
La doctora Ana María Fuentes Cano, directora del Grado en Criminología de la Universidad Isabel I durante la jornada.
26 de noviembre de 2025. La profesora y criminóloga, Ana María Fuentes Cano, directora del Grado en Criminología de la Universidad Isabel I y una de las principales expertas en España en trata de personas y explotación sexual de menores en entornos digitales, ofreció una conferencia en la V Jornada Internacional sobre Trata con Fines de Explotación Sexual, organizada por Oblatas Provincia Europa. Presentada por Juan Borrego, responsable de comunicación de la institución, Fuentes abordó los nuevos riesgos derivados de la transformación digital poniendo el acento en “los entornos digitales, que han ampliado nuestras posibilidades, pero también se han convertido en escenarios silenciosos de vulnerabilidad y abuso”, afirmó ante un auditorio que siguió con especial atención la evolución de sus datos y conclusiones.
Su conferencia, titulada “Conectados al riesgo: explotación sexual de niñ@s y adolescentes en la sociedad digital”, analizó cómo las tecnologías han cambiado profundamente el modus operandi de las redes de trata. La profesora explicó que en el contexto actual “la trata no necesita movimiento físico, solo un dispositivo conectado”, lo que ha acelerado los procesos de captación, explotación y comercialización de menores.
Una realidad en aumento: datos globales y la invisibilidad del delito
La profesora Fuentes Cano recordó que la trata sigue siendo una de las formas de esclavitud contemporánea más extendidas. “Hablamos de 300 millones de menores víctimas de abuso y explotación sexual online” señaló, una cifra que evidencia la magnitud del problema. Citando el informe de la ONU contra la Droga y el Delito (2024), destacó que tras la pandemia de 2020 se produjo un incremento del 31% en los casos de trata respecto a 2019, especialmente en niñas, donde el aumento llega al 38%. Cuando se analiza exclusivamente la situación de los menores, el 60% son explotados sexualmente, el 21% laboralmente y el 19% en otros contextos.
La ausencia de denuncias es uno de los mayores obstáculos. “Existe una gran invisibilidad: si no se denuncia, no existe estadísticamente, pero el daño sí existe”, lamentó.
Claves para entender el delito: el Protocolo de Palermo
Durante su exposición, la profesora recordó la definición internacional de trata recogida en el Protocolo de Palermo (2000), ratificado por más de 170 países. Señaló que se trata de un delito complejo basado en tres elementos esenciales:
- Acciones: captar, transportar, trasladar, acoger o recibir personas.
- Medios: coacción, fraude, engaño, amenazas, abuso de vulnerabilidad.
- Finalidad: explotación para beneficio ajeno (sexual, laboral, económica o social).
En menores, recordó, no es necesario demostrar los medios, porque “un niño no puede prestar consentimiento a acciones conducentes a su propia explotación”.
Las nuevas tecnologías, acelerador de la explotación sexual infantil
Ana María Fuentes Cano expuso cómo las redes criminales han adaptado su actividad al ecosistema digital. Según explicó, las tecnologías actúan como facilitadoras tanto en la captación como en la explotación, multiplicando la rapidez y el alcance del delito.
Señaló dos nuevos modus operandi digitales:
- Hunting: el tratante busca activamente a la víctima perfecta.
- Fishing: el explotador publica contenido o anuncios para atraer a menores.
A estos se suman fenómenos como el grooming (basado en el engaño, manipulación emocional y obtención de material sexual) y el sexting, que se inicia como intercambio voluntario pero puede derivar en extorsión. “Una vez que la imagen sale del dispositivo, el menor o el adulto pierden completamente el control”, recalcó. Un dato especialmente preocupante, según estudios recientes, es que el 48% de los adolescentes no percibe riesgo en estas prácticas, y un 42% lo hace por presión o validación de sus parejas. “Existe una idea distorsionada del romanticismo digital que puede desembocar en explotación”, advirtió.

V Jornada Internacional sobre Trata don Fines de Explotación Sexual, seguida en directo y vía streaming.
Plataformas, videojuegos y fallos de seguridad
La intervención de la profesora incluyó cifras que revelan fallos sistémicos en la protección online de los menores. Citando datos de Save the Children (2025), explicó que los explotadores utilizan: Instagram (68%); WhatsApp (48%); TikTok (40%); X (44%), la misma cifra que los Videojuegos online (44%).
Uno de los episodios más alarmantes a nivel nacional fue la aparición en España hace tan solo unos días de la primera app diseñada exclusivamente para intercambio de material de explotación infantil, con cifrado extremo a extremo, seudónimos y 400 usuarios activos solo en territorio español.
Además de la captación, la explotación puede producirse en tiempo real gracias a videollamadas, webcams, páginas de pago y streaming, lo que permite a los consumidores ejercer un papel activo pidiendo acciones durante el abuso. “El anonimato y la falta de registro hacen extremadamente difícil rastrear a tratantes y víctimas”, explicó Fuentes. Este tipo de prácticas tienen un enorme beneficio económico. La explotación en vivo (a través de streaming) puede oscilar entre 200 y 400 euros por hora, y el uso de criptomonedas o plataformas como PayPal facilitan el blanqueo a través de “servicios profesionales” ficticios.
Menores, altamente vulnerables
La doctora Fuentes destacó que la vulnerabilidad de niños y adolescentes se asienta en su inmadurez cognitiva y emocional: “La impulsividad, la búsqueda de pertenencia y la necesidad de validación hacen a los menores un objetivo perfecto”. Según INCIBE (Instituto de Ciberseguridad Español), el 81% de los bebés menores de 6 meses ya tiene presencia en internet, lo que abre un nuevo debate sobre privacidad familiar y exposición temprana.
El uso intensivo de redes (más de 6 horas diarias en la población juvenil), unido a la búsqueda de popularidad digital, aumentan el riesgo de caer en dinámicas de manipulación como la técnica del loverboy o el rol del salvador, capaces de completar un proceso de captación en tan solo cuatro meses.
Prevención y educación
En la parte final de su intervención, Fuentes Cano insistió en que solo un enfoque integral permitirá frenar el avance de la explotación sexual infantil: “No basta con perseguir el delito. Hay que educar, acompañar y fortalecer el pensamiento crítico digital”. Subrayó la necesidad de combinar educación digital crítica, ética, emocional y familiar, así como actualizar marcos legislativos y protocolos de actuación acordes a la realidad tecnológica actual.
Como cierre, dejó un mensaje contundente: “Debemos conocer para comprender, pero sobre todo conocer para prevenir”.