Alejandro García Gutiérrez Profesor de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
Jue, 27/05/2021 - 10:30

Mindfullness, chica en la playa mirando al mar con un vaso de vino y otras cosas a su lado en la postura de flor de loto

Chica mirando al mar en posición de meditación.

Serie: 'El reto del profesor en formación' (IV)

Basta darse una vuelta por cualquier librería para encontrar un montón de libros que incluyen esta palabra en el título, 'mindfulness'. La popularidad de este término fue cogiendo fuerza desde los años 80, impulsado por figuras como Thích Nhất Hạnh, monje budista tibetano, y el médico e investigador estadounidense John Jon Kabat-Zinn. Mindfulness es una palabra anglosajona de difícil traducción al castellano, ya que nuestro idioma no contiene ningún término que sirva para designar un concepto similar al expresado en la lengua inglesa.

En ocasiones se utiliza el nombre de 'atención plena'. Esto nos puede dar algunas pistas sobre su significado. Mindfulness significa prestar atención al momento presente, sin emitir juicios de ningún tipo, aceptando la experiencia tal y como es.

Mucho más sencillo de explicar que de llevar a la práctica. La sociedad moderna nos impone un ritmo de vida vertiginoso, nos encontramos constantemente bombardeados por estímulos, ya sea a través de las redes sociales o cualquier otro canal. Nuestra cabeza está saturada de pensamientos, de deseos insatisfechos, de responsabilidades, de obligaciones… Parece difícil encontrar tiempo para, simplemente, ser consciente de nuestra respiración y conectar con las sensaciones de nuestro cuerpo. Por esta razón, las personas que deciden seguir el camino de la espiritualidad, van a lugares apartados del mundanal ruido, en búsqueda de una tranquilidad que les permita contactar con lo sagrado.

Precisamente, el mindfulness fue redescubierto por occidente durante el siglo pasado, como producto del advenimiento de la globalización, cuando nuestra cultura se empapó de las ideas provenientes de las corrientes de pensamiento orientales. Los monjes budistas llevaban cultivando esta actitud durante milenios. Para el pensamiento occidental, sin embargo, la tradición no es razón suficiente con la que fundamentar ni promover una determinada práctica. Para determinar la utilidad de una idea, esta debe ser puesta a prueba utilizando el rigor científico.

Y aquí nos encontramos con una de las razones por la que este concepto se ha hecho tan popular: existe un cuerpo de evidencia científica cada vez más voluminoso que da cuenta de los beneficios de practicar la atención plena (Cásedas et al., 2020). Pero también hay que mostrase cautos, algunos lo intentan vender como una panacea y exageran sus beneficios.

En cualquier caso, ha mostrado ser eficaz para reducir el estrés, manejar la depresión y tratar otras patologías.

Muchas instituciones ya aplican programas basados en el mindfulness con el objetivo de mejorar la salud y el rendimiento de sus participantes: hospitales, centros deportivos, prisiones, etc. El contexto educativo no podía ser menos (Semple et al., 2017). Existen muchos programas, promovidos por diversos organismos educativos de prestigio, como la Universidad de Harvard (Gutierrez et al., 2019), que buscan implementar el mindfulness en las aulas y ofrecer un espacio para que los estudiantes puedan conectar con su experiencia de aprendizaje, de tal modo que se sientan mejor preparados para hacer frente a las adversidades, gestionen mejor sus emociones y puedan focalizarse mejor en sus tareas. Diversos estudios recientes dan fe de los beneficios de esta práctica en estudiantes adolescentes, aunque no hay que perder de vista, que es necesario que las investigaciones continúen para obtener resultados más concluyentes (McKeering y Hwang, 2019). En definitiva, los docentes deberían conocer al menos, las posibilidades que ofrece esta práctica y considerar introducirla en sus clases (Ager et al., 2015).

 

Referencias

Ager, K., Albrecht, N. J. y Cohen, P. M. (2015). Mindfulness in Schools Research Project: Exploring Students’ Perspectives of Mindfulness—What are students’ perspectives of learning mindfulness practices at school? Psychology, 06(07), 896-914. https://doi.org/10.4236/psych.2015.67088

Cásedas, L., Pirruccio, V., Vadillo, M. A. y Lupiáñez, J. (2020). Does Mindfulness Meditation Training Enhance Executive Control? A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials in Adults. Mindfulness, 11(2), 411-424. https://doi.org/10.1007/s12671-019-01279-4

Gutierrez, A. S., Krachman, S. B., Scherer, E., West, M. R. y Gabrieli, J. D. (2019). Mindfulness in the Classroom: Learning from a School-Based Mindfulness Intervention through the Boston Charter Research Collaborative. Transforming Education, January, 1-19.

McKeering, P. y Hwang, Y. S. (2019). A Systematic Review of Mindfulness-Based School Interventions with Early Adolescents. Mindfulness, 10(4), 593-610. https://doi.org/10.1007/s12671-018-0998-9

Semple, R. J., Droutman, V. y Reid, B. A. (2017). Mindfulness goes to school: things learned (so far) from research and real-world experiences. Psychol Sch., 54(1), 29-52. https://doi.org/10.1002/pits.21981

 

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2792-1859

Burgos, España

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