
Pier Paolo Pasolini. Fuente: Revista Cine Cubano.
22 de diciembre de 2025. El último número de Quaderns de Filosofía publica un trabajo de Sheila López Pérez, directora del Grado en Filosofía, Política y Economía de la Universidad Isabel I, que revisa la vigencia del pensamiento de Pier Paolo Pasolini y su llamada a “institucionalizar” ciertos elementos del pasado para defenderlos como una forma de resistencia ante la homogeneización cultural. La autora propone releer al intelectual italiano desde una clave actual: comprender cómo el pasado puede convertirse en un instrumento de crítica y no solo en un recuerdo.
El artículo muestra cómo Pasolini vinculó el pasado a lo sagrado y lo mítico, de manera que ambas formas simbolizan en su obra la complejidad de la vida humana. Frente a ello, explica la profesora López Pérez, el artista italiano situó la mentalidad burguesa moderna, a la que considera incapaz de acoger esa pluralidad. Pasolini ya advertía que “la verdadera tragedia de nuestro tiempo es la desaparición de la diversidad humana”, una idea que atraviesa su literatura, su cine y sus textos periodísticos.
Avance del capitalismo consumista
Sheila López Pérez explica que, para el autor de Las cenizas de Gramsci, el avance del capitalismo consumista modificó los hábitos sociales y borró lenguas, saberes, ritos y modos de vida que encarnaban una historia colectiva. La filósofa señala que su defensa del pasado no fue una postura nostálgica, sino una estrategia política, ya que “Pasolini quiso proteger aquello que todavía resistía la estandarización”, apunta el estudio, señalando su apuesta por instituciones capaces de preservar esa singularidad.
El texto también aborda la conocida paradoja pasoliniana: se refiere a su mezcla de posiciones radicales y aparentemente conservadoras. La autora sostiene que esa ambivalencia fue deliberada. Pasolini exageraba cada idea para examinarla sin complacencias, por lo que era su forma de revelar sus límites éticos y políticos. Como recordaba el propio escritor: “No soy un reaccionario ni un progresista. Soy alguien que observa con desesperación y amor”.
Otro de los ejes del trabajo de la profesora Sheila López Pérez es el papel de la poesía y de los dialectos en su pensamiento. Pasolini veía en ellos una fuerza política capaz de cuestionar el orden establecido. En su visión, la palabra poética no describía la realidad, sino que la enfrentaba. Para la autora del artículo, esta dimensión es inseparable de su crítica social.
Individualismo y cultura de masas
Sheila López recupera además la dura mirada de Pasolini hacia los movimientos juveniles de su época. Consideraba que una parte de esa juventud estaba atrapada en un individualismo que la incapacitaba para imaginar un proyecto común. Por ello Pasolini insistía en la necesidad de organizarse y transformar las instituciones desde dentro. Si no se aplica de esta manera, decía, “la cultura de masas acabará decidiendo por nosotros”.
En sus conclusiones, el artículo plantea que la obra de Pasolini ofrece claves para pensar debates actuales sobre memoria, identidad, populismos o el sentido mismo del progreso. Y resume su reflexión en una idea central: la forma en que una sociedad trata su pasado revela, en el fondo, cómo se piensa a sí misma y qué tipo de futuro está dispuesta a construir.