puños enfrentados con las banderas de Ucrania y Rusia

Puños enfrentados con las banderas de Ucrania y Rusia.

3 de marzo de 2022. ‘Voces inspiradoras para el impulso de una verdadera política exterior y de seguridad común en la Unión Europea’ es el título del apunte que acaba de publicar Virginia Saldaña Ortega, profesora de Derecho de la Unión Europea y Derecho Internacional Público de la Universidad Isabel I. La profesora Saldaña Ortega, que además es coordinadora del Máster en Ejercicio de la Abogacía argumenta en su artículo, publicado en la web del Instituto Eurolatinoamericano de Estudios para la Integración (IELEPI) que la invasión de Ucrania por parte de Rusia “representa uno de los conflictos armados que mayores repercusiones ha generado en el panorama internacional de nuestro tiempo y, muy probablemente de mayor inestabilidad geopolítica en el escenario europeo desde finales de 1949”.

 Para la docente de la Universidad Isabel I este escenario “responde a la efervescencia de un conflicto bélico desatado hace varios años y que lo que actualmente estamos viviendo responde a las consecuencias de un desastre ocasionado en el año 2014 tras la anexión de Crimea”.

Virginia Saldaña argumenta que el conflicto se basa en la pretensión de Rusia de desarrollar una visión del mundo que parte de la división de influencias, considerando el territorio ucraniano de especial relevancia al plantearse Ucrania formar parte de la OTAN. “Nos encontramos en un momento de gran incertidumbre geopolítica”, matiza la docente.

La Unión Europea ha estado observada por el resto del mundo. “Este conflicto ha evidenciado la ausencia de una verdadera política exterior y de seguridad común”, detalla la experta en Derecho de la Unión Europea, aunque sí existe una política de defensa orientada a la protección de sus territorios. “Toda agresión armada dirigida contra cualquiera de los Estados miembros de Europa o contra las fuerzas europeas de defensa será considerada como un ataque contra todos los Estados miembros”, regula el Tratado sobre la Comunidad Europea de Defensa de 1952. A partir de este momento, la defensa de la Unión Europea quedó limitada a la protección aportada por la Alianza Atlántica, con medidas como la prevención de conflictos.

La legislación europea determina también que “la ejecución de estas tareas se apoyará en las capacidades proporcionadas por los Estados miembros”, motivo por el cual, detalla la profesora Saldaña Ortega, “no solo nos encontramos desprovistos de instrumentos jurídicos que apoyen el ataque activo de la Unión ante amenazas en su propio territorio sino que relegamos a la buena práctica de los Estados miembros los recursos que estos puedan otorgarle, eliminando de esta manera la disposición de recursos propios de carácter defensivo y ofensivo y activando una dependencia insana, en una organización supranacional como la que nos acontece, a la buena confianza en la diligencia de los Estados miembros”.

Los ministros de Asuntos Exteriores europeos han recurrido al Fondo para la Ayuda a la Paz para la financiación del envío de material militar a Ucrania. Para Virginia Saldaña este hecho “ha supuesto una ruptura sin precedentes de la forma de actuación comúnmente esperada por parte de las autoridades europeas en el seno de los conflictos armados en la Unión Europea”. En este sentido, la docente señala que es necesaria la instauración de nuevos compromisos y una estructura férrea capaz de hacer frente a situaciones de conflicto o inestabilidad, para lo que es necesario el diseño de una política de defensa que achique las carencias en la sociedad, política o economía actuales.