Armadillo saliendo de una madriguera.
15 de febrero de 2022. En el libro ‘El Origen de las Especies’, el naturalista Charles Darwin desarrolló su Teoría de la Evolución por Selección Natural. Sus ideas revolucionaron el mundo de la ciencia en su momento. El viaje del velero Beagle comenzó en 1831 y en dos años, Darwin realizó un estudio de la geología de los lugares visitados y la recolección de especímenes de animales y plantas.
Francesc Gascó, profesor del Máster en Divulgación Científica de la Universidad Isabel I, analiza la figura de este naturalista en la revista Muy Interesante, donde habla de la fauna de mamíferos del Pleistoceno en Sudamérica. Darwin llegó a la conclusión de que las especies de animales y plantas habían surgido de otras en el pasado y que esta evolución había tenido lugar a causa de la escasez de recursos en el ambiente y a una viabilidad intraespecífica, llegando a sobrevivir únicamente los más aptos mediante un proceso que denominó Selección Natural, explicó el docente de la Universidad Isabel I.
América del Sur fue un gigantesco continente-isla durante el Pleistoceno, hace 10.000 años. Entre los fósiles encontrados por Darwin se encontraban los gliptodontes, unos gigantescos armadillos muy acorazados, que poseían un enorme caparazón que incluso cubría su cabeza, cola y patas. Estos vertebrados terrestres podían llegar a superar los 3 metros de longitud y el metro y medio de altura, llegando a tener un peso de dos toneladas.
Dibujo de un armadillo.
Charles Darwin encontró estos fósiles en varias localidades de Argentina. El naturalista se alimentó de armadillos durante su estancia en este continente y gracias a su formación en Anatomía “comparó los huesos de los gliptodontes con los armadillos, tanto los recopilados como especímenes como los de su menú y descubrió que estaban emparentados, siendo los gigantescos gliptodontes, posibles ancestros de los actuales y pequeños armadillos”, detalla Francesc Gascó en su artículo.