Esther García López Decana de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
Mar, 08/06/2021 - 10:30

e-learning

Serie: 'Tecnopedagogía' (LX)

En la entrada anterior hablamos un poco sobre la frase 'el estudiante es el protagonista de su propio aprendizaje', sobre el concepto de protagonismo y algunas de sus características.

Dedicaremos los siguientes capítulos a desarrollar seis estrategias que pueden propiciar el surgimiento de protagonistas del aprendizaje; aquí presentamos las primeras tres, haciendo énfasis en su aplicación a las modalidades educativas que colocan al docente y a los estudiantes en tiempos y espacios distintos, esto es, e-learning y b-learning.

Seis estrategias para crear protagonistas. (hoy veremos tres de ellas)

  1. Ponte en su lugar.

Como diseñadores de procesos de aprendizaje, necesitamos empatizar con los estudiantes desde antes de iniciar la formación. De la misma forma que los creadores de vestuario o los asesores de imagen trabajan siempre pensando en el protagonista que debe apropiarse de la escena, los docentes tenemos que pensar en las características de nuestros alumnos al diseñar las acciones formativas y elaborar cada detalle pensando en ellos, en lo que saben y pueden hacer, en su potencial para superar con éxito cada tarea y en su capacidad para avanzar hacia nuevos conocimientos.

El estudio Finish First Steps, realizado por universidades finlandesas, ha arrojado que la empatía de los docentes motiva y estimula a los estudiantes, resultando clave para su desarrollo académico (Moreno, 2019).

Debemos hacer un esfuerzo para elaborar instrucciones claras, para saber explicarles lo que esperamos de ellos, para llevarlos un paso más allá sin pedirles lo imposible. En las acciones formativas que se desarrollan en las modalidades e-learning o b-learning, la mayor parte de la comunicación es asincrónica, es decir, los docentes iniciamos el proceso planteando enunciados, contenidos y actividades de aprendizaje que los estudiantes leen, escuchan o ven de forma independiente; construyamos esa comunicación por y para ellos, por y para un protagonismo exitoso.

Se atribuye a Albert Einstein la frase 'Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, pensará toda la vida que es un inútil', pensemos en ello y demos a nuestros estudiantes tareas que puedan protagonizar.

  1. No los dejes solos.

Comentábamos en la entrada anterior que los protagonistas nunca están solos y los actores principales del aprendizaje no son la excepción. No importa la edad, la modalidad educativa, el contenido, los objetivos o las actividades, ser protagonista del propio aprendizaje no es lo mismo que ser autodidacta. Los docentes tenemos que acompañar a nuestros estudiantes en todos los pasos del camino y, así como acudimos diariamente al aula presencial para guiarlos, tenemos que ser una figura siempre presente a través de la tecnología.

Escribirles mensajes frecuentes (tanto generales como personalizados), invitarlos a expresar sus dudas, responderles con rapidez, usar un lenguaje cercano, tranquilizar sus inquietudes, darles pistas sobre cómo, dónde y qué indagar, proporcionarles retroalimentación constructiva oportunamente, destacar lo positivo, reconocer su talento, hacerles recordatorios, transmitirles ánimo y otras formas de contacto humano, son estrategias dirigidas a permanecer a su lado en la distancia y a darles la confianza que requiere todo protagonismo.

  1. Sé flexible.

Para promover que surja el protagonista que hay en cada uno de los estudiantes necesitamos establecer un equilibrio entre las exigencias ineludibles de nuestra práctica (administrativas, curriculares, institucionales o de cualquier otra naturaleza) y el espacio que siempre hay para que activen la creatividad y practiquen el aprendizaje autónomo.

En cada actividad de aprendizaje dejemos abierta una puerta para la indagación, para las respuestas distintas, para la libre elección, para la toma de decisiones; dejemos espacio para el pensamiento no lineal, para las ideas originales y para la opinión, fomentemos el debate y llevemos a nuestros protagonistas al terreno de la argumentación y el razonamiento.

Dialoguemos con ellos, valorando sus posturas y orientándolos hacia el pensamiento crítico y la autonomía. Todo protagonista tiene que estar preparado para la tolerancia y el disentimiento, eso es parte del aprendizaje de cualquier materia.

En la próxima entrega analizaremos otras tres estrategias, pero nos gustaría que nos dejaras tus comentarios sobre las que hemos propuesto aquí. ¿Crees que se pueden poner en práctica? ¿Piensas que pueden favorecer que surjan esos protagonistas que buscamos?

 

Referencias bibliográficas.

Moreno, M. (2019). La importancia de la empatía en la profesión docente. Educación 3.0

 

Editor: Universidad Isabel I

Burgos, España

ISSN: 2605-258X

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