
Habilidades sociales de comunicación entre los estudiantes universitarios.
1 de septiembre de 2025. El profesor Lionel Sánchez-Bolívar, docente del Máster de Formación del Profesorado de la Universidad Isabel I, ha publicado recientemente, junto a Sergio Escalante-González y Lindsay Michelle Vázquez (Universidad de Granada), un estudio titulado “Inteligencia emocional y habilidades sociales como variables predictoras del perfil competencial del alumnado universitario”. El trabajo ha sido difundido en la revista Educación XX1 y plantea hallazgos controvertidos sobre el rol de la inteligencia emocional en el contexto universitario.
Un análisis innovador del perfil competencial universitario
El objetivo del estudio fue determinar el impacto de la inteligencia emocional y las habilidades sociales como variables predictoras de las competencias profesionales genéricas del alumnado universitario. En palabras de los autores, “la universidad debe ser vista no solo como un espacio académico, sino también como un entorno para el desarrollo de competencias sociales y emocionales”.
Mediante un diseño cuantitativo ex post facto, y con una muestra de 423 estudiantes de los campus transfronterizos de Ceuta y Melilla de la Universidad de Granada, el equipo utilizó escalas validadas como el TMMS-24 para la inteligencia emocional y la Escala de Habilidades Sociales de Gismero para evaluar la dimensión social. Se implementaron análisis descriptivos y un modelo de ecuaciones estructurales, con apoyo de los programas SPSS y AMOS 26.0.
Hallazgos sorprendentes
Uno de los principales hallazgos del estudio ha generado un interesante debate académico: la inteligencia emocional mostró una relación negativa con las competencias profesionales. Esto contradice investigaciones previas, como las de Azpiazu et al. (2015) o Sanchis et al. (2023), quienes habían identificado una correlación positiva.
Como afirma Sánchez-Bolívar et al. (2025): “Un alto desarrollo de la inteligencia emocional no se traduce necesariamente en un mayor nivel de competencias profesionales”, lo cual puede explicarse porque “la inteligencia emocional se relaciona con un locus interno, mientras que las competencias se manifiestan en un plano social y externo”.
En contraste, las habilidades sociales emergen como un fuerte predictor positivo, apoyando la idea de que las capacidades interpersonales son clave en el desarrollo profesional. “Las habilidades sociales como la empatía, la cooperación y la capacidad de resolución de conflictos son fundamentales para el éxito en el ámbito laboral”, destacan los autores.
Orientación laboral y perfil sociodemográfico, factores clave
El estudio también subraya la relevancia de la orientación educativa. Los estudiantes que habían cursado asignaturas relacionadas con la formación y orientación laboral o acudido a servicios de orientación presentaban mayor control emocional.
Por otro lado, se observan diferencias significativas en función de la vía de acceso a la universidad. Los alumnos procedentes de formación profesional destacaban en habilidades sociales y percepción de competencias, mientras que los de bachillerato mostraban mayor motivación laboral. Los estudiantes que accedieron mediante prueba para mayores de 25 años presentaban una alta capacidad de aprendizaje.
Este trabajo invita a repensar el papel que juega la inteligencia emocional en el entorno universitario, al identificar que las habilidades sociales tienen mayor peso predictivo sobre el desarrollo de competencias profesionales. Como concluyen los autores: “Fomentar las habilidades sociales desde el contexto universitario es fundamental para mejorar la integración y el rendimiento del alumnado en su transición al mercado laboral”.
La publicación de este estudio reafirma el compromiso del profesor Lionel Sánchez-Bolívar con la investigación educativa de vanguardia, desde una perspectiva crítica, multidimensional y aplicable a los desafíos actuales de la educación superior.