Marina Ruiz Esteban Profesora del Máster en PGS
Mié, 04/06/2025 - 08:16

Plato de cinta métrica, metáfora del atracón de pasta.

Serie: 'El A,B,C de la Psicología' (XXX)

Habitualmente hacemos alusión al ciclo del atracón dentro de los trastornos de la conducta alimentaria y, específicamente, del trastorno por atracón. No obstante, los atracones alimenticios son más frecuentes de lo que pensamos y se producen tanto dentro de los TCA como fuera de ellos, respondiendo a un patrón desajustado de relación con la comida, es decir, a una conducta desadaptativa a la hora de alimentarnos.

¿Cuándo podemos hablar de un atracón?

Al ser un término tan escuchado fuera del contexto psicológico, ha podido difuminarse de alguna manera su definición, pero cuando hablamos de la conducta del atracón hacemos referencia a una elevada ingesta de comida, en un espacio breve de tiempo, respondiendo normalmente a una señal de hambre emocional (tristeza, ansiedad, enfado…), y no tanto fisiológica (Duarte y Mendieta, 2019). Habitualmente, va asociado también a la ingesta de alimentos rápidamente accesibles y desorganizados (como mezclas de dulce y salado o frío y caliente), así como a la sensación de pérdida de control, ya que la persona que lo experimenta se siente incapaz de parar (Pimentel, 2023).

¿Qué lo causa?

Es complicado determinar una relación causal cuando hablamos de un fenómeno multifactorial, pero sí existen factores que se repiten a la hora de explicar la función que cumplen para el patrón descrito. En muchas ocasiones, los atracones se correlacionan con dificultades de gestión emocional, de manera que actúan como reguladores emocionales, “comer calma mi ansiedad y acudo a ello cuando me siento desbordada”, por ejemplo.

Se relaciona frecuentemente también con una baja autoestima y con factores socioculturales como la presión social, los cánones de belleza o la cultura de la dieta.

¿Qué consecuencias tiene?

Una vez se produce el atracón, son habituales las emociones de culpa o vergüenza, como consecuencia de no haber sido capaz de controlarse, lo que, en muchas ocasiones, lleva a las personas que lo sufren a hacerlo a escondidas o no compartirlo con su entorno (Pimentel, 2023).

Además, surgen alteraciones tanto en el plano físico (por ejemplo, complicaciones digestivas), como en el plano psicológico (por ejemplo, sintomatología ansiosa o baja autoestima) (Nagel y Garrido-Rubilar, 2020).

¿Cómo funciona el ciclo?

Ciclo del atracón

Ciclo del atracón.

Entender el ciclo del atracón nos ayuda a comprender su función, pero también nos explica que lo mantiene.

El ciclo se explica bajo un sistema de refuerzo negativo[SL1] , que, aun teniendo consecuencias desagradables a largo plazo, a corto plazo elimina un evento experiencial desagradable, por ejemplo, la ansiedad.

Comienza normalmente con una primera restricción (un intento de dieta, una reducción de las cantidades habituales o la prohibición de ciertos alimentos) bajo un intento de controlar el peso, mejorar la imagen corporal e incluso favorecer la sensación de “éxito” o “felicidad”.

Esta restricción aumenta la impulsividad y, por tanto, el descontrol de la ingesta, lo que tiene como consecuencia un aumento posterior de la culpa. El ciclo vuelve a iniciarse cuando ese malestar actúa como conductor para iniciar un nuevo control con un patrón aún más restrictivo, que a su vez alivie el malestar actual y generado por la propia conducta.

¿Qué podemos hacer al respecto?

La intervención debería ser integral y en el plano de la psicología se atenderán tanto los síntomas más visibles, como puede ser la relación con la comida y el restablecimiento de pautas nutricionales, como la base del iceberg, desde la identificación y gestión de pensamientos, la regulación emocional o el trabajo de la autoestima.

Es fundamental también atender al ciclo e identificarlo correctamente para romperlo desde cualquiera de sus fases, evitando las restricciones, no prohibiendo alimentos y generando estrategias más funcionales que ayuden a las personas que lo sufren a manejar sus emociones.

Referencias:

Duarte, J M., y Mendieta, Z. H. (2019). Trastornos de la Conducta Alimentaria. Problema de Salud Pública. Inteligencia Epidemiológica. 33-38. 

Nagel, N. E., y Garrido-Rubilar, G. (2020). Trastorno por Atracón: una mirada integral a los factores psicosociales implicados en su desarrollo. Nutrición clínica y Dietética hospitalaria, 40(4).

Pimentel, G. (2023). Tratamiento de un caso de trastorno por atracón. Revista Científica Retos de la Ciencia, 7(16 (e)), 113-126. 

 [SL1]Como es un espacio divulgativo, se podría explicar de alguna forma más sencilla y adaptada al lenguaje ordinario.

 

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2792-1832

Burgos, España

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