Partido de Real Madrid y Atlético de Madrid el 26 de julio de 2019.

Karim Benzema, jugador del Real Madrid frente a la portería del Atlético de Madrid en el partido del 26 de julio de 2019.

24 de febrero de 2023. ‘La locura de Bielsa’, podcast sobre fútbol en Aletheia Podcasting coordinado por José María Saiz, ha tenido como invitado a Pedro Manuel Martínez García, profesor del Máster en Análisis Inteligente de Datos Masivos (Big Data) de la Universidad Isabel I. En el programa se analizó si hay favoritos en un derbi, y para ello, se pusieron sobre la mesa distintas herramientas del método científico.

Tradicionalmente, se ha señalado que cuando se juega un derbi, con dos equipos de la misma ciudad, no hay ningún favorito a priori. Pedro Martínez quiso contrastar esta afirmación como un aforismo que se repite indiscriminadamente y se reitera en los derbis, considerados estos hechos también en partidos de máxima rivalidad. “Si ya el fútbol es muy pasional, en principio, este tipo de partidos exacerban esa pasión, porque interpela al aficionado más emocionalmente”, comentó el profesor. La afirmación tradicional está basada más en sensaciones que en un análisis frío de los datos y los resultados, con sesgos cognitivos en esta creencia, que “se convierten en un enemigo de la racionalidad”, matiza.

El sesgo de confirmación es la tendencia que tenemos los seres humanos al darle más verosimilitud a acciones que confirman nuestras creencias y a ignorar aquellas que la refutan. Este sesgo se amplifica cuando hay emociones de por medio, y aunque para el ser humano puede haber supuesto una ventaja desde el punto de vista evolutivo, es una desventaja desde el punto de vista racional.

El método científico

En el método científico se aplican varias etapas. En un primer momento está la observación de lo que se quiere comprender (el este caso, si en un derbi hay favoritos) y se plantea una hipótesis de trabajo. La hipótesis se pone a prueba mediante experimentación, tras lo que se realiza el análisis de los datos recogidos para confirmar o refutar la hipótesis inicial.

Al pensar en la hipótesis de si en un derbi hay o no favoritos, ponemos sobre la mesa la afirmación de que “en el desempeño del favorito es peor que el esperado”. Desde un punto de vista metodológico, son necesarios los datos que pondrán a prueba esta hipótesis, con los resultados de partidos. El profesor analizó 118.622 partidos de derbi de 5 ligas europeas: la liga portuguesa, italiana, española, inglesa y alemana, que tras filtrar la información, se quedó con 2.416 partidos de derbi.

A los datos se suman las herramientas analíticas. Es necesario definir el favorito, cuál es su desempeño en cada partido y cuál es el desempeño esperado. Además, se tendrá en cuenta la distancia clasificatoria entre los dos equipos que se enfrentan en el derbi (con una victoria y un empate en cada equipo para definir al favorito, que tendrá, al menos, 4 puntos por encima que su rival), y con datos analizados a partir de la jornada 5. La mayoría de los datos se analizan entre la jornada 10 y la 32 (en un 70% de los casos), donde ya hay un favorito claro, pero todavía no se ha consolidado ese equipo favorito.

Para cada derbi se generaron 3 partidos de referencia, que sirven como control para estimar el desempeño esperado del favorito en ese derbi. Una vez aplicados estos filtros, el número de partidos estudiados se quedó en 1.100 derbis, con 3.300 controles. “La ciencia actúa por consenso y es necesario aproximarse a un problema desde abordajes distintos, para llegar a la afirmación de un hecho”, comentó Pedro Martínez. Para cada derbi se generan 3 partidos de referencia, que sirven como control para estimar el desempeño esperado del favorito en ese derbi.

En sus conclusiones, Pedro Martínez señala que es necesario generar una herramienta para asignarle una etiqueta en la que se matiza “si el equipo ha jugado mejor, peor o según lo esperado en cada derbi, en comparación con los partidos de referencia, para evitar tener resultados inesperados, sobrevalorados o infravalorados”. 

Resultados

Tras esta herramienta, el resultado es que en el 52% de los derbis, el favorito ha desempeñado su actividad y resultado en el partido, tal y cómo se esperaba, en un 12% desempeñan mejor que lo esperado y en un 34%, su desempeño es peor.

Para determinar si las proporciones anteriores son específicas de partidos de máxima rivalidad, se repitió el análisis anterior con partidos al azar en lugar de derbis. En este estudio complementario “se obtienen resultados muy similares. Se han generado más partidos, 1.812 y en un 54% de los casos, se obtiene el resultado esperado, en un 12%, el favorito desempeña mejor y en un 33% desempeña peor”, subraya.

“Por tanto, tenemos que refutar la hipótesis y señalar que, efectivamente, en los derbis hay favoritos y suelen desempeñar como se espera, pero además, esto no es un comportamiento específico de los derbis”, explica. No obstante, el profesor matiza que no se puede englobar a todos los partidos en la misma categoría, porque se tienen más instancias de algunos derbis que de otros y porque, aunque el agregado de todos estos encuentros arroje estas proporciones, sí que existen desviaciones de este comportamiento en partidos específicos cuando uno de los dos equipos es favorito. Estas desviaciones, sin embargo, también ocurren en partidos que no son de máxima rivalidad.