
Estudio sobre la inteligencia emocional de los futuros profesores.
28 de agosto de 2025. Una nueva investigación publicada por Daniel Sanz-Martín, profesor del Máster en Formación del Profesorado de la Universidad Isabel I, en colaboración con académicos de la Universidad a Distancia de Madrid y la Universidad de Granada, ha arrojado luz sobre los niveles de inteligencia emocional en estudiantes de Magisterio pertenecientes a la Generación Z, destacando el impacto de variables como el sexo, la actividad física y el uso de redes sociales.
El estudio, publicado en el European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education, bajo el título “Emotional Intelligence in Gen Z Teaching Undergraduates: The Impact of Physical Activity and Biopsychosocial Factors”, analiza una muestra representativa de 411 estudiantes universitarios españoles, con edades comprendidas entre los 18 y los 26 años.
Según los resultados, los estudiantes mostraron niveles más altos de atención emocional (30,32 puntos) en comparación con las dimensiones de claridad (28,18) y reparación emocional (28,51). “Aunque los niveles son aceptables, podrían ser mejores”, afirman los autores, destacando que los datos obtenidos mejoran los de investigaciones anteriores, pero revelan margen de mejora en la gestión emocional del futuro profesorado.
Uno de los hallazgos clave es la diferencia entre sexos: los hombres presentan mayores niveles de claridad y reparación emocional, mientras que las mujeres destacan en atención emocional. Esta diferencia sugiere la necesidad de diseñar intervenciones formativas específicas por género. Como se señala en el artículo: “El modelo con mayor capacidad explicativa fue el relativo a la atención emocional de los hombres, explicando el 35,4% de la varianza”.
El uso de redes sociales
Respecto al uso de redes sociales, casi la totalidad del alumnado encuestado utiliza plataformas como WhatsApp, Instagram, TikTok, X y YouTube a diario. El estudio muestra una correlación negativa entre ciertas formas de uso de redes sociales y dimensiones específicas de la inteligencia emocional. En palabras de los investigadores: “La adicción a las redes sociales influye en la modificación del estado de ánimo y se relaciona negativamente con la claridad y la reparación emocional”.
En cuanto a la actividad física, se observan niveles superiores a los recomendados por la OMS, especialmente en hombres. No obstante, la influencia de la práctica deportiva en la inteligencia emocional fue limitada, reduciéndose principalmente a la actividad vigorosa como factor asociado a la claridad emocional.
Intervención en el desarrollo emocional del profesorado
Este trabajo destaca la necesidad de intervenir en el desarrollo emocional del profesorado en formación, especialmente teniendo en cuenta su futura responsabilidad educativa. Los autores proponen diseñar programas que mejoren las tres dimensiones de la inteligencia emocional, con énfasis en claridad y reparación, por ser las más bajas.
La investigación concluye que aunque los modelos predictivos desarrollados son válidos, aún queda una parte importante de la variabilidad de la inteligencia emocional sin explicar, abriendo nuevas líneas de investigación. Como sugiere Sanz-Martín, “es esencial profundizar en otros factores como el bienestar subjetivo, el estrés académico o el curso del ciclo universitario para entender mejor esta generación de futuros docentes”.
Este estudio marca un paso significativo hacia una formación integral del profesorado, donde el bienestar emocional se posiciona como un pilar esencial en el desarrollo profesional y personal de los futuros educadores.