Facultad de Ciencias de la Salud - Jue, 11/01/2024 - 11:17
Metáfora de disociación.
La disociación es un constructo psicológico que ha intrigado a profesionales y académicos durante décadas. Se refiere a la ruptura de la integración de los fenómenos cognitivos y físicos que experimenta una persona. Aunque la disociación cognitiva se asocia frecuentemente a diversos trastornos psicológicos como el Trastorno de Estrés Postraumático o el Trastorno Disociativo de la Identidad, que es un constructo dimensional que todos podemos experimentar en cierta medida en nuestra cotidianeidad, incluso sin una patología subyacente. En este artículo te vamos a explicar qué es la disociación en psicología, sus causas, síntomas, y cómo puede manifestarse en diferentes contextos.
Qué es la disociación
La disociación es un proceso psicológico que permite a una persona desconectar o separar elementos de su experiencia consciente. Esta desconexión puede involucrar aspectos tanto cognitivos como físicos. La disociación es una respuesta natural del cuerpo a situaciones extremas o traumáticas como un mecanismo de defensa. Cuando una persona se enfrenta a un evento traumático, puede experimentar una desconexión de ciertas partes de la experiencia consciente para protegerse del impacto emocional abrumador.
Causas de la disociación
La disociación puede tener diversas causas, y no siempre está relacionada con el trauma. Algunos factores que pueden contribuir a la disociación incluyen:
1. Estrés agudo
Aquellas situaciones que conllevan la experimentación de un estresor interno y no cronificado, como un accidente automovilístico o un desastre natural, pueden desencadenar ciertas respuestas disociativas de corta duración como una estrategia de afrontamiento del miedo y la ansiedad.
2. Trauma y abuso
Diversos estresores cronificados como el trauma y el abuso, ya sea físico, emocional o sexual, es una de las causas más comunes de disociación, tanto si se sufre en la infancia y la adolescencia como en la edad adulta. La disociación puede surgir como una forma de desconexión para evitar el dolor y la angustia asociados con la experiencia traumática.
Síntomas de la disociación
El síntoma principal es, como se ha señalado, la fragmentación no voluntaria de la integración de distintos componentes cognitivos y afectados, entre los que destacan la percepción y sensación, los recuerdos, el afecto, el sentido de identidad y la actividad motora.
Asimismo, la disociación puede manifestarse en diversos cuadros y trastornos disociativos que difieren en su nivel de gravedad y cronicidad. Entre estos cuadros destacamos los siguientes:
1. Despersonalización
La despersonalización es una sensación de desconexión con uno mismo. Las personas pueden sentir que están observando sus acciones o pensamientos desde fuera de su cuerpo.
2. Desrealización
La desrealización es una sensación de que el entorno se vuelve irreal o extraño. Las personas pueden sentir que están en un sueño o que el mundo a su alrededor no es real.
3. Amnesia disociativa
La amnesia disociativa implica la incapacidad de recordar acontecimientos autobiográficos, generalmente relacionados con situaciones traumáticas o estresantes recientes. Esto a menudo está relacionado con episodios de disociación.
4. Alteraciones en la identidad
En el caso del Trastorno de Identidad Disociativo, las personas pueden experimentar cambios en su identidad y personalidad, con la presencia de múltiples identidades o personalidades.
Otro cuadro es la Fuga disociativa, en el cual la persona realiza un viaje a un lugar lejos de las zonas que suele frecuentar, mostrándose incapaz de recordar sucesos de su vida. Además, durante esta fuga, la persona puede asumir una nueva identidad incluyendo un cambio de nombre, de gustos y de habilidades.
5. Episodios de trance y posesión
En los cuatros el sujeto siente que ha sido poseído por un agente externo de manera involuntaria, reemplazando su identidad personal y tomando el control de su cuerpo.
Cómo afecta la disociación en la vida cotidiana
Aunque la disociación suele asociarse con trastornos psicológicos, como el TEPT, los trastornos del espectro de la esquizofrenia, los trastornos afectivos, los trastornos del espectro autista y los trastornos somatomorfos, entre otros, es importante destacar que todos experimentamos algún grado de disociación en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, ante una situación estresante aguda, es frecuente experimentar la sensación de irrealidad típica de la desrealización o la sensación de estar fuera del propio cuerpo que se define en la despersonalización. No obstante, estas experiencias son de corta duración y no suponen una patología grave en sí mismas.
Tratamiento psicológico de la disociación
La disociación puede ser un desafío tanto para quienes la experimentan como para los profesionales de la salud mental que la tratan. El tratamiento suele incluir terapia, especialmente la Terapia de Integración Sensorial, Terapia de Procesamiento de Eventos Traumáticos y Terapia Cognitivo-Conductual. Estos enfoques pueden ayudar a las personas a comprender y gestionar sus síntomas de disociación.
El apoyo de amigos y familiares también es crucial para quienes experimentan disociación. La comprensión y la empatía pueden marcar la diferencia en la recuperación de una persona.
Conclusión
La disociación en psicología es un fenómeno complejo que involucra la desconexión de aspectos de la experiencia mental, emocional y física. Aunque a menudo está asociada con trastornos psicológicos y traumas, todos experimentamos algún grado de disociación en nuestra vida cotidiana. Comprender la disociación es crucial para proporcionar apoyo y tratamiento a quienes la experimentan y avanzar hacia una mejor comprensión de la mente humana y su capacidad para protegerse en tiempos de adversidad.
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