Rut Palmero Sánchez Profesora Asociada de la Facultad de Ciencias y Tecnología
Mar, 16/06/2015 - 12:56

A María siempre le ha gustado la medicina, devora todas las revistas de medicina que caen en sus manos y a menudo se arrepiente de no haber dirigido su carrera académica y profesional en esa dirección. Tal es su interés por la medicina, que sus amigos y familiares suelen pedirle consejo cuando tienen algún problema. De entre todas las ramas de la medicina, la que más curiosidad suscita en ella es la neurocirugía. Hace poco, paseando por la calle vio pegado a una farola el siguiente anuncio:

«Curso de neurocirugía (100 h): aprenda neurocirugía, la profesión del futuro. Este curso le permitirá conocer todos los secretos de la neurocirugía y desarrollar su carrera profesional en una de las áreas de mayor creación de empleo. No es necesaria experiencia previa».

¿Qué credibilidad piensas que le daría María a este anuncio? Seguramente ninguna…

Ahora vuelve a leer desde el principio. Sustituye la palabra «medicina» por «informática», y «neurocirugía» por «programación de apps con Android». ¿Cambia ahora tu opinión al respecto de ese curso? En Internet podrás encontrar infinidad de cursos como el del anuncio. 

Sin embargo, en la realidad, la especialización y experiencia de un buen programador en Android es análoga a la de un neurocirujano en su propio campo. No se trata solo de conocer la sintaxis de las librerías específicas de Android y el entorno de desarrollo, sino que es necesario tener conocimientos de base de gran número de campos de las TIC: cómo se almacena la información en las bases de datos, cómo se lleva a cabo la comunicación en Internet, cómo hacer que la app que programo no solo funcione, sino que lo haga dentro de los parámetros apropiados de calidad y eficiencia que exige el mercado, cómo me adapto a los constantes cambios en las especificaciones que solicitarán los usuarios, etc.

Pareciera que las TIC están infravaloradas. La tecnología «de usuario» está efectivamente al alcance de todos; tal vez por ello se tiene la idea de que es posible alcanzar un buen nivel de conocimiento tecnológico con lo que se pueda aprender por uno mismo. Las TIC es un área del conocimiento muy extensa y especializada, tanto como el de cualquier otra ingeniería. Por ello, una formación de base resulta el complemento ideal para obtener un conocimiento global de las mismas, que solo la experiencia profesional no nos proporciona. Para producir sistemas con los niveles de calidad, seguridad, facilidad de mantenimiento, robustez, etc. adecuados, es necesario conocer los fundamentos teóricos que los sustentan.

El Grado en Ingeniería Informática te proporcionará dichos conocimientos como complemento a tu experiencia. La Universidad Isabel I ofrece el Grado en Ingeniería Informática en formato online y con una metodología innovadora.

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