Tania Vidal López Coordinadora de los Grados en Criminología y Ciencias de la Seguridad
Jue, 21/12/2023 - 10:25

Bomberos hacia un fuego

Bomberos hacia un fuego.

Serie: 'Seguridad a tu alcance' (XXXVIII)

La referencia a la victimología deriva del positivismo criminológico y suele incluirse para víctimas de delitos. No obstante, el empleo de la palabra víctima en grandes accidentes o catástrofes se emplea con gran frecuencia.

En primer lugar, debemos entender que cuando estamos ante una catástrofe o calamidad pública, podemos encontrarnos ante diferentes niveles de victimización:

  • Primer nivel: el afectado directo del suceso.
  • Segundo nivel: allegados de las víctimas del primer nivel.
  • Tercer nivel: personas que han presenciado el incidente, o están implicados de algún modo (bomberos, sanitarios, policías, etc.).

Daños a la integridad física y/o psicológica

Pero, ¿cómo afectan las catástrofes o situaciones de emergencia a las personas? Un fenómeno adverso, ya sea de índole natural (por ejemplo, una inundación) o provocada por el ser humano (por ejemplo, un incendio forestal), puede afectar a las personas, básicamente de tres formas: daños en la integridad física y/o psíquica, daños en los bienes, y daños en los servicios.

Las personas que sufren el incidente pueden padecer una gran variedad de lesiones físicas y psíquicas, desde las más leves hasta las más incapacitantes, incluso puede llegarse a ocasionar la muerte. Muchas veces pueden producirse directamente por el fenómeno y en otras ocasiones pueden derivarse después, incluso llegando a producirse indirectamente. Por ejemplo, las consecuencias de una catástrofe nuclear, que pueden producir según el nivel de irradiación que sea absorbido por el cuerpo, desde mareos, a deformaciones o provocar la muerte del individuo.

Asimismo, es importante recordar que una mala gestión de emergencias puede provocar lesiones en la integridad física desorbitadas e irremediables, provocando a veces, incluso epidemias. Episodio que hemos vivido recientemente.

En cuanto a los daños psicológicos, son mucho más complejos y normalmente, de difícil identificación en algunos casos.

Algunos de los riesgos psicológicos que encontramos ante estas situaciones pueden ser:

  • Efectos de estrés a largo plazo, que incluyen tanto efectos fisiológicos (como insomnio), efectos psicológicos (como depresión o ansiedad), y efectos socio-familiares (como absentismo laboral o aislamiento social).
  • Responsabilidad de un accidente durante la intervención.
  • Fallecimiento propio, de un allegado o un compañero.

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2697-288X

Burgos, España

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