Escuela hospitalaria.
29 de agosto de 2025. Una investigación reciente publicada en la Revista Internacional Continuity in Education ha evidenciado que la asistencia a clases escolares durante la hospitalización puede tener un impacto positivo en la resiliencia de los niños hospitalizados, incluso en periodos cortos de tiempo.
El estudio, titulado "Short-Term Effects of Hospital Schooling in the Resilience of Hospitalised Children", fue realizado por Ana Padillo-Andicoberry, coordinadora de los Grados en Infantil y Primaria de la Universidad Isabel I, en colaboración con los investigadores Francisco de Asís Díaz Beato, Encarnación Sánchez-Lissen y Clara Romero-Pérez. Su objetivo fue analizar si la participación en actividades escolares basadas en el currículo, ofrecidas por una escuela hospitalaria, influye en la evolución de la resiliencia en niños de entre 9 y 14 años durante su estancia hospitalaria.
La investigación, de carácter prospectivo, evaluó a 52 menores que asistieron en promedio una semana a la escuela del hospital. Se utilizó la Escala de Resiliencia Escolar (SRS), validada por Saavedra y Castro, para medir la resiliencia al ingreso y antes del alta. Los resultados fueron alentadores: el percentil de resiliencia aumentó de 50,19 a 63,40, una diferencia estadísticamente significativa (p = 0,022). Además, los niños que asistieron más de tres días a la escuela mostraron una mayor mejora (p = 0,014).
Percepción positiva y aumento de la resiliencia
Uno de los hallazgos más destacados fue que la percepción positiva de las clases estuvo directamente asociada con el aumento de la resiliencia. “El disfrute de las actividades y la sensación de que las clases ayudaban a los niños a no preocuparse por su enfermedad fueron variables clave en la mejora de la resiliencia”, señalan los autores. De hecho, se identificó que aquellos niños que valoraron positivamente la experiencia escolar durante su hospitalización mostraron una evolución más favorable en sus capacidades de afrontamiento.
Desde una perspectiva conceptual, el estudio se enmarca en modelos teóricos como el de Grotberg, que concibe la resiliencia como una combinación de fortalezas internas, apoyos externos y habilidades sociales. La resiliencia, entendida como la capacidad de adaptación positiva frente a la adversidad, resulta esencial en contextos clínicos y escolares, donde el bienestar emocional de los niños puede verse gravemente afectado por la enfermedad y el aislamiento.
La investigación también resalta la importancia de evaluar la resiliencia desde el ingreso en el hospital. Esto permitiría identificar a los menores más vulnerables, como aquellos con ingresos previos, quienes en el estudio presentaron niveles más bajos de resiliencia al comienzo.
Labor docente y terapéutica
Finalmente, los autores sugieren que la labor pedagógica de los docentes hospitalarios no solo cumple un rol educativo, sino también terapéutico. Su estilo educativo, su formación especializada y su capacidad para crear entornos estimulantes son fundamentales para ayudar a los menores a enfrentarse a las dificultades de la hospitalización.
La investigación concluye que, aunque la estancia hospitalaria puede suponer un factor de riesgo emocional, las escuelas hospitalarias tienen el potencial de convertirse en espacios seguros y protectores que fortalecen las competencias emocionales y sociales de los niños.
Este estudio sienta las bases para futuras investigaciones que amplíen el enfoque a otras actividades recreativas y contextos culturales distintos, y plantea una pregunta crucial: ¿puede la mejora en la resiliencia derivada de la escolarización hospitalaria traducirse también en una reducción de los niveles de ansiedad infantil?
Con estos resultados, los autores subrayan la necesidad de equipos multidisciplinares altamente capacitados y una intervención educativa adaptada a las necesidades emocionales y académicas de cada niño hospitalizado. Como mencionan en el estudio, “las lecciones escolares no solo promueven el aprendizaje, sino que fortalecen los recursos internos y la autoestima de los niños”.