Inmaculada Sanz Mateos - Lun, 17/05/2021 - 11:30
Dibijo de Emilia Pardo Bazán.
Serie: El poder de la palabra(III)
El pasado 12 de mayo se celebró el centenario de la muerte de Doña Emilia Pardo Bazán, la Condesa de Pardo Bazán. Mujer, intelectual, catedrática, novelista, cuentista, periodista, tertuliana… no hubo faceta del ámbito literario y cultural de la época que ella no dominara con su pluma, con su intelecto y con su presencia. Doña Emilia fue una mujer bien posicionada que aprovechó su condición para luchar con firmeza contra la marginación y la distancia que marcaban sus compañeros varones, quienes aún veían en la escritura femenina algo superficial, para mujeres y de un trasnochado romanticismo. Ella, junto con otras –no estuvo sola en esto- cambiaron esa perspectiva y lograron que la visión que se tenía de la mujer comenzara a cambiar, entrando en círculos entonces cerrados exclusivamente a los hombres. Como anécdota, hay que señalar que nunca consiguió ser admitida en la Academia, único reconocimiento que no consiguió y por el que siguió combatiendo después de las tres negativas recibidas, ya que era, según ella misma declaró, más importante la lucha que el triunfo. Y aunque la RAE ha dado simbólicamente el sillón 47 a la escritora, 'ese que nunca ocupan los que tanto lo merecen' (Muñoz Machado, Homenaje a María Moliner, BNE, 2021), quizás la notoria institución debiera crear más sillones 'invisibles' para tantas otras: Avellaneda, Coronado, Mistral, Zambrano… de un lado y otro del océano Atlántico.
Aunque podríamos extendernos en algunas de las múltiples posiciones y debates que entabló 'la Pardo Bazán', hemos elegido centrarnos en este artículo en uno de los papeles más reconocidos que tuvo, el de periodista y corresponsal. En el siglo XIX, el periodismo alcanzó una posición de élite en la sociedad que muchos de los literatos del momento aprovecharon para situar sus escritos en todas las revistas y periódicos que se publicaban en las postrimerías del siglo; un siglo que acababa convulso y que agradeció la difusión noticiera y noticiosa.
La postura de doña Emilia en prensa siempre estuvo marcada por su clara visión del futuro papel de la mujer en la sociedad; no solo lo plasmó en sus artículos para revistas españolas como La España Moderna, Blanco y Negro o La Ilustración Artística, sino también en una serie de cuatro artículos escritos para la prestigiosa revista británica The fortnightly Review (1889) bajo el título 'The Woman of Spain', que luego serían publicados traducidos en La España Moderna (1890). Esta difusión en la prensa extranjera y su trabajo como corresponsal proporciona una idea de la talla de Pardo Bazán como periodista. No sólo la prensa británica sino también la portuguesa, la francesa, la mexicana y la estadounidense se hicieron eco de sus publicaciones.
El Imparcial, El Liberal, El Español, Revista Contemporánea o La Época fueron algunos de los periódicos más importantes en nuestro país en los que sus artículos tuvieron eco, siendo muy consciente de la influencia que la prensa tenía sobre la sociedad, utilizándolos de tribuna para hablar con profundidad y dando prestigio a un oficio que en esta época comienza a ser profesión; sin miedo a criticar a aquellos 'barateros menudos de la crítica' que desprestigiaban el trabajo de otros 'amenos, completísimos' creyéndose que se pueden 'arrastrar a proceder como periodistas, es decir, a hablar de todo ligeramente y sin examen' (La Nación, 27/04/1916). Unas palabras que, sin duda, si pudiera, repetiría hoy, más de 100 años después.
En 1891 fundó la revista Nuevo Teatro Crítico (1891-1893), editora y redactora en soledad, incluyó en ella cuentos, crónicas, reseñas literarias, estudios de autores… todo un compendio bibliográfico y literario de la época que acometió titánicamente (cada volumen, con más de 90 páginas cada uno, puede consultarse digitalmente en el Centro Virtual Cervantes). Sus crónicas sobre Europa como corresponsal en las Exposiciones universales recogen el pulso del cambio de siglo; fue este subgénero periodístico uno de los que más cultivo y de sus variadas crónicas, como 'Cartas de la Exposición', organizó varias recopilaciones.
Doña Emilia vivió el momento dulce de la revistas y de la prensa; una luna de miel entre el periodismo y la sociedad afianzada por los cambios sociales que estaban surgiendo y consolidada por la presencia cada vez más activa de la mujer en los medios como trabajadora no solo como lectora. En España aún de manera incipiente pero muy avanzada ya en otros países europeos, sobre todo los anglosajones. Toda esa fama adquirida a raíz de sus escritos no exentos de polémicas, una de las cuáles, 'La cuestión palpitante', le costó su matrimonio, la utilizó para hacerse oír y para ocupar un lugar en la historia del periodismo: sus contemporáneos la nombraron 'la primera polígrafa española' (Freire López, 2012), todo un honor para una mujer en aquellas postrimerías del siglo XIX.
Adelantada, luchadora, tenaz: mujer. Pocos calificativos no la definirían. No solo la literatura y la lengua le deben su presencia; el periodismo le debe la madurez de un género.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1786
Burgos, España
Comentarios
Enhorabuena, feminismo sin
Soledad replied on
Necesario poner sobre el
Smat replied on
Enhorabuena y q falta hace
Marisol replied on
Enhorabuena por el artículo y
Marisol replied on
Añadir nuevo comentario