Metáfora del funcionamiento del cerebro.
19 de abril de 2023. Marta Martínez Vicente, docente del Máster en Neurociencia y Educación y del Grado en Educación Primaria de la Universidad Isabel I es coautora de uno de los artículos publicados en el último número de la Revista Complutense de Educación. En el trabajo titulado “Capacidad predictiva de variables asociadas al funcionamiento ejecutivo en el perfil estudiantil: aportaciones a la neurociencia educativa” se estudia la relación entre variables vinculadas al funcionamiento ejecutivo y al aprendizaje del alumnado. El artículo está rubricado por los docentes Vanesa Martínez Valderrey, de la UVA y Carlos Valiente Barroso, de la Fundación Promiva.
El punto de partida de este trabajo es el creciente interés por el estudio e implementación de intervenciones educativas basadas en la neurociencia educativa. Los participantes en el estudio fueron alumnos de 5º y 6º de primaria de varios centros de la comunidad autónoma de Cantabria.
Los autores del artículo se apoyan en varios estudios previos, que constatan la importancia que tienen las funciones ejecutivas en el rendimiento académico y cómo estudiantes que obtienen resultados positivos en pruebas cognitivas presentan dificultades de aprendizaje. Su trabajo de investigación se orienta a los procesos atencionales, las funciones ejecutivas y el aprendizaje.
“Muchas de las dificultades de aprendizaje que exhiben los estudiantes proceden de problemas de procesamiento de la información, déficits de flexibilidad atencional, problemas de concentración, falta de motivación e insuficientes estrategias atencionales y de aprendizaje”, explicó la docente. En este sentido, para conseguir el éxito los estudiantes “no solo deben conocer estrategias de aprendizaje, sino aplicarlas eficazmente en diversos contextos y situaciones de aprendizaje”, matiza. En torno a estas ideas giran algunos estudios que tratan sobre la metacognición, las funciones ejecutivas, las emociones y el aprendizaje escolar.
Tendencia entre los estudiantes
Entre los resultados obtenidos se destaca la tendencia de los estudiantes a presentar mejores niveles de atención cuando las actitudes hacia el estudio son positivas. Los investigadores de este estudio han observado que “los estudiantes que puntúan más alto en hiperactividad/impulsividad y déficit de atención son los que usan menos estrategias de aprendizaje, al tiempo que presentan un descenso del autoconcepto académico y una peor actitud hacia el estudio”, explica la profesora Martínez Vicente.
Estos resultados apuntan en la misma dirección que otros en los que se concluye que componentes ejecutivos, como el inhibitorio y el atencional, repercuten directamente en el aprendizaje escolar. Otra de las conclusiones del estudio se centra en señalar que “el déficit de atención es una variable predictora de las estrategias de apoyo, las estrategias complementarias, la actitud hacia el estudio, el autoconcepto académico, así como del rendimiento académico en general”, detallan en el artículo.
Los autores consideran que este estudio profundiza en el trabajo de los docentes para que “sean conscientes y se conviertan en promotores del funcionamiento ejecutivo a través de interacciones y experiencias en el aula, que pueden ser consideradas, incluso, como medidas de atención a la diversidad dentro de la escuela inclusiva”, concluyen.