
Futbolistas durante un partido.
13 de agosto de 2025. Un equipo de investigadores entre los que se encuentra Moisés Falces, profesor del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFD) de la Universidad Isabel I, ha publicado un estudio pionero sobre el uso de dispositivos inerciales rotacionales para evaluar el rendimiento de las extremidades inferiores y predecir el riesgo de lesiones en futbolistas profesionales. El estudio, titulado “Power Indices Through Rotational Inertial Devices for Lower Extremity Profiling and Injury Risk Stratification in Professional Soccer Players: A Cross-Sectional Study”, ha sido recientemente publicado en la revista Diagnostic y ofrece una nueva visión sobre cómo abordar la prevención de lesiones en el deporte de élite.
El trabajo fue realizado en colaboración con investigadores de la Universidad de Córdoba y el equipo médico de un club profesional de la segunda división belga. El objetivo principal fue establecer valores normativos de potencia muscular específicos para cada pierna mediante ejercicios realizados con dispositivos inerciales, y explorar su relación con la aparición de lesiones en los cuatro meses posteriores a la evaluación.
“Uno de los principales retos en la medicina deportiva es anticiparse a las lesiones. Para ello, necesitamos herramientas que reflejen las verdaderas demandas biomecánicas del fútbol”, explica el profesor Falces. “Los dispositivos inerciales nos permiten evaluar de forma más funcional y realista la musculatura implicada en los movimientos de alta intensidad que se producen durante el juego”.
Metodología y hallazgos clave
El estudio evaluó a 22 jugadores de fútbol profesionales mediante un protocolo específico con seis ejercicios unilaterales, centrados en cuádriceps, isquiotibiales, aductores y abductores, realizados con un dispositivo inercial rotacional. Se analizaron variables de fuerza tanto concéntricas como excéntricas, estableciendo índices de potencia para cada pierna.
Contrario a lo que se pensaba, no se encontraron diferencias significativas entre extremidades dominantes y no dominantes, ni entre jugadores lesionados y no lesionados. Sin embargo, se identificaron correlaciones fuertes entre algunos índices, especialmente las proporciones concéntricas cadera-rodilla (Qhip:Qknee y Hhip:Hknee), que podrían tener valor clínico como marcadores de detección temprana de desequilibrios funcionales.
Implicaciones para el rendimiento y la prevención
A pesar de que no se logró establecer una relación directa entre los índices y la ocurrencia de lesiones, los investigadores destacan que el análisis detallado de estos patrones podría ser clave en el desarrollo de estrategias individualizadas para la prevención. “Debemos dejar de pensar en términos absolutos y empezar a clasificar las extremidades como ‘fuertes’ o ‘débiles’, no solo por su función dominante, sino por su capacidad real para soportar cargas específicas del juego”, añade Falces.
Además, el estudio pone de relieve la necesidad de integrar más variables en los modelos predictivos, incluyendo factores extrínsecos como el volumen de entrenamiento, el historial de lesiones previas y aspectos psicosociales como el estrés competitivo.
Un paso adelante en el perfilado funcional del futbolista
Este trabajo se suma a una línea de investigación emergente que busca sustituir métodos tradicionales como la dinamometría isocinética por herramientas más ecológicamente válidas y específicas para el fútbol. “Los dispositivos inerciales rotacionales ofrecen una resistencia dependiente de la velocidad que simula de forma más precisa las situaciones de juego, especialmente las transiciones entre contracciones excéntricas y concéntricas”, subraya el equipo.
Con estos hallazgos, el grupo de investigación en el que ha participado Moisés Falces, continúa posicionándose a la vanguardia en biomecánica aplicada al deporte, y abriendo nuevas vías para un abordaje más efectivo, funcional y personalizado en la prevención de lesiones en el fútbol profesional.