Imagen de la obra de Pier Paolo Pasolini

Imagen de la obra de Pier Paolo Pasolini

13 de enero 2023. Sheila López, profesora de la Universidad Isabel I, publicó un artículo sobre la violencia en las películas de Pasolini. En él, se traza un recorrido por el tiempo histórico en el que vivió el cineasta italiano y las ideas filosóficas de la época en la que se plasmaron sus películas.

Este artículo tiene dos objetivos principales: analizar la violencia utilizada por Pasolini en su obra ‘Saló o los 120 días de Sodoma’, e interpretar las intenciones del director a la hora de utilizar una violencia desproporcionada.

La película se desarrolla en el interior de un Palacio regentado por cuatro jerarcas fascistas. Estos cuatro jerarcas ordenan secuestrar a varios jóvenes y llevarlos al interior del Palacio para ejercer sobre ellos actos violentos, fetichistas y anárquicos. En esta película, la violencia va más allá de unos sujetos violentado a otros, comentó la docente de la Universidad Isabel I, “este es un film que no se reduce a presentar la violencia como algo humano e inevitable, si no una historia que presenta la violencia y el poder como algo monstruoso”.

Sheila López concluyó este artículo haciendo referencia a la violencia plasmada en la obra del autor. “La violencia simbólica, aquella plasmada en ‘Saló o los 120 días de Sodoma’ puede ponernos ante aquello que relata, el horror de un crimen contra lo humano, ya sea un campo de concentración, una discriminación cultural o el dominio de una clase social por otra”.

Pier Paolo Pasolini nació en 1922 y vivió la transformación en su vida de una ciudad campesina y tradicional, previa a la Segunda Guerra Mundial, al fascismo y la democracia. Según el cineasta, la democracia que se fraguó en Italia tras la Segunda Guerra Mundial se vio “secuestrada” por la Democracia Cristiana y reconvertida en un sistema igualmente jerárquico, clasista e inmodificable. Estos cambios acompasaron la historia personal de Pasolini. El italiano basó su obra cinematográfica en la creencia de una mejora histórica tras la caída del fascismo italiano, pero desertó de toda esperanza en los años 60. Pasolini se veía a sí mismo como una víctima entre dos Historias: la anterior a la década de los años 60, en la que habitaban la pluralidad de culturas, y la posterior a los 60, la historia de la cultura de masas.