Jorge Rafael González Profesor del Máster del Profesorado y del Máster en Dirección y Gestión de Proyectos
Mié, 22/11/2023 - 12:06

Pilotos

Pilotos en la cabina del avión.

Serie: 'A Global Outlook for a Project Managers' (XXI)

La aeronáutica, con su complejidad inherente y demanda de precisión, requiere una gestión de proyectos meticulosa. En este sector, donde un milímetro puede alterar la aerodinámica de una aeronave o un pequeño error puede comprometer la seguridad, la gestión de proyectos se convierte en el pilar fundamental para el éxito.

Todo proyecto aeronáutico comienza con una fase de planificación estratégica. Durante esta etapa, se definen los objetivos, se identifican los recursos necesarios y se establece un cronograma. Esta fase es crucial porque sienta las bases para todas las actividades futuras. En la aeronáutica, donde los proyectos suelen ser a largo plazo y con inversiones significativas, una planificación adecuada puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Dada la naturaleza crítica de la industria aeronáutica, la gestión de riesgos es esencial. Cada proyecto enfrenta incertidumbres, desde cambios en regulaciones hasta avances tecnológicos imprevistos. Una gestión de proyectos efectiva identifica estos riesgos desde el inicio, establece planes de contingencia y monitoriza constantemente para adaptarse a cualquier cambio.

El conocimiento tácito juega un papel crucial en la aeronáutica. Aunque las teorías y las especificaciones técnicas son esenciales, es la experiencia acumulada en el campo, ese conocimiento no escrito pero adquirido a través de años de práctica, lo que a menudo marca la diferencia. Por ejemplo, mientras que un manual puede enseñar a un ingeniero cómo calibrar un instrumento específico, es la experiencia práctica la que le enseña cómo hacerlo rápidamente en condiciones adversas o cómo identificar problemas sutiles que no están claramente definidos en ningún manual.

Consideremos el diseño de alas de aeronaves. La teoría aerodinámica puede guiar a un diseñador sobre la forma y el perfil óptimos, pero es el conocimiento tácito, adquirido a través de años observando cómo se comportan diferentes diseños en condiciones reales, lo que puede llevar a soluciones innovadoras y eficientes.

Del mismo modo, un piloto puede haber aprendido técnicas de vuelo en una escuela, pero es la experiencia acumulada, las horas en el aire enfrentando turbulencias, sistemas fallidos o aterrizajes en pistas complicadas, lo que le otorga un conjunto de habilidades que no se pueden transmitir simplemente a través de instrucciones escritas. Es este conocimiento tácito el que, en situaciones críticas, puede marcar la diferencia entre una maniobra exitosa y una situación peligrosa.

Avión en el hangar.

La innovación es otro aspecto crítico en la aeronáutica. Con la tecnología avanzando a un ritmo vertiginoso, es esencial que los proyectos aeronáuticos se mantengan a la vanguardia. Aquí es donde las TRLs, o Niveles de Madurez Tecnológica, se convierten en herramientas fundamentales.

Los TRLs son una escala que va del 1 al 9, diseñada para evaluar la madurez y viabilidad de una tecnología específica en su camino desde la idea inicial hasta su implementación completa en un entorno operativo.

TRL 1: Es la etapa más básica, donde se realiza una investigación conceptual. Por ejemplo, la idea de usar un nuevo material en la construcción de aeronaves.

TRL 2: Aquí, la idea conceptual comienza a tomar forma, con investigaciones que apuntan a su viabilidad. Siguiendo con el ejemplo, se investigaría la resistencia y peso del nuevo material.

TRL 3: Se realiza un modelo o análisis computacional para verificar la idea. En el caso del material, se podrían hacer simulaciones para ver cómo se comportaría en condiciones de vuelo.

TRL 4: Se desarrolla un prototipo y se prueba en un entorno de laboratorio. El nuevo material podría ser utilizado para construir una sección pequeña de un ala y someterla a pruebas de resistencia.

TRL 5: El prototipo se prueba en un entorno que simula condiciones reales. El fragmento del ala podría ser probado en un túnel de viento.

TRL 6: Se realiza una demostración de la tecnología en un entorno real. El material podría ser utilizado en un avión real para un vuelo de prueba.

TRL 7: La tecnología se integra completamente y se prueba en operaciones reales. El material se utiliza en la construcción de un avión que entra en servicio regular.

TRL 8: La tecnología ha sido probada y validada, y está lista para su producción en masa.

TRL 9: La tecnología está completamente integrada y en uso regular en operaciones.

A través de la gestión de proyectos, se asegura que las tecnologías avanzan adecuadamente a través de estos niveles. Por ejemplo, si una aerolínea desea incorporar una nueva tecnología en sus aviones, utilizaría los TRLs para evaluar su madurez y decidir si es el momento adecuado para su implementación. En conclusión, la gestión efectiva de proyectos es el corazón del éxito en la aeronáutica. En un sector donde la precisión, el conocimiento tácito y la innovación tecnológica son esenciales, una gestión estructurada y basada en la experiencia es la clave para alcanzar nuevas alturas.

 

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2697-2077

Burgos, España

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