Sara Menéndez Espina Profesora del Máster en Neurociencia y Educación
Lun, 03/07/2023 - 09:35

Los sentidos y el aprendizajeLos cinco sentidos y el aprendizaje.

Serie: 'Neurociencia Educativa' (XLV)

La percepción hace referencia al proceso que pone en relación el mundo exterior con el sujeto (Goldstein, 2006). Supone en punto de unión de dos esferas indivisibles, pues diríamos que no hay sujeto sin percepción (hablaríamos de meramente un cuerpo), ni se puede entender la percepción sin sujeto. En tal caso, nos encontraríamos ante elementos internos, pero no estímulos (recordemos el viejo proverbio que pregunta si un árbol que se cae en medio de un bosque vacío genera ruido). Por lo tanto, la percepción se entiende como proceso básico para entender al ser humano.

Podríamos quedarnos en la idea de que la percepción supone una puerta de entrada de la estimulación externa, pero debemos ir más allá y reconocer su implicación en el desarrollo humano. Piaget (1969; 2016) nos hablaba de la inteligencia sensoriomotora del recién nacido, donde sus saberes se basan en aquello que el bebé siente y los movimientos que realiza en base a la sensación. Pero, en etapas evolutivas posteriores, donde hablamos más de cognición que de sensopercepción, ¿qué papel juega este proceso? Y, de manera específica, ¿cómo interviene en la educación? ¿Hasta dónde podemos educar esos procesos perceptivos?

En los procesos diagnósticos de Dificultades del Aprendizaje (DA) es posible caer en el sesgo de evaluar únicamente los procesos cognitivos superiores relativos al procesamiento lingüístico y dimensiones no verbales (por ejemplo, los procesos matemáticos). Sin embargo, en muchas ocasiones, estas dificultades, que pueden llegar a ser de difícil diagnóstico, vienen de procesos mucho más básicos que no están funcionando como sería de esperar de acuerdo al proceso evolutivo del sujeto. La percepción visual, que implica la diferenciación entre figura- fondo, el cierre de figuras, la identificación de estímulos como iguales o diferentes, o incluso, yendo más allá, la correcta coordinación óculo-manual, puede estar explicando dificultades de lectoescritura (Merchán Price & Henao, 2011; Ramírez Calixto et al., 2020; Shovman & Ahissar, 2006).

En base a lo anterior, no cabe duda de la importancia de focalizar en la importancia de la integración sensorial como elemento clave en el desarrollo académico. Beaudry (2003) define la integración sensorial como “la capacidad que posee el sistema nervioso central de interpretar y organizar las informaciones captadas por los diversos órganos sensoriales del cuerpo” (p. 17). Este proceso tiene como fin, siguiendo la argumentación de Ayres (Bellefeuille, 2013), que el sujeto pueda dar una respuesta adaptativa a la estimulación del entorno. Por ejemplo, el hecho de que podamos continuar una lectura al aire libre, aun con el ruido de fondo, es gracias a la integración sensorial. De esta manera, y jugando aquí también un papel importante los procesos atencionales y los mecanismos top down y bottom up (Ward, 2015), el alumnado con dificultades para armonizar toda la información del ambiente pueden verse fácilmente abrumado por el exceso de estimulación (Aron, 2017) y, por ende, ver su proceso de aprendizaje afectado.

Otro factor importante es el rol de los sentidos vestibular y propioceptivo, cuyas dificultades de integración pueden llegar a generar conductas disruptivas, en ocasiones, asociadas a otros trastornos. Por ejemplo, un niño con hiposensibilidad en sentidos como la vista o el propioceptivo, tenderá a estimular estos mismos sentidos (vista, tacto o movimiento). Esto puede generar similitudes con un déficit de atención (por ejemplo, si tiende a mirar fijamente a la ventana o a la luz) o hiperactividad (si tiende a levantarse y moverse en exceso). Cuestiones que, bien de cara a una evaluación resultan interesantes a tener en cuenta como criterios de inclusión, o bien, de cara a una intervención, es necesario tener en cuenta para llevar a cabo una rehabilitación lo más integral posible.

Referencias

Aron, E. N. (2017). El don de la sensibilidad en al infancia (Edición: 1). Obelisco.

Bellefeuille, I. B. (2003). Problemas de aprendizaje en la infancia: La descoordinación motriz, la hiperactividad y las dificultades académicas desde el enfoque de la teoría de la integración sensorial. Nobel.

Bellefeuille, I. B. (2013). El enfoque de la integración sensorial de la doctora Ayres. Revista electrónica de terapia ocupacional Galicia, TOG, 17, 17.

Goldstein, E. B. (2006). Sensación y percepción (6a ed.). Paraninfo.

Merchán Price, M. S., & Henao, J. (2011). Influencia de la percepción visual en el aprendizaje. Ciencia y Tecnología para la Salud Visual y Ocular, 9(1), 93-101.

Piaget, J., & Inhelder, B. (2016). Psicología del niño (ed. Renovada). Ediciones Morata.

Ramírez Calixto, C. Y., Arteaga Rolando, M. A., Luna Álvarez, H. E., Ramírez Calixto, C. Y., Arteaga Rolando, M. A., & Luna Álvarez, H. E. (2020). La percepción visual y las habilidades lingüísticas en el proceso lector. Conrado, 16(72), 178-181.

Shovman, M. M., & Ahissar, M. (2006). Isolating the impact of visual perception on dyslexics’ reading ability. Vision Research, 46(20), 3514-3525.

Ward, J. (2015). The Student’s Guide to Cognitive Neuroscience (3.a ed.). Psychology Press.

Editor: Universidad Isabel I.

ISSN 2697-0481

Burgos, España.

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