Víctor Rodríguez, decano de la Facultad de Criminología y Ricardo Ortega, profesor del Grado en Criminología de la Universidad Isabel I.
27 de mayo de 2021. ¿Cómo trabaja el centro de Criminalística y Criminología a nivel mundial?, bajo este título, Ricardo Ortega Ruiz, profesor del Grado en Criminología de la Universidad Isabel I y director del Instituto de Formación Profesional en Ciencias Forenses ha detallado en un webinar a través del canal de YouTube de la universidad, su trayectoria profesional como experto en antropología forense e identificación humana.
Además de su faceta como docente, Ricardo Ortega, trabaja en casos policiales o judiciales para esclarecer tanto crímenes de guerra como delitos de lesa humanidad en varios lugares del mundo. Como especialista forense ha subrayado la importancia de la formación para trabajar en criminología y ciencias forenses a través del Grado en Criminología; Biología, Química y Ciencias Afines (Criminalística); Derecho o Arqueología y recuperación de restos humanos. Ricardo Ortega destacó la importancia del método científico para recoger las pruebas en el escenario del crimen. Los estudios de posgrado abren, en este sentido, el abanico de posibilidades para tener una especialización en identificación humana, que se dividen en tres grandes bloques: Criminalística, Antropología forense e Identificación Humana y Criminología. La formación se puede completar con la realización de prácticas en un laboratorio de identificación humana.
Los estudios de genética son claves para determinar la verdadera identidad de los restos de una persona. Ricardo Ortega trabajó en la identificación de una persona gracias a que tenía problemas respiratorios y descubrir que los huesos de sus costillas tenían metástasis por un cáncer de pulmón. Con esta evidencia se pudo derivar si los restos correspondían específicamente a una persona asesinada en el régimen de la dictadura militar chilena de Pinochet entre 1973 y 1990.
Detalle de una costilla con osteoporosis, fundamental para la identificación de la persona.
Una de las salidas laborales como criminólogo forense es trabajar para organismos internacionales como ONU, Unión Europea o ONG como Cruz Roja o la Comisión Internacional de Personas Desaparecidas, que solicitan la investigación o la identificación humana con profesionales de países independientes para estudiar los delitos de lesa humanidad. Uno de los proyectos en los que ha participado Ricardo Ortega es una fosa común que se originó en la Guerra de los Balcanes, con la disolución de la antigua Yugoslavia entre 1991 y 2001.
Investigaciones en Europa y España
El equipo de Ortega encontró en Eslovenia, en la Masacre de las Foibe, un conflicto entre 1943 y 1951 en el que se detectó una fosa común con 33 individuos (hombres, mujeres, niños y ancianos) a los que tiraron por una cueva vertical. Se trataba de civiles asesinados como opositores a los partisanos que se hicieron con el poder y que murieron por impacto de bala, navajas de resorte, la caída en la cueva o de hambre, sed o frío si conseguían sobrevivir al impacto inicial.
Cueva vertical en Eslovenia donde se hallaron los restos humanos.
Otro de los ejemplos que puso Ricardo Ortega sobre su trabajo hace referencia al análisis de pinturas rupestres en la Cueva del Castillo en Cantabria, que datan de la época Neanderthal. En los últimos 5 años han analizado más de 24.000 manos para sacar un patrón y poder analizar las impresiones que hay en esta cueva patrimonio de la humanidad.
Manos en la cueva del Castillo, en Cantabria.
En ocasiones, el trabajo del criminalista forense puede estar vinculado a los medios de comunicación. Ricardo Ortega recuerda como fue requerido por 4 Televisión para realizar un retrato robot de cómo sería hoy en día, Antonio Anglés, uno de los presuntos asesinos de del Crimen de las niñas de Alcasser, 28 años después de que las adolescentes, entre 14 y 15 años fueran secuestradas, violadas y torturadas hasta la muerte. Anglés consiguió escapar de la policía y se perdió su pista a las pocas horas de su fuga.
Comparativa del perfil de Antonio Anglés hoy en día, uno de los fugados más buscados de España.
En el Museo Arqueológico de Lucena, en Córdoba, el equipo de Ricardo Ortega estudia el Cortijo Nuevo, donde investigan inhumaciones de la época romana y el Cortijo Coracho, donde analizan restos posteriores con tumbas más toscas. Y en Olivenza, en Badajoz, estudian las fosas comunes que han aparecido próximas a las murallas, que corresponden a la Guerra de la Independencia (1808-1814), donde han aparecido restos de 400 individuos, fallecidos por diversas razones como malnutrición, heridas mal curadas… donde el 80% corresponde a mortalidad infantil, de personas menores de 20 años, y su mayoría entre 12 y 14 años.
Campañas en África y Latinoamérica
En el mes de febrero, el equipo de Ricardo Ortega volvió de una excavación en Egipto, cerca de la pirámide escalonada de Zoser, a una hora de El Cairo. Además de la excavación, Ortega actuó como docente formando a personal del país en el estudio de restos momificados o parcialmente momificados gracias a técnicas de radiología, ultrasonidos y TAC.
Curso de formación en Egipto en marzo de 2021.
Yacimiento de Trujillo en el norte de Perú.
Puedes volver a ver el webinar de Ricardo Ortega en este vídeo.