Elena Barredo Hernández - Vie, 10/02/2023 - 08:43
Alumnas y docentes en los laboratorios de la Universidad Isabel I.
Serie: 'El chip del aprendizaje' (XVIII)
¿Conocéis a María Salomea Sklodowska? Posiblemente no sea conocida por este nombre, pero sí por Marie Curie. Fue la primera mujer en ganar un premio Nobel, y en recibir dos de estos reputados galardones en las especialidades de Física (1903) y Química (1911), gracias a sus descubrimientos del polonio y el radio en 1898; además, fue la primera mujer en impartir docencia en la universidad.
Desde que María Salomea Sklodowska obtuvo el primer Premio Nobel hasta nuestros días, en la categoría científica – física y química-, se han premiado a 710 personas de las cuales tan solo 25 de los candidatos han sido mujeres, lo que representa un 3,5%. En 2018 Donna Strickland recibió dicho premio en física, sin embargo, la noticia no fue su trabajo de investigación ni el descubrimiento al que llegó, sino los 55 años que habían pasado desde que la anterior mujer lo había recibido. Fue la tercera mujer de la historia en recibir dicho premio, tras Marie Curie en 1903 y Maria Goeppert-Mayer en 1963.
Lo anterior, grosso modo, pone de manifiesto que existen menos galardonadas que galardonados y, obviamente también, menos nominadas que nominados, por lo tanto, cabe preguntarse ¿por qué un número tan remoto de mujeres llega o puede acceder a este tipo de premios o candidaturas? En este sentido, es realmente llamativa la baja representación de las mujeres en la ciencia en pleno siglo XXI. Las mujeres representan un 33% de la comunidad científica en la Unión Europea (European Comission, 2021). En concreto en España alcanzan el 41% del personal investigador (Ministerio de Ciencia e Innovación, 2021). Estas cifras evidencian la brecha de género en materia de investigación.
Mujer científica.
Realmente, ¿tanto y a la vez tan poco hemos avanzado en tantos siglos? Debemos tomar conciencia de que la inclusión de la mujer en la ciencia, fundamentada en la participación plena y equitativa en este campo, es necesaria para garantizar la diversidad en la investigación y aprovechar todo el talento y potencial de todas las personas, con independencia de si son hombres o mujeres, para responder a las necesidades de la sociedad y a los desafíos mundiales. El talento y capacidad de las mujeres en la ciencia, tal y como evidencia la literatura, ha sido de sobra demostrado, por lo tanto, es una necesidad para la evolución y la mejora de las condiciones de todos contar con todos los recursos humanos de excelencia disponibles.
En síntesis, la necesidad de dar visibilidad a ese tercio de mujeres científicas que sin duda han realizado una labor y un esfuerzo inestimable durante toda su vida, es labor de todos y todas. A través de este blog logramos este objetivo señalando algunas de ellas:
- María Goeppert-Mayer. Doctora en Física. Premio Nobel de Física en 1963 por su propuesta del modelo de capas nuclear.
- Donna Strickland. Ingeniera física. Pionera en la investigación en el campo de los láseres. Premio Nobel de Física en 2018, junto con Gérard Mourou y Arthur Ashkin, por la técnica para amplificar un pulso de láser amplio abanico de aplicaciones, aplicado en biomidecina y en las comunicaciones ópticas.
- Katalin Kariko. Bioquímica. Su trabajo ha sido fundamental para el desarrollo de las vacunas contra la COVID.
Lucía Rodríguez Málaga, directora del Máster en Neurociencia y Educación es coautora de este blog.
Referencias bibliográficas:
European Comission, 2021. She figures.
Ministerio de Ciencia e Innovación, 2021. Científicas en cifras.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-2340
Burgos, España
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