
Anabel Paramá y José Manuel López Jiménez.
30 de abril de 2025. En el marco del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, la Universidad Isabel I ha celebrado una jornada académica centrada en la “Digitalización, Inteligencia Artificial y Prevención de Riesgos Laborales”. Organizada por el Máster en Prevención de Riesgos Laborales y una de las líneas de investigación de la institución, la sesión reunió a expertos de distintas universidades para debatir sobre el impacto de las nuevas tecnologías en los entornos laborales.
El acto fue inaugurado por el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas, José Manuel López Jiménez, quien subrayó la importancia de consolidar una cultura preventiva en las organizaciones. “Es fundamental concienciar a la sociedad sobre la necesidad de integrar la prevención en todos los niveles del trabajo. La digitalización y la inteligencia artificial no son solo tendencias, sino realidades que transforman la forma en que trabajamos y también los riesgos a los que nos enfrentamos”, señaló el decano.
La jornada fue moderada por Anabel Paramá Díaz, docente del Máster en Prevención de Riesgos Laborales, quien puso el foco en la evolución de la digitalización desde el auge del teletrabajo. Paramá resaltó que la llegada del trabajo remoto “ha obligado a repensar no solo las condiciones laborales, sino también las medidas de protección y salud para los trabajadores que ahora desarrollan sus tareas en entornos domésticos, muchas veces no preparados para ello”.
El teletrabajo: una espada de doble filo
El profesor Antonio León García Izquierdo, director de la Cátedra de Prevención de la Universidad de Oviedo, abrió el turno de ponencias con una intervención titulada “El teletrabajo: una espada de doble filo”. Describió esta modalidad como una “revolución industrial silenciosa” que ha transformado radicalmente la manera de trabajar en la sociedad de la información. “La tecnología está en el centro de esta transformación, pero debemos analizar con rigor cómo afecta a la salud mental y física de los trabajadores”, afirmó.
Anabel Paramá y Antonio León García.
Alertó sobre los riesgos psicosociales que conlleva el teletrabajo, como el estrés, la ansiedad, los trastornos del sueño o la fatiga, que se agravan por una mala gestión del tiempo y la falta de desconexión. “Los teletrabajadores tienden a trabajar más que aquellos que acuden presencialmente, con jornadas que superan las 48 horas semanales en muchos casos”, advirtió. Además, señaló que la pérdida de interacción presencial puede generar aislamiento, dificultar la resolución de problemas y debilitar el sentido de pertenencia dentro de la organización.
El profesor también incidió en el impacto desigual del teletrabajo en función del género. “El teletrabajo no resuelve automáticamente los conflictos entre vida laboral y familiar. En muchas ocasiones, los patrones tradicionales se siguen reproduciendo, afectando al desarrollo profesional de muchas mujeres y acentuando brechas como la visibilidad en la empresa o las oportunidades de ascenso”.
Mesa redonda: desafíos de la IA en la prevención de riesgos
La segunda parte de la jornada estuvo protagonizada por una mesa redonda moderada por Rubén Celorrio Lázaro, director del Máster en Prevención de Riesgos Laborales, en la que participaron tres docentes del programa formativo, quienes ofrecieron reflexiones desde distintas áreas de especialización.
José Martín Reina, Técnico Superior de PRL en el Área de Gestión Sanitaria de Osuna (SAS), centró su intervención en los “Retos de la inteligencia artificial en la Higiene Industrial”. A través de ejemplos prácticos, mostró cómo la IA puede utilizarse para obtener información sobre riesgos físicos, químicos y biológicos, aunque señaló la disparidad de los resultados. “La inteligencia artificial puede ser una aliada, pero no debe sustituir el criterio humano”, advirtió. También subrayó la importancia de contar con datos de calidad para que los sistemas sean realmente útiles, e insistió en fomentar la colaboración entre profesionales de PRL y desarrolladores tecnológicos para un uso responsable de estas herramientas.
Rubén Celorrio y José Martín.
A continuación, Gustavo Adolfo del Rosal, presidente de la Asociación Española de Ergonomía, abordó el tema “Human Augmented, cuando la ciencia ficción se hace realidad”. Explicó cómo la integración de tecnologías como exoesqueletos o prótesis inteligentes puede potenciar las capacidades humanas y reducir riesgos laborales. “La forma más efectiva de prevenir muchas lesiones es rediseñar los puestos de trabajo, y la tecnología nos ofrece ya las herramientas para hacerlo”, afirmó.
Por su parte, Rubén Tino Ramos, docente del Grado en Ciencias de la Seguridad, se preguntó “¿Tiene futuro la Inteligencia Artificial en la PRL?”, a lo que respondió con un sí, pero con cautela. Destacó su potencial para automatizar tareas repetitivas, monitorizar entornos en tiempo real, anticiparse a riesgos o analizar datos para modelizar actividades. “La IA puede anticiparse a los accidentes, modelizando actividades y proponiendo medidas preventivas incluso antes de que el riesgo sea visible”, explicó. Sin embargo, matizó que es fundamental “garantizar la transparencia de los sistemas, la igualdad de trato y la protección de la autonomía del trabajador frente a decisiones automatizadas”. Asimismo, abogó por una inversión firme en formación, infraestructura tecnológica y colaboración interdisciplinar, “poniendo el foco en la persona”.
Rubén Celorrio y Rubén Tino.
IA y marco jurídico: una visión crítica
La jornada concluyó con la intervención de Silvia Fernández Martínez, profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Santiago de Compostela, quien ofreció una ponencia titulada “Oportunidades y riesgos de la Inteligencia Artificial para la seguridad y salud en el trabajo”. La profesora Fernández comenzó señalando que “la digitalización comprende más que la Inteligencia Artificial”, y recordó que la Organización Internacional del Trabajo distingue entre ambos conceptos. Se centró en la gestión algorítmica de los trabajadores y en cómo la IA interviene en decisiones de contratación, promoción o evaluación del rendimiento. “La inteligencia artificial adopta decisiones sobre la contratación, promoción profesional, organización de desempeño”, afirmó, alertando de sus implicaciones sobre la salud mental y la justicia laboral.
Fernández también abordó el uso de wearables para la monitorización de constantes vitales, prevención de riesgos inminentes y promoción de hábitos saludables. “Los wearables también pueden resultar especialmente útiles en problemas de riesgo grave e inminente de la salud del trabajador”, señaló. Sin embargo, advirtió sobre los dilemas éticos que plantea su uso, dado que “si por algo se caracterizan estos sistemas es por el tratamiento de una gran cantidad de datos, incluidos los biométricos”. Reclamó claridad en el consentimiento del trabajador, comparable al de un reconocimiento médico, y destacó la necesidad de participación activa de los empleados. “Es importante definir cuál es el consentimiento que debe realizar el trabajador en esta materia” y “es importante asegurarse de que los representantes de los trabajadores den su voz”, concluyó, insistiendo en que las decisiones sobre la implantación de IA no deben tomarse de forma unilateral.
Anabel Paramá y Silvia Fernández.
La jornada organizada por la Universidad Isabel I evidenció que la digitalización y la inteligencia artificial están transformando profundamente el mundo laboral, ofreciendo nuevas oportunidades para la mejora de la seguridad y salud en el trabajo, pero también generando importantes desafíos éticos, jurídicos y psicosociales. Los expertos coincidieron en que estas tecnologías deben implementarse de forma responsable, con una adecuada regulación, participación de los trabajadores y una firme apuesta por la investigación y la formación. Solo así será posible aprovechar su potencial sin comprometer los derechos fundamentales de las personas trabajadoras.
Sigue la jornada completa en el siguiente enlace.