28 de abril de 2023. Marina Martín, coordinadora del Grado en Administración y Dirección de Empresas de la Universidad Isabel I, nos acerca la figura de Amelia Castresana, filóloga, jurista y feminista a cabo entre el siglo XX y el XXI.
Esta jurista estudió en la Deutsche Schuele de Madrid, licenciándose paralelamente en Filología Clásica y en Derecho. Posteriormente, decidió cursar un doctorado en Derecho Romano para convertirse en catedrática de esta materia en la Universidad de Salamanca.
La profesora Castresana cuenta con numerosos reconocimientos a nivel internacional como especialista en Derecho Romano. Su labor investigadora comenzó en 1987 y terminó en 2022, con su repentino fallecimiento a causa de una enfermedad degenerativa neurológica, que le diagnosticaron en el año 2020. Tiene numerosas investigaciones de gran valor, ya que su doble condición de jurista y filóloga, le ha permitido resolver desde un enfoque muy original algunas de las cuestiones jurídicas que todavía están pendientes en la doctrina romanista.
La profesora Castresana ha sido la primera mujer reconocida con el Premio Internacional Ursicino Álvarez por su trayectoria profesional “ejemplar”. Este reconocimiento se otorga a juristas de trayectoria personal ejemplar, donde el derecho romano ocupa un papel esencial en sus obras escritas. Además, recibió el Premio María de Maeztu de la Universidad de Salamanca a la excelencia científica en el año 2016.
Al analizar su biografía, Marina Martín, destaca algunas de sus obras como ‘Algunas observaciones sobre la condición femenina en Roma’; ‘Fides, bona fides: un concepto para la creación del Derecho’; ‘De agricultura de Marco Porcio Catón’; ‘Derecho Romano: el arte de lo bueno y lo justo’; y, por último, la obra titulada ‘La imbecilidad del sexo femenino: una historia de silencios y desigualdades’.
Amelia Castresana destacó en su faceta docente por criticar y visibilizar los silencios y las desigualdades que sufrieron las mujeres en la época romana; todo ello, desde el punto de vista social y jurídico. “Esta catedrática promovía la concienciación sobre la importancia de luchar contra esta discriminación y el valor de dar los pasos necesarios para poner fin a la guerra de sexos”, explica Marina Martín.