La inteligencia emocional permite conocer las emociones y los sentimientos.
19 de enero de 2022. El último número de la revista Educación XXI, la revista de la Facultad de Educación de la UNED recoge un artículo escrito conjuntamente por Iago Portela Pino, profesor del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, con José Domínguez Alonso y Begoña Nieto Campos, ambos de la Universidade de Vigo.
El título del artículo es ‘Variables personales y escolares asociadas a la inteligencia emocional adolescente’. En él, se trata de conocer el nivel de inteligencia emocional en la adolescencia, analizando las diferencias significativas que pueden darse en la percepción, comprensión y regulación emocional de los adolescentes, en función de determinados factores personales y escolares.
En el estudio han participado 4467 estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) entre 12 y 16 años de la Comunidad Autónoma de Galicia. Los resultados del trabajo reflejan que los adolescentes presentan niveles moderados de inteligencia emocional, con una mayor regulación de sus emociones más que la comprensión o percepción de los mismos.
La inteligencia emocional es considerada en las últimas dos décadas como un componente clave en los espacios de enseñanza ya que cuando se añade una emoción al aprendizaje, la memoria aumenta al recordarla. En este sentido, la inteligencia emocional cobra un papel relevante para incrementar el bienestar, las relaciones interpersonales, el rendimiento escolar y, especialmente, el comportamiento de los alumnos en clase. La inteligencia emocional permite conocer las emociones y sentimientos lo que ayuda a guiar el pensamiento y las acciones de cada persona. Por tanto, se trata de una habilidad para percibir, valorar y expresar las emociones con exactitud, para acceder a los sentimientos que faciliten el pensamiento (percepción emocional). Igualmente, ayuda a apreciar el significado emocional de los eventos (comprensión emocional) y a modular esos sentimientos para promover el crecimiento personal y emocional (regulación emocional).
Los investigadores han descubierto que existen múltiples variables que definen diferencias de género significativas a la hora de abordar la inteligencia emocional. Así, las mujeres presentan una mayor percepción emocional y en los hombres predomina más la comprensión y regulación emocional. Respecto a la edad de los adolescentes, el equipo de Iago Portela ha descubierto en su investigación que “a mayor edad, mejor percepción emocional, mientras que una adolescencia más temprana es indicativa de mejor comprensión y regulación emocional”, subrayan.
Otra de las conclusiones del estudio determina que aquellos adolescentes que viven en familias biparentales presentan mayores niveles de regulación emocional. Además, si se valora el expediente académico, los autores del artículo han comprobado que el alumnado que siempre ha aprobado ofrece una mejor comprensión y regulación emocional, siendo esta comprensión superior en aquellos alumnos repetidores de curso.
Respecto al tipo de centro, los autores del artículo han comprobado que los alumnos que estudian en centros concertados tienen una mayor percepción y regulación emocional. Esta situación es similar a aquellos estudiantes que viven en el entorno rural, tienen una mayor percepción y regulación emocional mientras que los que viven en los entornos urbanos, lo hacen en comprensión emocional.
En resumen, los autores evidencian en su trabajo que la inteligencia emocional está mediatizada por factores personales y escolares en la población adolescente y que esta habilidad no está presente en los adolescentes todo lo que debería. Este descubrimiento podría servir al profesorado para establecer una serie de estrategias que incorporen el estudio de la inteligencia emocional en los centros de enseñanza, con la finalidad de poder identificar y abordar los déficits emocionales, trabajar en su desarrollo y proporcionar nuevas líneas educativas más claras a la hora de abordar las emociones.