Marta Sepúlveda Palomo Coordinadora del Máster en Neurociencia
Mar, 28/09/2021 - 11:20

 

Imagen de la parte frontal del cerebro

Imagen de la parte frontal del cerebro.

Serie: 'Neurociencia educativa' (XVII)

Desde que se modula nuestra personalidad en la niñez y mientras tratamos de encontrar nuestro lugar en el mundo en la etapa adolescente, el cerebro se está reorganizando.

La personalidad ha sido un elemento muy estudiado en psicología, desde su formación hasta los diferentes trastornos asociados a ella. Pero ¿de qué manera la estructura de nuestro cerebro puede influir, y viceversa, en nuestra personalidad?

Las teorías de personalidad de Eynsenk de los tres rasgos (extraversión, neuroticismo y psicoticismo), así como la de los Cinco Grandes de Goldberg (apertura a la experiencia, responsabilidad, extraversión, afabilidad y neuroticismo), son las más utilizadas en los ámbitos clínico y de investigación. 

Pero ¿Qué es un rasgo? Según el DSM-5 los rasgos son 'patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y personales' 1. Por ejemplo, una persona que tiene una alta extraversión va a ser más propensa a relacionarse con otras personas o a elegir actividades con muchos estímulos.

Neurociencia, dibujo de elementos de la neurociencia.

Silueta de una persona en color negro con un interrogante blanco en el centro.

En estudios como los desarrollados por Riccelli et al. (2017) y Nostro et al. (2017) se demostró una correlación significativa en la materia gris y en la corteza cerebral (en concreto la prefrontal-parietal) con las diferencias individuales en la personalidad de los participantes.

Además, en la investigación de Nostro et al. (2017) en la que se empleó la técnica de resonancia magnética se concluyó que:

  • El neuroticismo, o el grado de estabilidad emocional de una persona, estaba muy ligado con las regiones prefrontales, especialmente en aquellas personas con una alta puntuación en este rasgo. Esta área está asociada a la toma de decisiones, impulsividad, y otros trastornos de personalidad, como ya se puso de manifiesto en los estudios de Bjornebekk et. al2. 
  • La alta extroversión tiene una relación positiva con un área del lóbulo parietal, el precuneus, muy relacionada con aspectos visoespaciales, la autoconciencia, o la inhibición.  Es importante destacar que en el modelo Big Five o de los Cinco Grandes, este rasgo está muy relacionado con la búsqueda de emociones, el asertividad o la cordialidad. Por lo que la relación del rasgo con el precuneus parece tener bastante sentido.
  • Del mismo modo, la apertura a la experiencia estaba relacionada con las áreas prefrontal-parietal, sobre todo en una alta conectividad con las redes dopaminérgicas del lóbulo prefrontal. Es decir, una alta propensión a orientarse hacia situaciones u objetos más estimulantes.
  • En aquellas personas con una alta puntuación en el rasgo de afabilidad (alto altruismo, conciliación, confianza o modestia entre otros) se relacionó con la corteza prefrontal más delgada y el giro fusiforme. Ésta última es esencial para el procesamiento de las expresiones faciales o el procesamiento de información en las relaciones sociales.
  • La responsabilidad, también parece estar relacionada con el córtex prefrontal. Como se explicaba previamente esta corteza tiene que ver con el control de la acción, la impulsividad o la toma de decisiones. Por tanto, las personas con una alta puntuación en este rasgo son capaces de inhibir ese impulso por la búsqueda de un placer inmediato y regular su comportamiento.

En el estudio de Riccelli et al. (2017) y en concordancia con Nostro et al. (2017) se pudieron observar las diferencias en el volumen de la materia gris, en el precuneus y en las áreas parieto-occipitales, relacionadas con los rasgos de neuroticismo, extraversión y responsabilidad.

Por tanto, el cerebro también puede ser un mapa que no solo nos indique nuestro rendimiento en diferentes componentes cognitivos o funciones ejecutivas, sino también la huella de nuestros rasgos de personalidad que rigen nuestra forma de enfrentarnos al mundo.

Referencias bibliográficas:

Llopis Giménez, C., Hernández Mancha, I. y Rodríguez García, M. (2017). Rasgos de personalidad desadaptativos y trastornos de la personalidad en mujeres que denuncian a sus parejas. A propósito de un caso. Cuadernos De Medicina Forense, 23(3), 92-99.

Nostro, A. D., Müller, V. I., Reid, A. T. y Eickhoff, S. B. (2017). Correlations between Personality and Brain Structure: A Crucial Role of Gender. Cerebral Cortex, 27(7), 3698-3712. https://doi.org/10.1093/cercor/bhw191

Riccelli, R., Toschi, N., Nigro, S., Terracciano, A. y Passamonti, L. (2017). Surface-based morphometry reveals the neuroanatomical basis of the five-factor model of personality. Social Cognitive and Affective Neuroscience, 12(4), 671-684. https://doi.org/10.1093/scan/nsw175

Notas:

1. American Psychatric Association, 2000; citado en Llopis Giménez et al., 2017, p. 93

2. 2013; citado en Nostro et. al, 2017.

Editor: Universidad Isabel I.

ISSN 2697-0481

Burgos, España.

 

Añadir nuevo comentario

La Universidad Isabel I tratará la información que nos facilite con el fin de publicar su comentario como respuesta a esta entrada de su blog, así como para mantenerlo informado de nuestra actividad. Más información sobre este tratamiento y sus derechos en nuestra política de privacidad.