Mujer deportista de élite compitiendo en un estadio.
8 de marzo de 2024. El fin de una carrera deportiva marca un ajuste en los hábitos y exige la necesidad de planificar el futuro a medio plazo por parte de las atletas de élite femeninas, según revela un estudio en el que participa Iago Portela, profesor del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Isabel I, en colaboración con los investigadores Millán Brea-Castro, Javier Raya-González y Myriam Alvariñas Villaverde de la Universidad de Vigo. La investigación titulada What to do after make? Career aspirations and expectations of high-performance female athletes, acaba de publicarse en la Revista Internacional de Psicología del Deporte.
La investigación ha analizado las aspiraciones y expectativas laborales de 243 atletas femeninas de élite en España en diferentes modalidades deportivas. La edad media de la muestra ha sido de 23,89años y de ellas, practican fútbol sala (27.16%), remo (25.92%), rugby (11.52%), balonmano (9.05%), voleibol (7.41%) y patinaje artístico (5.76%). Y en menor medida fútbol (3.29%), gimnasia rítmica (3.29%) y baloncesto (3.29%). Por último, esports (1.65%) y gimnasia estética (1.65%). Se consideró que las atletas eran de élite si competían en la primera liga nacional o habían participado en el campeonato nacional.
Los resultados indican que más de la mitad de las atletas combinan su actividad deportiva con otro trabajo o actividad de formación. Además, la mayoría no considera fácil encontrar empleo una vez que finaliza su carrera deportiva, y no perciben que esta experiencia les sea útil para conseguir trabajo.
El estudio también establece dos hipótesis fundamentales: que las atletas de élite con un mayor apoyo social tienden a tener mayores aspiraciones y expectativas de carrera para la jubilación, y que aquellas con una autoestima más alta tienen mayores aspiraciones y expectativas de carrera para su retirada.
La transición del éxito deportivo a la vida laboral plantea desafíos psicológicos y sociales, y con ello, la necesidad de readaptarse a nuevas rutinas y planificar el futuro. El análisis de las aspiraciones laborales en este estudio reveló que el 61.3% de las atletas preferirían trabajar en roles de gestión, técnicos o profesionales intelectuales, mientras que el 58.8% combina su actividad deportiva con trabajo.
El estudio concluye con recomendaciones para políticas y prácticas futuras, destacando la importancia del apoyo psicológico y la planificación de carreras para ayudar a las atletas en esta transición.