María Luisa Nolé Fajardo - Mié, 05/11/2025 - 10:52

Casas basadas en la neuroarquitectura.
Serie: 'El ABC de la Psicología' (XXXIV)
Vivimos rodeados de diferentes espacios como aulas, hospitales, casas y oficinas, en los que pasamos gran parte de nuestro tiempo. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en cómo esos espacios influyen en lo que sentimos, pensamos o hacemos.
En este sentido, sabemos que el ser humano no es solo genética, sino también producto del entorno, incluido el espacio construido. Esto ya lo señaló Ulrich (1984) al demostrar que ver zonas verdes desde la ventana favorecía una mejor recuperación postoperatoria frente a ver una pared. Así se marcó un hito en la comprensión del entorno como factor influyente en el humano. La Neuroarquitectura surge precisamente de esta pregunta: ¿cómo influyen los espacios construidos en nuestro cerebro, nuestras emociones y nuestro comportamiento?
Se trata de un campo relativamente emergente que combina conocimientos desde diferentes perspectivas como la arquitectura, la neurociencia, la medicina, la ingeniería y la psicología. Su objetivo es explorar cómo características concretas de diferentes parámetros de diseño —como la luz, los colores, las formas o los materiales— influyen en la persona (Abbas et al., 2024; Wang et al., 2022). Con ese conocimiento, es posible trasladar la teoría a la práctica y crear espacios que realmente favorezcan el bienestar físico y psicológico de las personas (Assem, 2023).
Ello no debe confundirse con la psicología ambiental, que estudia de manera más amplia la relación persona-entorno —entendiendo como entorno todo lo externo a la persona, incluyendo factores naturales o sociales (Aragonés y Amérigo, 2010)—. La Neuroarquitectura, en cambio, puede considerarse una parcela específica de este campo (Wang et al., 2022), ya que se centra en los espacios arquitectónicos concretos, analizando con detalle sus parámetros de diseño. De esta manera, no se trata del “color de las paredes”, sino de características técnicas como el tono, la saturación y la luminosidad del color de la pared. Además, la Neuroarquitectura incorpora mediciones objetivas y fisiológicas de la experiencia humana —actividad cerebral, frecuencia cardíaca o conductancia de la piel— que pueden combinarse con medidas psicológicas clásicas.
El psicólogo en la Neuroarquitectura
Gracias a los estudios y mediciones que ofrece la Neuroarquitectura, puede convertirse en una herramienta activa para cuidar la salud y el bienestar de los usuarios de los espacios. Este enfoque permite validar científicamente cómo un diseño arquitectónico influye en aspectos como la emoción, la atención o el confort de las personas.
Sin embargo, uno de los principales retos a la hora de aplicar estos conocimientos en la práctica profesional de la arquitectura es la falta de rigor y consistencia en la medición del sujeto (Abbas et al., 2024). Por eso, la Neuroarquitectura requiere la colaboración de profesionales de distintas disciplinas, entre ellos el psicólogo, cuyo papel resulta clave para:
- Diseñar experimentos y seleccionar variables con el fin de definir qué procesos psicológicos evaluar y con qué herramientas.
- Interpretar resultados y así poder comprender cómo los cambios fisiológicos reflejan emociones, estrés, concentración o sensación de confort.
- Colaborar con arquitectos para que ejecuten espacios basados en evidencia.
- Evaluar el impacto del entorno midiendo los efectos de los espacios ya construidos sobre la salud y el comportamiento.
España, pionera en investigación aplicada
Los trabajos realizados por @neuroarquitectura_upv han posicionado a España como uno de los países pioneros en el estudio y aplicación de la Neuroarquitectura. En este marco, se han desarrollado proyectos que integran mediciones psicofisiológicas y observacionales en diferentes espacios como aulas (Llinares et al., 2021) u hospitales (Higuera-Trujillo et al., 2020), aplicando formulaciones matemáticas para estudiar el entorno en su conjunto y no en cuanto a parámetros independientes (Nolé et al., 2022).
Estos estudios han permitido trasladar el conocimiento científico a espacios reales, como espacios educativos en el ámbito universitario y residenciales en la provincia de Cádiz (Figura 1), demostrando que la arquitectura puede —y debe— diseñarse pensando en las personas.
El futuro de la Neuroarquitectura
La Neuroarquitectura marca un cambio profundo en la manera de entender el diseño. Ya no basta con afirmar que “los elementos naturales transmiten calma” o que “la luz cálida genera bienestar”. Estas ideas, tan habituales en el discurso arquitectónico, solo cobran verdadero sentido cuando se sustentan en evidencias científicas y en medición rigurosa.
Comprender cómo responde una persona a un entorno —en lo emocional, lo cognitivo y lo fisiológico— exige una formación específica en psicología y neurociencia. En este punto, el papel del psicólogo se vuelve esencial. El futuro del diseño arquitectónico pasa por una colaboración real apostando por una visión interdisciplinar.
En este contexto, puede que los psicólogos especializados en Neuroarquitectura se conviertan en figuras cada vez más relevantes dentro del ámbito profesional, aportando una mirada basada en la evidencia y en el conocimiento del comportamiento humano. De esta forma, se es espera que cada vez haya más entornos que, no solo se vean bien, sino que también nos hagan sentir bien.

Casos de espacios reales aplicados en España. Obtenido de DPArquitectura (2025) y Conarquitectura (2025).
Referencias
Abbas, S., Okdeh, N., Roufayel, R., Kovacic, H., Sabatier, J. M., Fajloun, Z. y Abi Khattar, Z. (2024). Neuroarchitecture: How the perception of our surroundings impacts the brain. Biology, 13(4), 220.
Aragonés Tapia, J. I. y Amérigo, M. (2010). Psicología ambiental. Ediciones Pirámide.
Assem, H. M., Khodeir, L. M. y Fathy, F. (2023). Designing for human wellbeing: The integration of neuroarchitecture in design–A systematic review. Ain Shams Engineering Journal, 14(6), 102102.
Conarquitectura (2025, 4 julio). “Espacio piloto WELL UPV”, el aula saludable, inclusiva y sostenible de la UPV que cuida de alumnos y docentes. Conarquitectura
DPArquitectura (2025, 22 enero). Fran Silvestre diseña una villa en Sotogrande, escenario del primer estudio de neuroarquitectura en una vivienda de alta gama. DPArquitectura.
Higuera-Trujillo, J. L., Llinares Millán, C., Montanana i Avino, A. y Rojas, J. C. (2020). Multisensory stress reduction: a neuro-architecture study of paediatric waiting rooms. Building Research & Information, 48(3), 269-285.
Llinares, C., Higuera-Trujillo, J. L. y Serra, J. (2021). Cold and warm coloured classrooms. Effects on students’ attention and memory measured through psychological and neurophysiological responses. Building and Environment, 196, 107726.
Nolé, M. L., Soler, D., Higuera-Trujillo, J. L. y Llinares, C. (2022). Optimization of the Cognitive Processes in a Virtual Classroom: A Multi-objective Integer Linear Programming Approach. Mathematics, 10(7), 1184.
Ulrich, R. S. (1984). View through a window may influence recovery from surgery. Science, 224(4647), 420-421.
Wang, S., Sanches de Oliveira, G., Djebbara, Z. y Gramann, K. (2022). The embodiment of architectural experience: A methodological perspective on neuro-architecture. Frontiers in Human Neuroscience, 16, 833528.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1832
Burgos, España