Sergio Santos Carro Profesor del Máster en Dirección y Gestión de Proyectos.
Mié, 21/06/2023 - 10:05

Presentación de proyecto.

Serie: 'A Global Outlook for Projet Manager' (XVII)

Cuando se accede a unos estudios en dirección de proyectos suele ocurrir, generalmente, porque hemos detectado una necesidad por parte de nuestro mercado laboral natural, nuestros empleadores y empresas, que hace necesario que nos formemos en ciertas habilidades de gestión. Esto puede ocurrir cuando alguien desde una posición técnica asciende y tiene que comenzar a dirigir equipos, reportar avances, hacer presupuestos, o que han delegado sobre su persona la toma de ciertas decisiones bajo un presupuesto. En ese momento se da cuenta de que la formación técnica que tiene no le es suficiente para llevar a cabo las tareas encomendadas con un conocimiento solvente.

También es posible que una empresa que está empezando a adquirir ciertas dimensiones y que debe empezar a trabajar de una manera más estructurada y que tenga que buscar ideas de implementación de normas y métodos de trabajo. Es muy habitual, por ejemplo, la adopción de planes de calidad de gestión que necesitan una definición de las formas de comunicar entre departamentos, la toma de decisiones, los controles de inversiones, calcular plazos, etc.

En ambas situaciones, las personas que se acercan a esta disciplina, generalmente lo hacen con un marco mental de trabajo prescriptivo. Es decir, se busca adoptar un marco normativo de acción concreto donde desplegar los proyectos que van a llevar a cabo en sus empresas y trabajos.

Este enfoque de “normalización” es también el que se emplea en muchos de los paradigmas de gestión que se estudian. Lo que se hace es responder a la pregunta “dime lo que tengo que hacer para gestionar, dame procesos y herramientas”. Todo esto vendría a ser el marco mental “prescriptivo” de la gestión de proyectos.

No obstante, existe también una forma diferente de acercarse a esta disciplina, que no sería tan técnica sino más científica. Así, se consideraría que los proyectos son entes sociales y naturales, propios del ámbito de la economía, y lo que se hace es estudiarlos para comprenderlos. Se trata de responder a la pregunta “dime lo que es un proyecto y cómo funciona”. Este sería el enfoque descriptivo, porque se centra en describir, clasificar el comportamiento de los agentes y analizarlo, para a partir de ahí tomar decisiones, quizá de prescripción, o para establecer modelos y predicciones.

 

Gestión de proyectos.

Es importante ajustar el tamaño de nuestra burocracia y control de gestión a la naturaleza concreta de cada proyecto. Pero el que no se haga gestión sobre el mismo, no quiere decir que el proyecto no exista. La siguiente frase es controvertida y hay quien no la comparte, pero yo afirmo que no es la gestión la que hace al proyecto, sino que el proyecto es preexistente a la gestión del mismo. Podemos renunciar a su gestión o a partes de esta, pero eso no hará que la voluntad de acción desaparezca. La expresión de esa voluntad, es decir, la existencia del proyecto es ajena a su gestión interna y forma parte de otro ámbito, el de la toma de decisiones o gestión de programas y carteras, disciplinas ambas, por cierto, que a su vez se pueden realizar de forma consciente o inconsciente, también existen de forma natural y se pueden abarcar desde una perspectiva prescriptiva o descriptiva.

Como vemos, cuando hablamos de que en un proyecto tenemos un alcance, un coste, un plazo estimado, unos riesgos, unos recursos y una gestión de expectativas y comunicaciones, no tenemos por qué entenderlo como un marco formal donde alguien ha ideado un modelo de gestión, si no que podemos entenderlo como un hecho observado y científico del comportamiento de nuestras acciones, y la gestión de proyectos no sería mas que el conocimiento práctico aprendido de tratar de controlar esa naturaleza.

Los enfoques prescriptivos lo que tienden es a normalizar cada una de estas características naturales de los propósitos humanos y dotarles de unas características y un marco común de entendimiento. Cuando hablamos de perspectivas ágiles, por ejemplo, también existe gestión de alcance, de tiempo y de riesgos, sólo que es un marco donde la prescripción que nos preparamos sobredimensiona especialmente el ámbito de gestión del cambio y compartimenta el control de plazos.

Por esto es importante saber adaptar a cada tipo de acción o proyecto el marco regulatorio prescriptivo más adecuado. Tratar de llevar a cabo proyectos de informática con el mismo marco prescriptivo de una obra pública puede llevar a resultados muy ineficientes. Primero es necesario hacer ciencia, entender de forma descriptiva la acción que pretendemos llevar a cabo, y posteriormente adaptar los marcos prescriptivos que estimemos que son los óptimos para cada tarea concreta.

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2697-2077

Burgos, España

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