Unidades de almacenamiento de energía se alinean en filas mientras el sol se pone, iluminando el paisaje rural y la infraestructura eléctrica.

Unidades de almacenamiento de energía se alinean en filas mientras el sol se pone, iluminando el paisaje rural y la infraestructura eléctrica.

10 de octubre de 2025. El profesor Martín González y Santiago, docente del Grado en Ciencias de la Seguridad de la Universidad Isabel I, ha publicado en la revista especializada Seguritecnia un extenso análisis titulado “Global blackout: del cero energético al cero digital, binomio indisociable”, en el que estudia el gran apagón que afectó a España y Portugal el 28 de abril de 2025.

González, doctor en Medicina, Seguridad y Derecho, y analista de inteligencia y seguridad, aborda en su artículo las causas y consecuencias del colapso eléctrico y digital que dejó a millones de personas sin electricidad y paralizó infraestructuras críticas como el transporte, las telecomunicaciones, los servicios de emergencia o la sanidad.

Del “cero energético” al “cero digital”

El docente explica cómo un corte abrupto del suministro eléctrico (“cero energético”) derivó en un “cero digital” que afectó a la conectividad y a la operatividad de sectores esenciales, exponiendo la fragilidad de la sociedad moderna ante la dependencia absoluta de la energía y los sistemas digitales.

Uno de los aspectos más preocupantes que destaca el profesor fue la caída del sistema Cometa, plataforma de supervisión y alerta para mujeres víctimas de violencia de género, que quedó inoperativa durante horas. Este fallo, advierte González, supuso un grave riesgo para la seguridad de miles de mujeres que quedaron sin posibilidad de activar alertas ni recibir asistencia inmediata.

Riesgos para la seguridad pública

En su análisis, González subraya que el apagón puso de relieve la vulnerabilidad de los vehículos eléctricos de emergencia, que quedaron inoperativos al no poder recargarse, así como de los sistemas de control del tráfico, las telecomunicaciones, el abastecimiento de agua o los centros de datos.

Además, el profesor González y Santiago alerta sobre el riesgo de alteración del orden público que puede desencadenarse en escenarios de apagón prolongado, con fenómenos como saqueos o violencia urbana, y recuerda que el Código Penal español prevé sanciones para este tipo de situaciones, aunque insiste en que la clave está en la prevención y la planificación estratégica.

Una llamada a reforzar la resiliencia

El profesor de la Universidad Isabel I reclama la modernización de la red eléctrica, la diversificación de fuentes de energía —incluyendo el refuerzo de la nuclear como fuente estable— y la inversión en ciberseguridad, almacenamiento energético y planes de contingencia.

Prepararse para cualquier circunstancia adversa no es alarmismo, es previsión; la preparación no evita el evento, pero sí protege y puede salvar muchas vidas”, concluye González, recordando que al menos cinco personas perdieron la vida directamente a causa del apagón del pasado abril.

El artículo completo puede consultarse en la revista Seguritecnia.