Pedro Santa Brígida Director de Comunicación
Vie, 29/12/2017 - 16:34

Arturo Casado Alda tras proclamarse campeón de Europa en Barcelona 2010. | By Erik van Leeuwen, attribution: Erik van Leeuwen (bron: Wikipedia). (erki.nl) [CC BY-SA 3.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons

Quienes amamos y disfrutamos con el atletismo, los españoles que hemos gozado en los últimos 30 años con esas maravillosas carreras en la prueba de 1.500 metros lisos en los campeonatos de Europa, del Mundo o en las Olimpiadas, hoy nos sentimos un poco huérfanos. Empezó el año 2017 con la retirada de Juan Carlos Higuero y finaliza con la de Arturo Casado. Nos hemos quedado sin las últimas grandes referencias de una competición que ha dado tantas y tantas alegrías al deporte de este país, todavía llamado España.

No recuerdo a González Amo, el pionero en el ‘milqui’, pero sí he podido disfrutar con el esfuerzo, la entrega, el talento, la astucia y la magia de José Luis González, José Manuel Abascal, Fermín Cacho, Reyes Estévez, Isaac Viciosa, Juan Carlos Higuero, Sergio Gallardo o Manuel Olmedo. Todos ellos, con mayor o menor número de éxitos o medallas, han conseguido que el atletismo mundial haya mirado al deporte español con el máximo respeto. Ellos, y otros tantos como ellos en otras especialidades atléticas, han sido los artífices de grandes momentos de gloria para los aficionados a eso de ver correr y competir a personas, con calor, frío, lluvia, humedad o la que caiga en cada momento.

Arturo Casado Alda (Madrid, 1983) fue campeón de Europa de 1.500 metros lisos en Barcelona 2010, también fue bronce en los europeos de pista cubierta de Birmingham, campeón de los Juegos del Mediterráneo, campeón de España, quinto en un campeonato del mundo al aire libre, etc… Esta semana, la última del año, ha anunciado que deja el atletismo. Las lesiones, que le persiguen desde los 28 años, han tenido mucho que ver en su decisión.

Pero no se desvincula del mundo que ha vivido desde niño, a partir de ahora podrá aportar su dilatada experiencia a otros jóvenes atletas, como Carlos Alonso, Mauri Castillo o David Palacio, que ya han confiado a Arturo su carrera deportiva. Ellos podrán aprender la importancia que tiene para un deportista de élite el descanso –algo que aprendió el protagonista de este texto en sus concentraciones deportivas en África-, el papel de la genética, los métodos de entrenamiento, etc. Podrá seguir en el CAR de Madrid, pero ahora como maestro, advirtiendo a sus pupilos, entre otras cosas, de las nefastas consecuencias del doping.

Quizá la faceta menos conocida de Arturo Casado sea la de profesor de universidad. Es titulado universitario en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (antiguo INEF), este año ha superado con éxito su tesis doctoral e imparte clases de Metodología y Planificación del Entrenamiento en la Universidad Isabel I. El profesor Casado nos recuerda al atleta: es constante y disciplinado, conoce la importancia de la planificación, investiga y sabe que el método es esencial para triunfar en la vida.

Le echaremos de menos con un doral en las pistas, pero seguro que le seguiremos viendo no muy lejos de ellas, quizá celebrando el triunfo en 1.500 de alguno de sus aventajados alumnos. Ojalá sea pronto.

Salud y suerte Arturo, especialmente en tu nueva perspectiva como papá.

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