Marta Gómez Cuéllar Área de Comunicación y Marketing
Jue, 25/11/2021 - 18:16

El siguiente texto lo redacté en el año 2019. A día de hoy, puedo mantener y mantengo cada una de sus palabras. Ni una más. Ni una menos.

“Nunca se entra, por la violencia, dentro de un corazón” – Molière.

La Violencia de Género ha alcanzado una cifra bastante significativa. Según el recuento oficial que comenzó en el año 2003, ya son más de 1.000 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex-pareja. Sin embargo, aún sigue existiendo la negación del problema, aún se sigue cuestionando el nombre que debe de darse a esta lacra y la descripción oficial que debe tener su significado. En este sentido, y desde una perspectiva puramente jurídica, María Boado, fiscal coordinadora de Violencia de Género en Castilla y León, señala que “después de 15 años trabajando en la Fiscalía contra la violencia de género, puedo afirmar y defender, con los argumentos más sólidos que pueden existir derivados del trabajo diario, que la violencia de género es un grave problema contra el que no podemos dejar de trabajar y, además, sin relajarnos”.

Por otro lado, Almudena Román, coordinadora de la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Violencia Doméstica (ADAVAS), asegura que la violencia contra las mujeres “es probablemente el atentado a los derechos humanos más habitual y que afecta a un mayor número de personas, además de estar presente en todas sociedades del mundo, independientemente de cuál sea su sistema político o económico. Ante esta grave vulneración de la dignidad de las mujeres y de sus derechos humanos, se hace necesario el compromiso y el trabajo coordinado de todos, de instituciones y de sociedad civil, para poder dar fin a este tipo de actos y conductas”.

 


No cabe duda, que uno de los puntos fundamentales para ir subsanando la Violencia de Género ha sido la actuación del poder judicial y la modificación de la legislación, que ha ido adaptándose a la realidad que día a día se dejaba ver. Pero, a día de hoy, desde la calle se siguen solicitando más y mayores medidas que sigan colaborando con el fin de esta lacra, puesto que no se consideran suficientes.

“En mi opinión, es más un problema de medios que de legislación, no me resisto a  considerar que es necesario replantearnos algunas cuestiones jurídicas”, señala María Boado, “por un lado las nuevas tecnologías crean y seguirán creando nuevas modalidades delictivas que tendremos que ir integrando en el código penal – cabe recordar que hasta el año 2015 no estaba penalizado el acoso o el sexting – lo que nos obliga a estar muy atentos a la realidad social para evitar vacíos legales y zonas de impunidad”. Por otro lado, la fiscal también hace referencia al ámbito procesal, en concreto al artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que dispensa de la obligación de declarar a familiares y “que es la causa de que muchos procedimientos y muchas sentencias condenatorias se archiven sin llegar a juicio, además de propiciar que la víctima, durante el procedimiento, reciba presiones de terceros para que retire la denuncia”.

En el ámbito europeo, España ha demostrado una gran sensibilidad en torno a esta problemática, “es necesario señalar que somos uno de los países europeos con menos violencia de género. España ha llevado la delantera a otros muchos países europeos a los que a veces miramos como referentes en otras cuestiones”, resaltaba Boado, quien recuerda que en el año 2014, “cuando entró el vigor el Convenio de Estambul, España cumplía mucha de las exigencias que imponía el mismo, debo decir que la gran mayoría. También fuimos uno de los primeros Estados en tener una Orden de protección. Es por ello que tengo mucha confianza en nuestra sociedad, en nuestro sistema de valores democráticos y creo que “la igualdad” proclamada en el artículo 1 de la Constitución como valor fundamental del ordenamiento jurídico español va a prevalecer a pesar de las dificultades”.


Volviendo a centrarnos en el ámbito nacional, y pese a estar en los países de Europa con menos violencia de género, las cifras siguen siendo escalofriantes, y el número de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas sigue creciendo a lo largo y ancho de la geografía del país. En una comparativa de datos relativizados en función de la población de cada provincia, Almería es la provincia que más víctimas mortales ha registrado, frente a Gipuzkoa que es la que registra un número menor.

 

Sin embargo, retrocediendo a las palabras de Boado sobre que “es más un problema de medios que de legislación”, es necesario recalcar que el 60% del total de las víctimas mortales que se registraron desde 2003 no había presentado denuncia previa contra su agresor. Dentro de este porcentaje, existe la obligación de recalcar que los registros del año 2018 si que muestran un incremento de las denuncias respecto a años anteriores, no obstante, también han registrado un aumento en el número de víctimas.

Durante el año 2018 se pusieron casi un total de 170.000 denuncias relacionadas con algún tipo de violencia en el ámbito doméstico, sin embargo, tan solo se llevaron a juicio unas 29.600, menos del 20% del total. Ante esta situación la sociedad se cuestiona la posibilidad de agilizar los procesos judiciales. “Más juzgados especializados, que se extiendan desde la instrucción hasta el último tribunal de apelación. Dotaciones de medios personales para las Unidades de Valoración Integral, que se encuentran colapsadas de trabajo y que retrasan notablemente el procedimiento ya que pueden tardar una media de 6 a 8 meses en terminar los informes”, son algunas de las medidas que Boado considera necesarias para agilizar este tipo de procesos, “así como una mayor agilidad en la resolución de los conflictos de familia. Muchas veces el conflicto familiar, la ruptura, es la generadora de violencia. Si los procedimientos de familia se ralentizan hay mayores posibilidades de que surjan conflictos de violencia. Para ello es necesario reforzar los juzgados de familia. O generalizar los juicios rápidos para los delitos menos graves y más habituales. Desde luego en nuestra Comunidad Autónoma lo hacemos de esta manera. Se da una solución rápida al problema y se evita la doble victimización que genera el proceso penal”, sentenciaba la fiscal.

 

Pese a que el ritmo judicial no sea el deseado, sí que se puede ver un progreso en este ámbito. El numero de sentencias condenatorias ha ido creciendo considerablemente hasta la actualidad, que se encuentra en máximos históricos. Los datos más relevantes los muestran las estadísticas del 2018, que exponen que las condenas por violencia de género han aumentado, llegando a alcanzar la cifra del 70,5%, así mismo, según estas mismas estadísticas del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, también han incrementado las órdenes de protección solicitadas y las concedidas, siendo solicitadas 39.179 órdenes de protección, y 27.093 adoptadas. Además, se adoptaron otras medidas judiciales penales de protección de las víctimas, entre las que destacaron la orden de alejamiento y la prohibición de comunicación.


Preocupación por la violencia machista

Otro punto fundamental a la hora de hablar de violencia de género es conocer la implicación de la sociedad respecto a la problemática. Según refleja el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la preocupación por la violencia contra la mujer se sitúa entre los tres principales problemas del país, según los datos extraídos de una encuesta en julio de 2019, cabe recordar que la primera vez que esta problemática apareció en las encuestas del CIS fue en el año 2000, tres años antes de que comenzase la lista oficial de víctimas.

Las cifras alcanzadas en estas encuestas durante el 2019 han sido históricas. A principios de enero, el 7% de los ciudadanos ya lo señalaba como uno de los grandes problemas, posiblemente debido al asesinato, en diciembre, de Laura Luelmo, cuando salió a correr. También los asesinatos en enero de otras tres mujeres, en Laredo, Fuengirola y Lanzarote, fueron bastante mediáticos e inquietaron, un poco más, a la sociedad. Como no, esta inquietud se hizo latente en las manifestaciones del 8 de Marzo, en las que cientos de personas, salieron a las calles de toda la geografía española a gritar que no tenían miedo, que no había que permitir que matasen a ni una (mujer) más, que la manada, eran ellas, las mujeres, todas juntas. “Actualmente existe una mayor conciencia social hacia la violencia contra las mujeres, y aún siendo conscientes de los avances logrados en las últimas décadas en el ámbito legal y en la visibilización de la problemática de la violencia contra las mujeres, se hace necesario continuar con renovados esfuerzos, con una perspectiva de integridad y actuando en el ámbito social, económico, laboral y educativo”, sentencia Román, de ADAVAS.

A día de hoy el número de víctimas por violencia de género sigue aumentando. A parte del poder judicial, existen elementos claves en los avances relacionados con esta problemática, como las organizaciones, las asociaciones e incluso las campañas y movimientos en redes sociales, como el movimiento #Metoo, que surgió en octubre de 2017 para denunciar el acoso y las agresiones sexuales. Nació a raíz de unas acusaciones contra el productor de cine Harvey Weinstein, y con él, se animaba a las mujeres del mundo a compartir sus experiencias para demostrar el comportamiento machista que estaba instalado en la sociedad. El movimiento removió el fango en Hollywood, pero también lo hizo en el mundo de la música, de la ciencia y de la política. Nadie quedó indiferente a aquello.


Erradicar el problema

Tanto desde instituciones, organizaciones y asociaciones, así como a nivel personal, no es poca la gente involucrada en buscar una solución real al problema. En muchas ocasiones, la solución pasa por los mismos caminos, “hay que atacar la violencia de género desde su origen”, señala Boado, “los Jueces y fiscales intervenimos cuando el delito ya se ha cometido. Pero hay que tratar de evitar ese primer delito. Por eso hay que insistir en educación en igualdad porque sin educación no hay igualdad. Ya lo decía Pitágoras “Educad al niño y no tendréis que castigar al hombre”. En este sentido, desde la Asociación de Asistencia a Víctimas coinciden con la fiscal, “es fundamental sensibilizar y educar en valores de respeto a los derechos humanos para lograr una cultura de igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Una cultura que rechace, sin ningún tipo de reserva, la violencia contra la mujer en todas sus formas y manifestaciones”.

Siguiendo con las declaraciones de fiscal, en las que asegura que hay que tratar de evitar el primer delito, desde ADAVAS explican que “dentro de las actividades prioritarias, y conscientes de la inquietud que origina la violencia ejercida contra las mujeres, la línea de actuación de esta Asociación se centra en trabajar para ayudar en la prevención y erradicación de la violencia de género”, señalaba Román, “es importante el campo de la prevención de la violencia de género y la sensibilización de la sociedad, como dos líneas de actuación eficaces para el fomento de la igualdad de mujeres y hombres. Así como la formación de todos aquellos agentes sociales que trabajen de manera directa o indirecta con víctimas de violencia de género”.

En lo relativo a la educación en igualdad, se pretende que se destruyan los estereotipos sexistas, que se promueva la formación de profesionales que intervienen en la lucha contra la violencia de género y que fomente la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. En esa línea de trabajo se lleva insistiendo desde hace más de 20 años en ADAVAS Burgos a través de charlas y talleres para la prevención y sensibilización de agresiones sexuales y malos tratos en centros educativos, asociaciones y la zona rural, entre otros ámbitos, así como la organización de jornadas o cursos de formación destinado a profesionales que, de un modo u otro, atienden a personas afectadas o están relacionadas con este tipo de problemática. 

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