Representación de las emociones de los alumnos en el aula

Representación de las emociones de los alumnos en el aula.

8 de agosto de 2025. Un reciente estudio publicado en la Revista Complutense de Educación ha evidenciado la estrecha relación entre la inteligencia emocional y la integración social en estudiantes de los grados de Educación Primaria e Infantil. Esta investigación, recibida en enero de 2024 y aceptada en mayo del mismo año, subraya la importancia de desarrollar competencias emocionales como herramienta fundamental en la formación del profesorado.

El trabajo, en el que participa el profesor Lionel Sánchez, de la Universidad Isabel I en colaboración con investigadores del Centro de Magisterio La Inmaculada (adscrito a la Universidad de Granada), analiza cómo la percepción, comprensión y regulación de las emociones influye en la adaptación social de los futuros docentes. La muestra está compuesta por 300 estudiantes de educación, y se utilizó un diseño metodológico cuantitativo, transversal y correlacional.

Para los autores, el aumento del dominio de la inteligencia emocional permite desarrollar una mejor gestión de las emociones, tanto a nivel personal como en su interacción con los demás, debido a que la habilidad es uno de los fundamentos de las relaciones sociales, un aspecto imprescindible tanto en el ámbito del trabajo como en el entorno educativo, y esta medida está relacionada con el rendimiento académico y el bienestar emocional del alumnado.

La relación exitosa de habilidades sociales como la empatía, la motivación o el trabajo colaborativo, favorecen las relaciones exitosas con los compañeros, para contrarrestar la ansiedad, el estrés y los sentimientos negativos que se presentan en la etapa universitaria. Por ello, es necesario desarrollar estas habilidades emocionales para afrontar las dificultades de esta etapa con éxito.

Principales resultados del estudio

Entre los principales resultados, destaca que los estudiantes con mayor percepción emocional tienden a establecer relaciones sociales más satisfactorias con compañeros, profesores, amigos y familia, lo que facilita su bienestar y rendimiento académico. Además, se constató que la percepción emocional (una de las tres dimensiones de la inteligencia emocional), es un predictor significativo de la integración social, más allá de la comprensión o la regulación emocional.

Una de las afirmaciones clave del estudio destaca que: "Los resultados obtenidos permiten señalar que la percepción emocional es una variable predictora significativa de la integración social, siendo esta dimensión del TMMS-24 la que explica en mayor medida los niveles de integración del alumnado de educación".

Otro hallazgo relevante es la diferencia por género: las mujeres presentaron niveles más altos tanto en inteligencia emocional como en integración social, lo que coincide con investigaciones previas. Además, el método de acceso a la universidad también influyó en el desarrollo de estas habilidades, siendo los estudiantes procedentes de Formación Profesional los que mostraron mejores resultados en comprensión y regulación emocional. Cabe señalar que el 70,3% de la muestra representa a mujeres, frente al 29,7% de hombres.

Los autores concluyen que la formación docente debe incluir programas específicos para el desarrollo de la inteligencia emocional, no solo por su influencia en la integración social, sino también por su impacto en la eficacia del futuro desempeño profesional. Este tipo de intervenciones podrían ser clave para prevenir el burnout, mejorar la motivación y fortalecer el vínculo educativo con el alumnado.

El estudio ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades a través de la convocatoria de Formación de Profesorado Universitario (FPU22/01938).