Webinar de la mutilación genital femenina

Presentación del webinar elaborado por el Departamento de Diseño de la Universidad Isabel I.

5 de febrero de 2021. Con motivo del Día Mundial de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, la Universidad Isabel I ha impartido un webinar titulado Cuerpo femenino y derecho: contornos simbólicos de la mutilación genital femenina de la mano de Ana Silva Cuesta, doctora en Derecho.

Según los datos de la ONU, más de 200 millones de mujeres y niñas vivas han sido víctimas de esta práctica, considerada como una de las principales manifestaciones de violencia de género en nuestro tiempo.

En España, en 2014, se alertaba que 17.000 niñas podían sufrir este problema, especialmente en Cataluña, donde se ha regulado a través de protocolos de actuación desde 2001. ‘Esta práctica no se realiza solamente en el continente africano, como se podría pensar en un principio, sino que se extiende por 30 países de todo el mundo, de América Latina, Asia y, por los efectos de la globalización, también ha alcanzado a Europa’, explica Ana Silva Cuesta.

Este webinar coincide con el Día de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina que cada 6 de febrero celebra la ONU. Su objetivo es erradicar esta práctica, como ha reflejado con el ODS5, igualdad de género. Javier Diz, coordinador de Psicología de la Universidad Isabel I, introdujo la sesión señalando que cuando una niña es mutilada, se vulneran sus derechos fundamentales y las secuelas le acompañan toda la vida. La visibilización de Mutilación Genital Femenina ‘busca defender los derechos humanos de las mujeres y las niñas, para suspender las prácticas de mutilación genital femenina que dañan los órganos genitales femeninos, provocan graves secuelas y pueden incluso causar la muerte’, detalla Javier Diz.

Ana Silva Cuesta durante el webinar

Ana Silva Cuesta durante el webinar​ sobre Mutiliación Genital Femenina.

La doctora Silva Cuesta considera que ‘no existe una tipificación clara de este delito en el Código Penal, que queda libre a interpretaciones legales’. Silva Cuesta explica que se calcula que 4.18 millones de niñas están en riesgo de ser mutiladas en 2021. Son prácticas que se realizan en la clandestinidad, y están extendidas en cualquier frontera. Así, por ejemplo, incidió en como ’algunas zonas de Bolivia y Ecuador realizan estos rituales a las niñas indígenas, siempre sin las medidas higiénicas o médicas básicas’.

La mutilación genital femenina se clasifica en cuatro tipos: la ablación de clítoris, la escisión (mayor resultado lesivo que el anterior), la infibulación (el tratamiento más grave); y los demás procedimientos lesivos para los genitales femeninos con fines no médicos, (que se refieren a los originados en occidente por la cirugía estética genital como punción, perforación, incisión, raspado o cauterización de la zona genital). La clasificación de estas mutilaciones tendrá en el Código Penal de España una penalización mayor o menor, de ahí, su importancia.

En la mayoría de las ocasiones, las madres se niegan a la ablación de sus hijas, por haber sufrido ellas esta amputación, ‘y suelen ser las abuelas con otras mujeres de la tribu quienes practican este rito, sin el consentimiento materno’, subraya la experta en Derecho. Así mismo, destaca que es necesario visualizar ‘qué ocurre en aquellos lugares del mundo donde se atenta contra los genitales femeninos, para saber hasta dónde llega el delito’.

La ablación en el Código Penal

El tratamiento penal y criminológico se recoge en el Código Penal, en el artículo 149.2 y se define como ‘el que causara a otro, por cualquier medio o procedimiento, la pérdida o la inutilidad de un órgano o miembro principal, o de un sentido, la impotencia, la esterilidad, una grave deformidad, o una grave enfermedad somática o psíquica, será castigado con la pena de prisión de seis a 12 años’. Es el Parlamento Europeo quien en 2003 indica a los estados de la Unión Europea que modifiquen este artículo para que se refiera concretamente a la mutilación genital femenina.

Una sentencia del 14 de junio de 2013, de la Audiencia de Barcelona, matiza que el artículo 149 no es correcto y se restringe el delito a ‘cuando este ritual se practica por motivos culturales o religiosos’, especifica la doctora en Derecho. Uno de los mitos para realizar esta práctica indica que el origen podría estar relacionado con el Islam ‘aunque esto es incierto, porque esta religión no recoge esta práctica’, detalla Ana Silva Cuesta.

El protocolo para la Prevención de Actuación Sanitaria de la Mutilación Genital Femenina surge en el año 2015. Cataluña y Navarra han sido comunidades pioneras en estas políticas de prevención. En el protocolo se activan medidas de actuación para los médicos o el profesorado, en el momento en el que se detecta el delito en los cuerpos de las niñas. En países como España, explica Ana Silva Cuesta, algunos colectivos de emigrantes empiezan a cuestionarse este tipo de prácticas al conocer las consecuencias que pueden tener para la salud de las niñas, modificando este hábito y considerando la sexualidad femenina como un elemento más de la salud de las niñas. Las nuevas generaciones valoran como negativa esta práctica, aunque, ‘todavía queda mucho camino por recorrer para erradicar este problema como objetivo ODS en el 2030, La educación es el camino para ello, concluye la doctora en Derecho.

Javier Diz, durante el webinar, como presentador del evento.

Javier Diz, durante el webinar, como presentador del evento.