extinción de un fuego con extintor de polvo co2

Extinción de un fuego con extintor de polvo.

16 de octubre de 2025. El pasado 2 de octubre, un grupo de 14 integrantes del equipo de evacuación de la Universidad Isabel I cambió por un día el trabajo rutinario por el casco, las botas y la manguera. El motivo: un curso intensivo de uso de extintores y Bocas de Incendio Equipadas (BIEs) en las instalaciones de Castilla y León Formación Práctica S.L., en Corcos del Valle (Valladolid).

El responsable de la formación fue Gerardo Abia, profesor del Grado en Ciencias de la Seguridad de la propia universidad y con más de cuatro décadas de experiencia en cuerpos de bomberos y protección civil (46 años). Él fue quien dirigió una sesión de cinco horas que combinó teoría y práctica para que los participantes aprendieran a reaccionar con eficacia en caso de incendio.

La teoría: química, prevención y mucho sentido común

Durante las dos primeras horas, el grupo se adentró en los fundamentos del fuego: cómo se propaga, qué lo alimenta y, sobre todo, qué lo apaga. “Aunque parezca increíble, a veces el agua no es la mejor solución, e incluso puede avivar las llamas”, explicó el profesor Abia en uno de los experimentos. Entre vídeos formativos, dinámicas de preguntas y respuestas y ejemplos de errores comunes, los asistentes comprendieron que la clave no es solo apagar el fuego, sino saber cómo enfrentarse a cada tipo de incendio.

fuego en el interior de un contenedor

Extinción de un fuego en un cuadro eléctrico con CO2.

La práctica: del extintor a los escenarios de fuego real

Con la teoría asimilada, llegó el momento de vestirse como un auténtico bombero. Casco, mono y chaqueta ignífugos, guantes y botas reforzadas fueron imprescindibles antes de pasar a la acción.

extinción de un fuego con extintor de polvo co2

Extinción de un fuego con extintor de polvo por parejas.

Los 14 alumnos se organizaron en parejas, porque, como recordó el instructor,  “un bombero nunca entra solo”. Aprendieron a manejar un extintor, a apagar fuegos en horizontal y vertical y a trabajar en equipo en la búsqueda de llamas ocultas. En un simulacro de laberinto, debieron abrir un armario en llamas siguiendo la regla de oro: nunca de frente, siempre desde un lateral, mientras el compañero cubría la maniobra con el extintor preparado.

fuego en laberinto

Fuego en el laberinto.

La experiencia se intensificó en escenarios más complejos: un contenedor cerrado convertido en sala en llamas, un cuadro eléctrico ardiendo y hasta un incendio provocado con madera. Allí, la teoría se convirtió en reflejos: comprobar la temperatura de una puerta antes de abrirla, entrar agachados para evitar el humo y mantener siempre la distancia de seguridad con las llamas.

Una lección de equipo y de vida

Las Bocas de Incendio Equipadas, conectadas a la red de agua, fueron otro de los ejercicios prácticos de la jornada. Con un chorro a presión difícil de manejar en solitario, las parejas comprobaron la importancia de la coordinación. Uno sujetaba la lanza, mientras el otro estabilizaba la manguera para avanzar sin tropezar.

Uso de extinción de fuego con mangueras

Uso de extinción de fuego con mangueras.

Más allá de la técnica, la gran enseñanza del día fue clara: lo primero es salvar vidas y evacuar con seguridad. Como recalcó el profesor Abia, no todos los fuegos son apagables por un equipo de primera intervención, y saber cuándo retirarse y llamar a los bomberos profesionales también es parte de la responsabilidad.

Voces de la experiencia

“Me ha encantado”, confesaba Valentina al finalizar, todavía con la adrenalina de haber apagado su primer fuego real. Sandra coincidía: “He aprendido mucho. Este tipo de cursos pueden marcar la diferencia cuando se trata de salvar la vida de un compañero”.

Los participantes se llevaron más que un diploma: la certeza de que en apenas 90 segundos un conato puede volverse incontrolable, y que la prevención, la formación y el trabajo en equipo son las mejores armas contra las llamas.

Equipo de la Universidad Isabel I

Equipo de la Universidad Isabel I.

Con iniciativas como esta, la Universidad Isabel I refuerza su compromiso con la seguridad de su comunidad universitaria, demostrando que la preparación ante emergencias no solo es una obligación, sino también una inversión en tranquilidad y confianza.