Alba Capell con el trofeo de mejor jugadora en el partido España-Fiji de la competición internacional WSV-3, en octubre de 2024. Gracias a su ensayo quedó clasificada para el Mundial 2025 que se ha disputado en Inglaterra. Fotografía cedida por la Federación Española de Rugby.
25 de septiembre de 2025. A sus 21 años, Alba Capell acumula ya 30 internacionalidades y 5 ensayos con la Selección XV. Campeona de Europa y participante en el reciente Mundial de Inglaterra, la jugadora catalana combina su carrera deportiva con los estudios de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFD) en la Universidad Isabel I. Con los pies en la tierra y los sueños muy claros, nos habla de un 2025 intenso, de la pasión por el rugby y de su deseo de contribuir a la profesionalización de este deporte en España.
Un año intenso entre Europa y el Mundial
Vienes de disputar el Mundial en Inglaterra y hace apenas unos meses también os proclamasteis campeonas de Europa con las Leonas. ¿Qué balance haces de este 2025 tan intenso?
Sabíamos que iba a ser un año con mucha competición. El Campeonato Europeo fue el pistoletazo de salida para preparar el Mundial, y desde entonces todo ha sido muy intenso, con altibajos emocionales y deportivos. Hasta que no ves tu nombre en la lista definitiva no respiras tranquila. Ha sido una experiencia vital y un balance más que positivo.
Alba Capell en un ataque en el terreno de juego. Fotografía cedida por la Federación Española de Rugby.
En la Copa del Mundo os enfrentasteis a Nueva Zelanda, Irlanda y Japón. ¿Qué conclusiones sacasteis?
Japón fue nuestro último partido, en principio más asequible, pero lo perdimos. Al final un Mundial no es un torneo fácil: todo es nuevo, las emociones están a flor de piel y cada detalle cuenta. Me quedo con los aprendizajes de grupo, la unión con mis compañeras y el saber que, incluso en la dificultad, podemos ayudarnos unas a otras para ser mejores.
¿Qué diferencias habéis notado frente a potencias como Nueva Zelanda o Inglaterra?
La diferencia está en la inversión y en la tradición. Equipos como Japón han crecido muchísimo porque cuentan con más recursos. En países como Nueva Zelanda o Inglaterra el rugby forma parte de la cultura, mientras que en España aún es amateur. Tenemos talento y nivel, pero necesitamos más inversión para poder dar un paso adelante.
Felicidad por los logros conseguidos este año como subcampeonas del mundo. Fotografía cedida por la Federación Española de Rugby.
Trayectoria y papel en las Leonas
Con solo 21 años ya sumas 30 caps y 5 ensayos. ¿Cómo vives ser una pieza clave en el equipo?
Lo vivo con dos caras. La idílica: cumplir un sueño y formar parte de un equipo al que siempre admiré. Y la real: el esfuerzo de muchos años, desde que con 15 o 16 tuve que renunciar a planes para entrenar en serio. También gracias al apoyo de nuestra preparadora física María Casado y de las veteranas, que nos han ayudado a madurar. Aunque seamos jóvenes, acumulamos ya una experiencia vital enorme.
Alba Capell, la Leona con el número 229. Fotografía cedida por la Federación Española de Rugby.
Llevas el 229. ¿Qué significa para ti ser la Leona número 229?
Es un orgullo. Al final eres una parte muy pequeña de una historia muy grande que lleva mucho tiempo escribiéndose. Ser la 229 me hace sentir parte de esa cadena y me motiva a seguir luchando. Es un número que corresponde a la correlacción historica de jugadoras que han jugado en la selección.
En lo personal, ¿qué aspectos de tu juego has mejorado más en este último año?
Siempre había destacado en defensa, pero he trabajado mucho en ataque. En la selección y en mi club hemos potenciado la parte técnica y física para ganar en potencia. Quizá no siempre tenemos la altura de otras selecciones, pero compensamos con rapidez y calidad técnica.
El equipo unido al sonar en el campo el himno nacional. Fotografía cedida por la Federación Española de Rugby.
Rugby internacional y crecimiento personal
Has jugado en Francia, ahora en Inglaterra con los Sale Sharks… ¿Qué diferencias notas respecto a España?
La diferencia principal es cultural y económica. Allí el rugby es profesional, aquí es amateur. Eso implica mejores instalaciones, más entrenadores especializados, más jugadoras y, en general, un entorno que favorece el crecimiento deportivo.
¿Qué significa para ti el rugby más allá de lo deportivo?
El rugby tiene algo magnético. Engancha porque transmite valores únicos de unión y de familia. Empecé muy pequeña, con cuatro o cinco años, porque mis padres jugaban. Desde entonces nunca lo he dejado.
¿Qué mensaje darías a las niñas que quieren empezar en este deporte?
Que no tengan miedo y que lo hagan. Habrá dificultades, porque no siempre es fácil para las mujeres en el deporte, pero que sueñen en grande. Yo soñé en grande y, con trabajo, he conseguido metas que parecían imposibles. Lo más importante es disfrutar del camino: entreno porque me hace feliz, no porque tenga que hacerlo.
Alba Capell en el Mundial de Rugby 2025. Fotografía cedida por la Federación Española de Rugby.
Estudios y futuro profesional
Estás estudiando CAFD en la Universidad Isabel I. ¿Cómo llevas la experiencia?
Estoy en primero y segundo a la vez. Al principio me costó porque era mi primer año en modalidad online, pero poco a poco me adapté. Para los deportistas de alto rendimiento es un lujo poder compaginar estudios y deporte. A veces sentimos que se nos limita ese derecho, y esta oportunidad me permite crecer también en lo académico.
¿Recomendarías esta universidad a otros deportistas?
Sí, sin duda. Poder estudiar mientras compites es algo que llena a nivel personal. Yo lo recomiendo 100%.
¿Cuáles son tus objetivos personales y profesionales?
Quiero llegar lo más lejos posible y abrir camino para que más jugadoras españolas puedan tener oportunidades. Mi sueño es dedicarme al deporte como profesión, sin tener que hacer malabares. Toda mi vida está vinculada al deporte, y quiero seguir así.
Alba Capell representa a una generación de Leonas jóvenes, talentosas y ambiciosas, que combina estudios universitarios con el máximo nivel deportivo. Con 21 años ya ha vivido un Europeo, un Mundial y una carrera internacional, pero no pierde de vista su objetivo: disfrutar del rugby, crecer como persona y abrir puertas para que el futuro del rugby femenino en España sea cada vez más profesional y visible.