Jorge R. Mujico - Vie, 29/11/2019 - 09:07
Hace pocos días que Salud Sin Bulos y Doctoralia publicaron el II Estudio sobre Bulos en Salud. El objetivo de este estudio (en el que han participado cerca de 347 profesionales de la salud de todo el territorio español) es determinar hasta qué punto los bulos sobre temas de salud están teniendo un impacto en la salud de los ciudadanos y qué soluciones se pueden aplicar para contribuir a frenarlos y erradicarlos.
Según las conclusiones de este estudio, el 63% de los médicos encuestados han atendido durante el último año a pacientes que acudían a la consulta preocupados por algo que, al final, ha resultado ser un bulo de salud. Lo que significa que un elevado porcentaje de médicos están invirtiendo el tiempo de sus consultas en atender a pacientes que, por estar mal informados, acuden al centro de salud sin necesidad, aumentando de esta forma las listas de espera médica de forma innecesaria.
Y esta tendencia va en aumento, ya que dos de cada tres médicos encuestados han detectado un incremento en el número de bulos de salud que circulan entre los pacientes. En opinión de estos profesionales sanitarios, los principales canales a través de los cuales estos bulos llegan a los pacientes son digitales (Internet, redes sociales y WhatsApp), seguido del “boca a boca” con las personas del círculo más cercano y los medios de comunicación tradicionales (como la televisión, la prensa escrita y la radio); casi la totalidad de los especialistas encuestados (un 94%) cree que la información de salud que comunican estos medios de comunicación tradicionales no está contrastada o validada por especialistas.
Por segundo año consecutivo, la alimentación sigue ocupando el segundo puesto en el ranking de temas de salud sobre los que circulan más bulos (II Estudio sobre Bulos en Salud).
El 90% de los especialistas encuestados afirma que los pacientes que acuden a sus consultas han buscado previamente en Internet información sobre su dolencia y el 65% opina que los pacientes ponen más en duda la información que les transmiten debido al exceso de información que hay en la red. En esta línea, el 96% de los profesionales considera que las instituciones públicas deberían tomar medidas para vigilar estos bulos.
A pesar de que el 76% de los profesionales cree que internet no es un lugar seguro para buscar información sobre salud (principalmente debido a que la información que circula por este canal no está contrastada o validada por especialistas), solo el 50% realiza alguna actividad para frenar estos bulos y, cuando lo hacen, es de manera presencial en la propia consulta o a través de su círculo más cercano (familia, amigos, compañeros de trabajo), usando de forma muy secundaria los medios digitales, como las redes sociales o los blogs. A esto se le suma que solo el 30% recomienda recursos 2.0, como páginas web o APP, para que los pacientes puedan consultar sus dudas sobre salud de forma independiente.
Por lo tanto, los profesionales de la salud no están combatiendo los bulos a través de los mismos canales por donde se propagan (principalmente digitales) y esperan a que sean las administraciones públicas las que verifiquen y limiten la información de salud que se publica.
La importancia de saber comunicar
La preocupación de los médicos al pasar consulta se centra en atender “la enfermedad” y no tanto en atender “al paciente”, muchas veces debido a la sobrecarga de trabajo y a los escasos tiempos de consulta. Sin embargo, los profesionales sanitarios tienen la responsabilidad de comunicar la información clínica de forma eficaz, además de generar confianza en el paciente para evitar, de esta forma, la sensación de desinformación que, en numerosas ocasiones, es la fuerza motriz para que los pacientes naveguen en internet y en las redes sociales en búsqueda de respuestas que el profesional médico no ha sabido proporcionar.
En la consulta es necesario trabajar en una comunicación cercana y comprensible con el paciente, en la que se transmita la evidencia científica de manera sencilla y se escuchen y se atiendan sus necesidades de información. Y, fuera de la consulta, el profesional médico dispone de herramientas digitales (como las redes sociales y los blogs) para reforzar esta información y aumentar su impacto.
La información es clave en la relación médico-paciente y tener pacientes adecuadamente informados mejoraría su salud. Los profesionales sanitarios deben hacer un esfuerzo por comunicar mejor en medios digitales, de modo que repercuta positivamente en la salud del paciente.
El 82% de los profesionales sanitarios cree que deberían recibir información específica para combatir las falsas creencias en su consulta y casi el 40% reconoce no estar formado en habilidades de comunicación.
La escasez de médicos formados en comunicación es uno de los problemas que aqueja al sistema sanitario español. En este sentido, nuestro título de Experto Universitario en Divulgación Científica cubre esta necesidad, capacitando para comunicar a través de los medios de comunicación masiva, tradicionales y relacionados con las TIC. Este título propio pretende incrementar el número de personas preparadas para desarrollar estas tareas tan esenciales, así como favorecer que la sociedad reconozca y valore el rol del divulgador científico.
Investigación e Innovación Responsables
La Universidad Isabel I también está comprometida con hacer una divulgación de calidad de sus investigaciones en el ámbito de la salud, implicando a la ciudadanía en la toma de decisiones.
El próximo 3 de diciembre, a las 18 horas, en el Auditorio de la Universidad, tendrá lugar la Jornada “Celiaquía: Ciencia frente a mitos”. Esta actividad tendrá un objetivo educativo y divulgativo hacia el colectivo al que va dirigida (celíacos y gente interesada en esta enfermedad), poniendo de relieve mitos y bulos relacionados con la alimentación y, en especial, con el gluten y la enfermedad celíaca. La ciudadanía podrá participar compartiendo sus dudas en #mitosceliaquía, las cuales serán resueltas durante la jornada.
Se trata de una acción divulgativa orientada a promover la participación de la sociedad en la investigación y en la ciencia que además guarda relación con el concepto de Investigación e Innovación Responsables (RRI, por sus siglas en inglés). Para la Universidad será una toma de contacto con el colectivo de celiacos y sensibles al gluten que permitirá obtener información útil para el buen desarrollo de las investigaciones que se desarrollen en este ámbito.
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