Irene Alicia García - Vie, 30/07/2021 - 14:37
Serie: 'Educación en la era digital' (LXXV)
La implantación de rutinas en el ámbito académico es uno de los pilares básicos de la Educación Infantil, constituyéndose como actividades fundamentales para organizar el aprendizaje del alumnado que se realizan de forma regular, permanente y estable. De esta manera, las rutinas y normas se suceden de forma estructurada durante la jornada escolar, fijando pautas que ayudan en la organización del aula, esenciales para el desarrollo integral del niño o la niña.
En concreto, hacen alusión a actividades de acogida, entrada y despedida, siendo un componente que vertebra el resto de las tareas educativas. De igual manera, gracias al establecimiento de rutinas, los estudiantes van conociendo progresivamente el entorno que les rodea, proporcionándoles tranquilidad y adquiriendo confianza para adaptarse a nuevas situaciones. Por otra parte, la etapa de Educación Infantil es considerada esencial en la adquisición y aprendizaje de hábitos a través de rutinas, donde los pequeños imitan los comportamientos de los adultos, ayudándoles en su desarrollo moral, afectivo y social (Álvarez y Jurado, 2018). Algunas de las rutinas que se podrán llevar a cabo con el alumnado hacen alusión a la adquisición del orden, higiene, alimentación, vestido, descanso, convivencia, etc.
Zabalza (2010) afirma que, gracias a la adquisición de hábitos y rutinas, se asimilarán las normas de comportamiento, que proporcionarán:
- Seguridad: al conocer lo que hay que realizar, dotando a los menores de estabilidad y confianza.
- Captación cognitiva y afectiva: la organización y estructuración de las diversas actividades a desarrollar, permitirá interiorizar la metodología que será clave en la adquisición de aprendizajes futuros.
- Marco de referencia: una vez que los menores conocen las rutinas instauradas en el aula, podrán concentrarse en las tareas a realizar.
- Indicador temporal: favorece la planificación del día, permitiendo conocer lo que hay que hacer en cada momento.
La elaboración de rutinas debe establecerse de manera natural, haciendo partícipes a los menores, mediante una metodología activa donde sean los protagonistas del proceso educativo. Igualmente, la implantación de hábitos posibilitará una mejora en la capacidad cognitiva, donde el docente deberá motivar a los menores, otorgándoles progresivamente mayor autonomía.
¿Cómo trabajar los hábitos en el aula?
- Determinar los horarios de manera clara.
- Emplear componentes lúdicos y motivadores.
- Impulsar la conducta autónoma.
- Fomentar hábitos de organización, limpieza y orden.
- Promover conductas responsables.
- Destinar un tiempo adecuado a cada actividad.
- Desarrollar la constancia en los menores.
Por todo ello, es fundamental que en el contexto educativo se utilicen las rutinas como un recurso didáctico que ofrezca la oportunidad de crear un clima estable y seguro a los menores, favoreciendo el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Referencias bibliográficas
Álvarez Romero, M. y Jurado Ponce, C. (2018). Didáctica de la Educación Infantil. IC.
Zabalza, M.A. (2010). Didáctica de la Educación Infantil. Narcea.
Autora: Irene García Lázaro
Cargo: Profesora de los Grados en Educación Infantil y Educación Primaria
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2659-5222
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