

4. ¿Cómo ha evolucionado la formación MIR en urgencias en los últimos 20-30 años?

Ha cambiado radicalmente. En los años 90 trabajábamos con estructuras muy rudimentarias, sin la especialidad reconocida y con escasos protocolos. Hoy la formación es mucho más sistemática, centrada en competencias y con mejor supervisión. Sin embargo, aún falta un reconocimiento pleno de la Medicina de Urgencias como especialidad autónoma, algo imprescindible para garantizar calidad y seguridad.

5. Ha dicho que contratar médicos sin MIR “arriesga la seguridad del paciente”. ¿Por qué?

Porque la formación MIR no es un trámite administrativo: es el periodo donde un médico aprende a tomar decisiones complejas bajo supervisión progresiva. En urgencias, donde se juega con minutos y vidas, esto es esencial. Un médico sin MIR puede ser brillante, pero carece del entrenamiento estructurado para discernir, priorizar y actuar con la rapidez y seguridad que requiere un entorno crítico. Los errores, en estos casos, no son pequeños: pueden implicar diagnósticos tardíos, tratamientos inadecuados o decisiones que ponen en riesgo al paciente.

6. ¿Por qué tantas plazas MIR de Atención Primaria quedan vacantes?

Principalmente por sobrecarga asistencial, escaso atractivo laboral y falta de estabilidad. Muchos jóvenes perciben que la Atención Primaria ha perdido capacidad resolutiva y margen de autonomía. Invertir en personal, infraestructura y tiempo por paciente es vital para revertir esta tendencia.

7. ¿Ventajas y desventajas de formarse en un hospital comarcal?

Las ventajas son claras: mayor cercanía con los tutores, aprendizaje más transversal y una exposición muy variada a patologías comunes. La desventaja principal es la limitación tecnológica o la ausencia de determinadas subespecialidades, aunque esto suele compensarse con rotaciones externas. En general, un residente formado en un hospital comarcal gana en autonomía y visión integral.

El doctor Joaquín Fernández de Valderrama en su discurso de graduación

El doctor Joaquín Fernández de Valderrama en su discurso de graduación.

En el ámbito de las urgencias

8. ¿Cómo se preparan los equipos para emergencias como pandemias o catástrofes?

Con simulación, protocolos revisables y coordinación constante. La COVID-19 nos enseñó que la logística es tan importante como el conocimiento clínico: circuitos separados, control del material de protección, comunicación interna y flexibilidad para absorber picos de demanda. También aprendimos que sin una salud pública fuerte, los hospitales quedan desbordados.

9. ¿Qué desafíos éticos afronta hoy la medicina de urgencias?

El triaje siempre ha sido un dilema moral: decidir quién debe ser atendido antes cuando los recursos no bastan. A eso se suma la protección del personal sanitario, la gestión de la información sensible y la integración de la inteligencia artificial sin perder la autonomía profesional. La ética aplicada será cada vez más central.

10. Si pudiera implementar una reforma prioritaria en el sistema sanitario, ¿cuál sería?

Reforzar la Atención Primaria y Urgencias con más profesionales y mejores condiciones. Ambos niveles son la puerta de entrada al sistema y los que sufren mayor presión. Sin esa base sólida, todo lo demás se tambalea.

11. ¿Qué le sigue motivando tras tantos años?

El contacto directo con la realidad. En urgencias cada día es distinto y cada caso te recuerda por qué elegiste esta profesión. En los próximos años me gustaría dedicar más tiempo a formación, investigación local y proyectos de humanización de la asistencia.

Sobre la futura titulación de Medicina en Burgos

12. ¿Puede una nueva titulación de Medicina corregir la desigualdad de Burgos respecto a Salamanca o Valladolid?

Sí, a medio plazo. Burgos necesita atraer, formar y retener a sus propios médicos. Mientras dependamos de que jóvenes formados en otras provincias decidan venir aquí, siempre estaremos en desventaja.

13. ¿Qué papel jugaría una Facultad de Medicina en Burgos?

Sería un motor de retención de talento y un polo de innovación. Los estudiantes que realizan aquí su formación clínica tienen más probabilidades de quedarse después, y eso impactaría directamente en la estabilidad de la plantilla y en la calidad asistencial.

Su actividad en el Colegio de Médicos

14. Ha impulsado investigación y tesis doctorales desde el Colegio. ¿Cómo ha sido ese trabajo?

Muy satisfactorio. Cuando comenzamos, la investigación local estaba dispersa. Hoy contamos con una Fundación Científica que financia proyectos, premia trabajos y fomenta vocaciones investigadoras. La ciencia no es patrimonio exclusivo de los grandes centros; también se hace desde hospitales comarcales y desde la clínica diaria.

El doctor en la Graduación de la Universidad Isabel I.

Miembro del Comité Asesor y Científico de la Universidad Isabel I

19. ¿Qué aporta esta experiencia a su visión de la medicina?

Me permite ver la formación sanitaria desde un enfoque interdisciplinar. Estar en contacto con expertos en nutrición, psicología, deporte, tecnología o educación amplía la mirada y ayuda a plantear soluciones más integrales y creativas.

20. ¿Qué líneas de investigación debería impulsar la universidad en salud?

Inteligencia Artificial aplicada al diagnóstico, envejecimiento activo, salud mental, ejercicio físico como terapia, tecnologías para medicina rural y modelos de atención centrados en el paciente. Son áreas con impacto real y gran potencial.

21. ¿Qué papel deben jugar las universidades en la era de la telemedicina?

Formar profesionales capaces de combinar competencia digital y sensibilidad humana. La tecnología debe ayudar, no sustituir. La universidad debe enseñar a interpretar datos, comunicarse por vías digitales y mantener la empatía incluso detrás de una pantalla.

22. ¿Qué legado espera dejar en el comité científico de la Universidad Isabel I?

Me gustaría contribuir a consolidar una cultura académica donde la investigación sea accesible, rigurosa y útil para la sociedad. Si logro que futuros estudiantes vean la medicina con la misma pasión y sentido ético con el que yo la he vivido, me daré por satisfecho.

Currículum de Joaquín Fernández de Valderrama

  • Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza.
  • Urgenciólogo.
  • Jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Santiago Apóstol (Miranda de Ebro) desde 1989.
  • Vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES).
  • Tutor hospitalario de Médicos Internos Residentes (MIR) durante sus primeros 15 años de implantación.
  • Presidente del Colegio Oficial de Médicos de Burgos desde hace 10 años.
  • Miembro del Comité Asesor y Científico de la Universidad Isabel I.

En resumen, a lo largo de la conversación, Joaquín Fernández de Valderrama deja claro que la medicina es una profesión en permanente evolución, pero cuyo núcleo (el cuidado humano, la ética y la responsabilidad colectiva), permanece invariable. Su voz, respaldada por décadas de experiencia clínica, docente y gestora, invita a mirar el futuro con una mezcla de realismo y esperanza: formar mejor, investigar más y cuidar tanto a los pacientes como a quienes dedican su vida a atenderlos. Para las nuevas generaciones, su mensaje es nítido: la excelencia técnica solo cobra sentido cuando se acompaña de sensibilidad, reflexión crítica y un compromiso irrevocable con la dignidad de cada persona.